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Dice Inmaculada Delage, arqueóloga, profesora en los grados de Historia del Arte e Historia y Geografía de UNIR y codirectora de los Campos Experimentales de Arqueología UNIR en La Rioja, que «la arqueología es una forma más de hacer historia». Y por eso, añade, a los alumnos que cursan la asignatura de Arqueología se les transmite que esta materia no se ciñe solamente «a la prehistoria y a la historia antigua, sino que se extiende a todos los periodos donde podamos excavar los arqueólogos».
Con ese objetivo nacieron estos campos experimentales, que se desarrollan en Calahorra –cuarta edición– y Arnedo –segunda– que se desarrollan con la colaboración de ambos ayuntamientos. En ellos, «además de una labor educativa y de divulgación, también llevamos a cabo una labor científica». El alumno, insiste, «está ayudando a desenterrar la historia de Calahorra y Arnedo».
Inmaculada Delage
Codirectora de los Campos Experimentales de Arqueología
En concreto, se está actuando en el yacimiento arqueológico La Clínica de la localidad calagurritana, donde al llevar más tiempo se han logrado descubrimientos prometedores. «Estamos en un sector donde podemos ver estratos de diferentes periodos, desde el medieval hasta lo que parece ser celtibérico, es decir, antes de los romanos». Ahí se centrarán los trabajos esta edición. «Hemos hecho, también, análisis de carbono 14 en alguno de los restos humanos hallados». Por su parte, en Arnedo se actúa en el cerro de San Miguel, donde se halló un poblado celtibérico, «pero nosotros estamos en una necrópolis altomedieval, que es donde comenzamos el año pasado con seis enterramientos» y el objetivo es intentar concretar hasta dónde alcanzaba.
Todo ello les sitúa en dos yacimientos «muy importantes, desde el punto de vistA del valle medio del Ebro». Una relevancia que traspasa las fronteras, porque «nos está ayudando a entender los procesos históricos que han ido sucediéndose».
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Se hará uso de los últimos avances, como el empleo de la fotogrametría para documentar. «Hace diez años todo se hacía mediante el dibujo arqueológico en campo», recuerda. Recurrir a la fotogrametría para el levantamiento 3D permite, además de agilizar el proceso de documentación, «un mayor conocimiento del territorio».
Aunque Delage incide en la dureza del trabajo a pie de campo, también apunta que es «enriquecedor», ya que promueve el trabajo colaborativo. «A veces se nos olvida lo importante que es saber trabajar en equipo». Por ello recomienda apuntarse a esta experiencia, abierta a miembros de la comunidad educativa de UNIR y a mayores de 18 años de La Rioja u otras comunidades y universidades interesados en la arqueología. Para algunas personas este será su cuarto año. En la pasada edición, el 50% de los participantes había asistido al anterior.
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