Malabares familiares para el día 15

Esa primera pregunta, en muchos casos retórica, llega siempre acompañada de otra, la que viene a poner sobre la mesa las dificultades de conciliación cuando aflora una de las habituales divergencias entre calendario laboral y escolar: «¿Y qué hago con los niños?» La respuesta, a diferencia de lo que venía sucediendo otros cursos, en los que las alternativas se multiplicaban (dentro o fuera de los grupos familiares), es simple: nada.

La grave situación sanitaria que atraviesa La Rioja en plena tercera ola de la pandemia, llevó el pasado 20 de enero al Ejecutivo regional a endurecer al máximo las restricciones que ya se venían aplicando en la región y que se prolongarán, en principio, hasta el próximo 23 de febrero. Entre esas medidas se incluía la restricción extrema del contacto entre diferentes núcleos de convivencia. «Se permiten únicamente las reuniones familiares [...] de las personas que pertenecen al mismo núcleo o grupo de convivencia, con independencia de que se desarrollen al aire libre, en el ámbito público o privado, en locales cerrados o vehículos privados particulares». Eso hace que el primer recurso al que solían recurrir en estos casos las familias, los abuelos, quede descartado.

Aquellas limitaciones para contener la situación desbocada de contagios incluyó, además, el cierre de todas las actividades consideradas como no esenciales y que, básicamente, dejó abiertos establecimientos de alimentación. Ludotecas y otros centros similares programaban en cursos previos actividades especiales para esta jornada con un horario extenso para que las familias pudieran acudir a su puesto de trabajo, pero sus puertas también están cerradas desde el pasado 22 de enero.

«Existe un problema de conciliación muy importante que se ve agravado ahora al no poder dejar a los menores con otros familiares», sostiene Esteban García (FAPA Rioja), que no centra el debate en la festividad del próximo lunes sino en la necesidad de establecer un marco general que permita acompasar mejor calendario laboral y educativo.

Similar es el mensaje que trasladan desde la Asociación de Familias Monoparentales (Asfam Rioja): «Nuestros problemas de conciliación no se reducen a un día en concreto», apuntan incidiendo en la necesidad de respetar los derechos de los docentes, «un colectivo profesional que nos merece el mayor respeto. Hay que respetar los calendarios laborales de todos los colectivos, aunque eso suponga un sobreesfuerzo que, nuestras familias en particular, conocemos de primera mano».

Desde FAPA Rioja inciden en que la cuestión de la conciliación ya se la han trasladado a los responsables educativos de la región y a la propia presidenta regional, a quienes invitaron a desarrollar «un plan entre varias consejerías que también se tendría que abordar en el escenario nacional. La conciliación nos preocupa, pero no solo la del día 15».

La solución, creen desde FAPA Rioja, pasaría por lograr un sistema más flexible, algo parecido a lo que se ha hecho en los países nórdicos:«La vida debe estar más centrada en las personas y no en horarios totalmente rígidos», completa. Así, sobre la mesa, solo ven tres alternativas: gastar un día de vacaciones (quien pueda);recurrir a los abuelos (con los riesgos que ello implica);o dejar solos a los niños en casa y cruzar los dedos para que todo salga bien.