El mapa del cáncer en La Rioja

¿Qué dicen esos mapas acerca de La Rioja? Quizá la buena noticia es que en siete de los diez tipos de cáncer estudiados (que recogen datos a nivel municipal) el riesgo de muerte en la comunidad es menor que en el conjunto de los dos países. Destacan en este sentido positivo el cáncer colorrectal, la leucemia o el cáncer de pulmón o de mama.

Curiosamente, entre ellos se encuentran los cánceres que son ahora mismo más mortales en la comunidad. Por orden, los tumores que más fallecimientos causan en La Rioja son los de pulmón-tráquea (más de un centenar de muertes al año) el de colon (alrededor de 80) y el de próstata (alrededor de 50). Son, por tanto, los que tienen más riesgo, en La Rioja y en prácticamente todo el mundo occidental. Pero el atlas dice que ese riesgo es relativamente más pequeño aquí que en el conjunto de España.

Lo contrario pasa con los tres cánceres en los que La Rioja no sale tan bien pintada, esos en los que el mapa vira al rojo. Son sobre todo vejiga, laringe y páncreas. Que matan en La Roja, según los últimos datos, a 36, 8 y 27 personas, respectivamente. Son cánceres que afectan a menos gente (aunque el tercero esté crecimiento) pero que en La Rioja se comportan peor que en el conjunto de los dos países.

Eso dicen los datos. El problema es dar un paso más allá y preguntarse por qué. «Estos estudios no nos dan causas, sino una pintura de cómo es la situación» explica Enrique Ramalle, jefe de la sección de Información Sanitaria del Salud Pública. Pero lo que sí permiten (y es lo que va a intentar ahora el CIBIR con un proyecto relacionado con el 'big data') es «indagar en las causas que expliquen esas diferencia de mortalidad entre zonas».

Sabiendo que no es fácil. Por ejemplo, en los tres cánceres que se pintan en rojo en La Rioja tiene amplia incidencia el tabaquismo, pero ese hábito está extendido de manera bastante uniforme por España, y también entra sin duda en otros cánceres «verdes». «Pero en gran parte de la Europa Occidental los factores son muy comunes, es muy difícil establecer la diferencia en hábitos entre un riojano y un murciano», señala Ramalle.