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1. Papaver rhoeas.
Las malas hierbas más comunes en los cultivos  de La RiojaLas mil
caras del enemigo

Las malas hierbas más comunes en los cultivos de La RiojaLas mil caras del enemigo

Una identificación precoz es clave para combatir las malas hierbas, causantes de una merma aproximada del 12% la producción agrícola mundial

IÑAKI GARCÍA

Lunes, 12 de noviembre 2018, 23:44

Cirsium arvense (cardo)

Malva sylvestris (malva común)

  • 12 Mala hierba de hoja ancha, vivaz, con raíz rizomatosa, de emergencia otoñal-invernal, que se encuentra especialmente en las zonas no demasiado cálidas.

  • 13 Se caracteriza por poseer flores axilares de gran tamaño, de color rojizo-violáceo. Se encuentra presente como arvense en cultivos con buena humedad en el suelo.

  • 14 Aparece con frecuencia en cultivos de viñedo. Se caracteriza por la presencia de espinas axilares amarillas y por sus semillas provistas de espinas en forma de ganchos.

  • 15 Aparece con relativa frecuencia en cultivos de viñedo y en frutales. Se caracteriza por sus inflorescencias en forma de espigas umbeliformes.

  • 16 Mala hierba de hoja ancha. Aparece con bastante frecuencia en cultivos de viñedo y en frutales. Posee flores grandes, de color blanquecino o rosado.

  • 17 Se encuentra con mayor frecuencia en cultivos de regadío. Aparece también en cultivos de viñedo. Se trata de una mala hierba de difícil control.

  • 1 Mala hierba anual de hoja ancha que se encuentra ampliamente distribuida en toda España, especialmente en cultivos de secano, y muy concretamente en cereales.

  • 2 Mala hierba anual de hoja ancha que se encuentra distribuida en toda España, con preferencia por el regadío. Aparece con relativa frecuencia en viñedo y en frutales.

  • 3 Distribuida en toda España, con preferencia por el regadío. Aparece con relativa frecuencia en viñedo y en frutales. Posee flores de color amarillo intenso.

  • 4 Mala hierba gramínea anual de germinación otoñal-invernal, asociada a cultivos de cereales en la zona norte. Es sumamente competitiva y de difícil control.

  • 5 Se encuentra habitualmente compitiendo con los cultivos de cereales de invierno, pero aparece también en viñedo y frutales, tanto en secano como en regadío.

  • 6 Malas hierbas anuales de hoja ancha, perteneciente a la familia de las escrofulariáceas, de hasta 40-60 centímetros, de germinación otoñal-invernal que se encuentran ampliamente distribuidas en toda España, especialmente en cultivos con buena humedad en el suelo. Aparecen con bastante frecuencia en cultivos de cereales.

  • / Malas hierbas anuales de hoja ancha, perteneciente a la familia de las escrofulariáceas, de hasta 40-60 centímetros, de germinación otoñal-invernal que se encuentran ampliamente distribuidas en toda España, especialmente en cultivos con buena humedad en el suelo. Aparecen con bastante frecuencia en cultivos de cereales.

  • 7 Malas hierbas anuales de hoja ancha, perteneciente a la familia de las escrofulariáceas, de hasta 40-60 centímetros, de germinación otoñal-invernal que se encuentran ampliamente distribuidas en toda España, especialmente en cultivos con buena humedad en el suelo. Aparecen con bastante frecuencia en cultivos de cereales.

  • 8 Se encuentra dispersa especialmente en el secano, hallándose con relativa frecuencia en cereales de invierno. Se caracteriza por sus inflorescencias de color amarillo.

  • 9 Se encuentra ampliamente distribuida en toda España. Se caracteriza por sus espigas localizadas preferentemente en el extremo de los tallos.

  • 10 Mala hierba anual de hoja ancha que puede alcanzar hasta los 2 metros de altura. Aparece con relativa frecuencia en cultivos de viñedo y de frutales.

  • 11 Especialmente en cultivos de regadío y en zonas húmedas. Es frecuente en cereales de invierno, en los que puede llegar a ser muy competitiva.

Xanthium spinosum (cachurrera menor)

Cynodon dactylon (grama común)

Convolvulus arvensis (corregüela)

Conyza bonariensis (coniza, zamarraga)

Para luchar contra un enemigo es necesario conocerlo, más todavía si éste puede tener múltiples caras. Así ocurre en el campo con las malas hierbas, donde su identificación resulta indispensable para poder combatirlas.

Reconocerlas fue, precisamente, uno de los objetivos de un curso sobre identificación y control de las malas hierbas en los cultivos de La Rioja que se celebró en La Grajera. «Entre los agentes perjudiciales para los cultivos, a los que menos casos les hacemos son a las malas hierbas», señala, José Luis Ramos, jefe de la Sección de Protección de Cultivos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. «Prestamos más atención a plagas y enfermedades cuando se calcula que por culpa de las malas hierbas se pierde el 12% de la capacidad de producción mundial de alimentos», añade.

