Marzo: El transporte doblegó al Gobierno

Marzo fue el mes de una huelga de transporte histórica que dejó la imagen inédita de una marcha lenta de camiones por Logroño y provocó falta de suministro (no llegó al desabastecimiento) de algunos alimentos básicos como pescado, leche y frutas. La protesta de la plataforma de los autónomos, a la que se sumó después la patronal Atradis, fue un éxito y el Gobierno de España, entre otras medidas, aceptó subvencionar en veinte céntimos el precio del litro de los combustibles.

El transporte fue uno de los primeros sectores en los que impactaron las consecuencias económicas de la invasión de Ucrania por Rusia. Posteriormente, los agricultores tomaron la Castellana de Madrid en una manifestación que también se ganó un hueco en los anales. El Gobierno regional aprobó un plan anticrisis de nueve millones de euros. La buena noticia empresarial del mes fue el anuncio de Transportes Royo de relanzar el puerto seco de El Sequero.

Y es que Rusia convirtió la ofensiva sobre Ucrania en una guerra energética por la dependencia de Europa de su gas. Bruselas avaló la propuesta de España para intervenir el precio de la luz, pero la medida no fue inmediata, lo que provocó que la inflación, que ya venía registrando meses de subidas, se desbocara en su escalada alcista (en marzo llegó al 10,6% en la región, su nivel más alto en 37 años), obligando a no pocas comunidades de propietarios a aprobar derramas y a hacer uso de las reservas financieras para poder pagar las cuotas de la calefacción.

La guerra tuvo (sigue teniendo) consecuencias humanitarias y la sociedad riojana, una vez más, respondió con enorme solidaridad ofreciéndose a acoger refugiados. Esta crisis sobrevino cuando en marzo sí se conseguía, por fin, doblar el brazo a la pandemia del COVID. Ese mes, las manifestaciones del 8M volvieron a las calles, se anunció el fin del uso de las mascarillas en los interiores, se acordó que solo se registrarían ya oficialmente los casos de contagio más graves, se levantó la obligatoriedad de guardar cuarentena en los casos leves y las terrazas de la hostelería volvieron a las aceras. La Rioja recuperó progresivamente la normalidad y eso permitió que Calahorra, Arnedo y Alfaro celebrasen sus fiestas tras dos años de restricciones.

En materia de infraestructuras, el Ministerio de Transportes contrató un nuevo estudio informativo para el corredor ferroviario Logroño-Castejón. Y en relación a los macropoyectos financiados con fondos europeos de reestructuración en marzo se presentó en sociedad del PERTE Valle de la Lengua.

En el terreno político, Podemos tramitó la expulsión de su diputada regional, Raquel Romero, por no ceder parte del sueldo al partido. Por otro lado, La Rioja recibió la visita del entonces candidato a la presidencia nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo. Lo hizo 72 horas antes de que militantes de este partido en la comunidad lanzasen una campaña para que el nuevo líder de los populares riojanos se eligiese en un congreso extraordinario y no por compromisarios.

Por otra parte, Logroño se lanzó a una vorágine de obras: comenzaron las del nudo de Vara de Rey y las de República Argentina, y se anunció la de Murrieta.

Para concluir, los nombres propios de marzo: el de Adriana Ugueto, que fue condenada a prisión permanente revisable por el asesinato de su hija Carolina (la primera vez que se impone esta pena máxima en La Rioja), y los del exconsejero de Educación, Luis Alegre, y el doctor Javier Cevas, alma de la unidad Paliativos, fallecidos ese mes.

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