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«Arriba las que luchan, aquí estamos las feministas» ha sido el grito que resonó en El Espolón logroñés como punto final y resumen de una multitudinaria manifestación por el Día de la Mujer, un día en el que el feminismo ha vuelto a mostrar ... esa fuerza de otros 8 de marzos prepandémico y a evidenciar que su presencia y diversidad es cada vez mayor.
La marea morada comenzó a concentrarse en la glorieta del Doctor Zubía para desplazarse pronto hacia Portales, donde se apreciaba realmente la magnitud de la convocatoria. Cuando la cabeza llegaba a Murrieta, liderada por un 'La lucha feminista vive en las calles', los que cerraban la manifestación aún casi no habían comenzado el recorrido. Por el camino, miles de feministas alzaban pancartas con lemas como 'Juntas, libres, seguras', 'No somos histéricas sino históricas', 'Se vende patriarcado', 'Soy la artista, no la musa' o 'Somos la voz de las que no tienen voz'.Acompañadas por el coreado 'Ay Mamá' de Rigoberta Bandini, no menos resonaban los «no quiero tu piropo, quiero tu respeto», «abajo el patriarcado, que va a caer, y arriba el feminismo, que va a vencer» o el clásico «no nos mires, únete». Muchos lo hicieron.
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Que el feminismo es un movimiento cada vez más transversal lo muestra un paseo por la riada de manifestantes. Nadie sobra, todas suman, reflejando un carácter de unidad pintado de ese morado que gana un significado tan potente y valioso. Mujeres de todas las generaciones, como esas niñas que lucían su 'chicas al poder', esa mayoría de jóvenes que dan vida y sentido a la lucha presente y futura o algunas más veteranas que saben que, pese a todo lo recorrido, aún queda camino por delante. También muchos hombres participaron en esa marea morada que, después de parar la Gran Vía, desembocó en El Espolón. Diez minutos pasaron desde que entraron las primeras hasta que llegaron las últimas, una muestra de la magnitud de una manifestación que llevaba mucho tiempo esperándose.
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Después de un año de contención por la pandemia, con un 2021 de actos simbólicos, el feminismo volvía a tomar la calle en un Día de la Mujer con mucho más que reivindicar que festejar, como evidenció el manifiesto final de la Plataforma 8M.«Este 8 de marzo seguimos reivindicando y visibilizando la lucha de las mujeres por sus derechos, su participación y su reconocimiento en la sociedad. El feminismo es la respuesta a esa concepción del mundo por el que las mujeres somos ciudadanas de segunda categoría», comenzaba un texto combativo y repleto de denuncias y reclamaciones.
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El centro de Logroño se ha teñido del color de la igualdad. Ese feminismo que planta cara al acoso; que quiere olvidar la lacra de la violencia machista; que lucha por romper los techos de cristal y sellar las brechas salariales; que quiere vivir su vida sin estereotipos de género;que no quiere ser encerrado en el hogar; que silencia al sexismo... Porque mañana también será 8 de marzo.
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