Tomás Márquez, de FMC Agricultural Solutions, expone que aproximadamente el 3% del total de las especies vegetales presentes en el mundo son susceptibles de comportarse como malas hierbas. «A nivel mundial se estima que del total de daños causados a los cultivos por agentes nocivos externos, las malas hierbas ocupan el primer lugar (45%) seguidas por los insectos (30%), los hongos (20%) y otras plagas (5%)», enumera Márquez. «Ocasionan pérdidas de cosecha que pueden oscilar entre el 10-15% del total de la producción potencial, lo que puede representar, en valor, más de 50.000 millones de euros anuales», añade.

Márquez define a las malas hierbas, y en particular a las arvenses, como aquellas especies vegetales que se encuentran presentes en las zonas cultivadas y que compiten directamente con los cultivos por el espacio, el agua, la luz y los nutrientes. «Provocan una reducción de la cantidad y calidad de las cosechas así como un incremento de los costes de producción, además de servir de refugio a insectos, nematodos y hongos y tener un impacto a nivel social, infestando cunetas, autopistas, zonas industriales o jardines», especifica. «E incluso algunas especies son tóxicas, pudiendo afectar a la salud animal y humana», recalca.

Cuentan, tal y como indica Márquez, con una gran capacidad de dispersión, por medio de semillas (malas hierbas anuales) o a través de órganos de multiplicación vegetativa (malas hierbas plurianuales). De igual manera, presentan una gran capacidad de persistencia. «Algunas especies pueden llegar a producir más de 100.000 semillas por planta», dice el experto de FMC Agricultural Solutions. «Además, muchas semillas de malas hierbas pueden permanecer viables en el suelo durante varios años», apostilla. «Esta característica, unida a su germinación escalonada, favorece la presencia de importantes bancos de semillas en los suelos agrícolas, que aseguran la persistencia y la perpetuidad de muchas especies de malas hierbas, haciendo prácticamente imposible la eliminación de las mismas, a pesar de las medidas de control que se llevan a cabo cada campaña», reitera.

Tienen igualmente una importante capacidad de adaptación. «El hecho de estar seleccionadas por la naturaleza hace de las malas hierbas unos organismos muy eficientes a la hora de competir con los cultivos, estando en la mayoría de las situaciones en una posición más favorable», explica Márquez, quien añade: «La sincronía con el cultivo implica que la competencia pueda llegar a iniciarse desde sus primeras fases de desarrollo, que son críticas, y en las cuales las malas hierbas suelen ser más vigorosas y acostumbran a presentar un rápido crecimiento».

Para luchar contra todas estas características, en la actualidad el control sostenible de estas especies se basa en la Gestión Integrada de las Malas Hierbas. «La clave está en combinar métodos que complementen el uso de herbicidas», señala José Luis Ramos. «En algunos cultivos es más difícil, pero se puede hacer», apuntilla. «Se deben integrar diversas medidas complementarias con la finalidad de poder asegurar un control eficaz y sostenible de las malas hierbas que permita maximizar el rendimiento y la calidad de las cosechas, asegurar la rentabilidad y el futuro de las explotaciones agrícolas, con el mínimo impacto medioambiental», recalca también Márquez.

Entre las actuaciones preventivas que enumera el experto de FMC Agricultural Solutions se encuentran el uso de variedades más tolerantes y resistentes o de una serie de medidas o prácticas culturales como el laboreo, la siega o la rotación de cultivos, entre otras. «Están encaminadas a disminuir el banco de semillas de malas hierbas en el suelo, así como a favorecer a la captura del espacio y a conseguir un rápido desarrollo de la especie cultivada en detrimento de las malas hierbas», cuenta Márquez.

De igual modo, considera igualmente fundamental conocer el historial de la parcela y un control temprano de las malas hierbas, cuando se encuentran en los primeros estadios de desarrollo, entre otras acciones. «Y cuando se han llevado a cabo todas las medidas preventivas descritas anteriormente y se justifique agronómicamente la realización del tratamiento herbicida, de entre la gama de herbicidas autorizados, los agricultores deben optar por la utilización de los más adecuados para la problemática de cada campo, poniendo especial atención al estricto seguimiento de las recomendaciones recogidas en la etiqueta», resume. «Con el fin de evitar la aparición y proliferación de especies de malas hierbas resistentes, es fundamental el uso racional y sostenible de los herbicidas, utilizando materias activas que posean distinto mecanismo de acción, en secuencia, rotación o mezcla, y que sean eficaces para el espectro de malas hierbas a combatir», concluye.

Papaver rhoeas (amapola común, ababol)

Solanum nigrum (tomatito, hierba mora)

Sonchus oleraceus (cerraja, lechecino)

Avena sterilis subsp. ludoviciana

Lolium rigidum (vallico, margallo)

Veronica hederifolia , Veronica persica (verónica, hiedrezuela, borroncillo, hierba gallinera)

Sinapis arvensis (mostaza silvestre, ciape

)

Amaranthus retroflexus (bledo, amaranto)

Chenopodium album (cenizo, bledo blanco)

Galium aparine (lapa, amor del hortelano)

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