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Demasiados maestros. El Gobierno trata de cortar el exceso de vocaciones prolongando los estudios de formación de las escuelas de Magisterio, tal y como deja entrever el Pacto Social y Político por la Educación. La receta está clara. Se eleva el tiempo de preparación. ... Así, si se pasa de cuatro a seis años, muchos se lo pensarán y esto va a representar una barrera psicológica notable.
Seis años tirando de las economías familiares es como para que la vocación ya se midan por el rasero de la economía. Si se subre el precio del tabaco la gente deja de fumar. En definitiva, elitismo.
Seis, para el caso de los futuros profes de colegio; siete para los de secundaria. Vamos, unas notarías o ingeniería de minas, como las de antaño. El denominado MIR para maestros, se ha convertido en un programa que el Ministerio intentará sacar adelante para frenar la cascada de estudiantes a las escuelas de Magisterio y, de paso, convertir la preparación de aquellos que van a ser los que preparen a las siguientes generaciones, en especialistas del más alto rango.
Que a nadie le gusta que le tosan en un informe PISA. Ni a La Rioja, ni a Madrid ni a Casilla-León ni a Navarra... Que otros países como Corea, Finlandia, Singapur, Japón, Canadá... tengan por costumbre enseñorearse en los primeros puestos del ranking y tengamos que buscarnos de media tabla para abajo pues no gusta. Que en otros lugares del mundo un maestro es valorado como una estrella, al uso de como aquí se trata a un futbolista o un chef.
La decana de la Facultad de Letras y Educación de la Universidad de La Rioja Eva Sanz Arazuri lo subraya de manera gráfica. "Reducir el ingreso de alumnado y valorarlo no sólo por su expediente sino por sus competencias básicas y para ello reclamamos un mayor grado de experimentalidad", explica la responsable académica.
Un poco de todo. Cortar vocaciones y dotar la carrera de una pátina de elitismo. Ese es el plan. Y ya no es humo lo que se vende. El camino ya está trazado y esto no va a contar con la oposición de nadie. La cuestión va a ser cómo se cosen tiempo y calidad para redundar en mayor calidad docente.
Se trata de reducir el número de alumnos que acceden a las Escuelas Normales, a quienes en otras épocas ya se les exigía un examen de ingreso ('numerus clausus') específico (al margen de la nota de Selectividad) con el que se cortaban las alas de muchos alumnos y se optimizaban los recursos de las propias escuelas. Igualmente se pretende que los futuros profesores ganen en competencias básicas con mayor peso de la experimentalidad.
Las antiguas prácticas se van a convertir en en dos años de desempeño real donde el día a día y la experiencia van a pasar a formar parte de la línea curricular con una formación teórico-práctica endonde se podrá medir el desempeño de las tareas propias de los maestros a la hora de enfrentarse a un aula.
La semana pasada el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte iba a trasladar a la Subcomisión parlamentaria para el Pacto Social y Político por la Educación la propuesta sobre formación, acceso y carrera docente, de la Conferencia Nacional de Decanos y Directoras de Educación y la Asociación Nacional de Estudiantes de Educación y Formación del Profesorado.
"El modelo actual no es el adecuado. No hablamos de un examen la última quincena de julio con tribunales salteados, sino de un proceso continuo", ha aseverado el también decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Oviedo, que ha subrayado la necesidad de modificar el acceso a las facultades, pues "en estos momentos hay 150.000 alumnos en toda España y esto no permite trabajar con cuidado ni con experimentalidad".
Asimismo, ha señalado que el 'practicum' no tiene suficiente recorrido académico y, por ello, plantean ampliar la formaciónde los aspirantes a profesores en 'centros educativos de referencia', como los hospitales universitarios donde acuden los futuros médicos. "Este periodo que pasan preparando una oposición podría desarrollarse en un centro educativo", ha planteado.
El documento presentado al ministerio, sobre el que decanos y estudiantes llevan trabajando desde hace años, propone para el acceso a los estudios de grado de Magisterio y Máster de Secundaria exigir no sólo el expediente del aspirante, sino también una prueba específica.
Para la formación inicial, piden aumentar el coeficiente de experimentalidad o garantizar el carácter formativo del 'practicum' con un trato equivalente a las prácticas clínicas de los títulos de la rama de Ciencias de la Salud.
En cuanto al acceso a la profesión, señalan que habría que constituir un mecanismo para esta selección y acceso al puesto de los profesionales de la educación en Infantil, Primaria y Secundaria vinculada a la práctica en contextos reales de una duración de dos años; que la contratación del profesorado en prácticas se haga en términos equivalentes a los MIR de Medicina.
Para ello, plantean la creación de una red de centros de referencia, "singulares y comprometidos con la formación del profesorado"; de un programa formativo y de seguimiento individualizado bajo la filosofía del modelo formativo 'dual'; la creación de 'tutores profesionales acreditados' y de 'tutores académicos acreditados' en las universidades; y una evaluación continua que conduzca a una acreditación requerida tanto en centros públicos como privados.
En cuanto al acceso de la oferta pública de empleo, los decanos y estudiantes de Educación señalan que esta debería estar "lo suficiente bien dimensionada y armonizada con las plazas 'MIR' como para no requerir un concurso de oposición".
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