Luis de la Fuente | Premio Impronta del Año
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Luis de la Fuente | Premio Impronta del Año
«Los valores que aprendí de mi familia son los que me han traído hasta aquí»Logroño
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Viernes, 22 de noviembre 2024, 21:14
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Cuando Luis de la Fuente eche la vista atrás y recuerde este 2024, seguro que lo hace con una sonrisa. La misma que se dibujó en su rostro cuando la selección española de fútbol se alzó con el triunfo en la Eurocopa. Una victoria que certificó el gran recorrido del jarrero al frente del banquillo de 'La Roja' y que le ha hecho merecedor del Premio Impronta del Año.
– Los reconocimientos para usted se acumulan, ¿cómo recibe el cariño de tanta gente? ¿Es algo que le abruma?
– Es un orgullo. La mayor satisfacción de ganar la Eurocopa fue ver feliz a la gente, ver a un país unido e identificado con una idea, con un sentimiento futbolístico a través de la selección. Eso me ha hecho feliz a mí.
– Y que este premio llegue desde su tierra, desde La Rioja, ¿hace que sepa un poco mejor si cabe?
– Sí. Los premios siempre son bonitos, pero este es especial porque en La Rioja tengo a toda mi familia, a muchos amigos y a gente que sé que me quiere y que me lo ha demostrado en todas las etapas de mi carrera. Ellos se sienten muy felices de mis logros y a mí me hacen feliz también.
– Todavía no ha acabado este 2024, pero ya se puede ir haciendo balance. ¿Cómo valora este año?
– Ha sido un año inmejorable en el plano deportivo. Ha venido marcado, indudablemente, por la Eurocopa, pero más allá de ese título, creo que lo más destacado ha sido la manera en la que se ha conseguido. Hicimos un fútbol muy brillante con una generación de futbolistas de mucho presente y más futuro. Han despertado mucha ilusión en la afición y hemos visto a un país, de nuevo, identificado e involucrado con este equipo.
– Los aficionados vemos los triunfos y disfrutamos con ellos, pero ¿qué hay detrás de todo eso?
– Muchísimo trabajo. La clave para intentar conseguir cualquier objetivo es el trabajo y, en ese aspecto, ha sido muy importante conocer el medio en el que nos movemos, el de la selección. Llevo ya doce años trabajando en la Federación, con diferentes selecciones y conocemos muy bien a todos estos futbolistas y a las generaciones que van a venir. Ellos son el presente y el futuro del fútbol español. Siempre he sido un defensor del futbolista español y para mí son los mejores del mundo.
– Usted creció jugando en las calles de Haro al fútbol, ¿qué diría aquel niño si viera que, de mayor, iba a ser campeón de Europa con España?
– Hay que ponerse en el contexto de un niño de los años 70 en un pueblo como Haro. Nadie podía pensar entonces en ser profesional del fútbol porque era muy difícil salir fuera. Yo fui muy afortunado porque un familiar me vio jugar, habló de mí al Athletic y fui quemando etapas hasta conseguir llegar a Primera División, ganar dos ligas, convertirme en internacional… Algo parecido me sucedió en los banquillos. Cuando dejé el fútbol no tenía muy claro que quería ser entrenador, pero también fui quemando etapas hasta que se me cruzó en el camino la posibilidad de trabajar en la Federación. Es un estilo de vida y todo es fruto de trabajo, trabajo y más trabajo. Más allá de pensar en sueños y metas, lo importante es realizar tu labor y ver dónde te lleva.
– ¿El Luis de la Fuente actual es muy diferente a aquel que se marchó muy joven de La Rioja?
– En cuanto a la madurez sí que he cambiado, pero no en cuanto a los valores que me han traído hasta aquí. Los aprendí de mis padres, de mi familia y me han hecho afrontar cualquier reto profesional con entereza, seguridad y responsabilidad.
– En la mayoría de sus intervenciones ante la prensa, incide mucho en la importancia de los valores. No solo los propios sino también a la hora de elegir futbolistas para la selección…
– Es algo imprescindible. Obviamente me fijo en las cualidades futbolísticas, pero para mí es vital que sean buenas personas. Han de lucir esos valores de los que hablamos: compañerismo, solidaridad, generosidad, esfuerzo, sacrificio, capacidad de trabajo y superación… Sin todo eso no puedes conformar un buen equipo con cierta garantía de conseguir un objetivo. Para mí es tan importante que sea un buen futbolista como una buena persona.
– En la selección está con chicos muy jóvenes, algunos ni llegan a los 20 años. ¿Actúa un poco como 'padre' de todos ellos?
– Con jugadores tan jóvenes como Lamine, Nico o Cubarsí es nuestra responsabilidad hacer que crezcan e intentar formarles en valores. Eso les va a hacer mejores futbolistas y va a redundar en un mejor rendimiento para el equipo. Es un círculo que no se cierra nunca. Hay que estar constantemente formando para que el rendimiento sea mejor y sigan madurando como jugadores y como personas. Es algo que siempre me ha ocupado porque vengo del fútbol formativo y a la mayoría ya los conozco. Sé todo lo que han superado para llegar donde están y yo he sido su compañero de viaje. Ellos me han visto como alguien fiable, de confianza y que siempre les he dado toda la información.
– ¿Y es complicado manejar los egos?
– No, desde el punto de partida del que hablamos. Con buena gente, todo es más fácil. Además, llevo tanto tiempo con ellos que nuestra relación va más allá de la de un entrenador y un jugador. Es una relación de confianza y saben que mi apuesta por ellos es firme y lo reconocen y lo valoran. Desde ese punto de partida, los egos desaparecen y piensan más en el concepto de equipo que en la individualidad. Para nosotros, eso es vital.
– Y en el plano personal, ahora son todo halagos, pero también ha habido críticas en otros momentos, ¿cómo las gestiona?
– Ayuda mucho vivir al margen de ellas. Nadie es insensible a una crítica, en mi opinión. Lo que he aprendido es a vivir al margen. No leo, no veo y no escucho nada que sea referente a mí y eso me da mucha más tranquilidad, independencia y libertad para tomar las decisiones únicamente por la motivación deportiva. Desde ese punto de vista, vivo muy tranquilo, entendiendo que una parte de nuestra profesión es la crítica. Es algo más de este trabajo.
– ¿Qué siente cuando uno de sus chicos, en este caso Rodri, es galardonado con el Balón de Oro?
– Un orgullo y una felicidad enorme. A Rodri le conocí con 17 años, hemos estado en todas las categorías juntos y casi es ya un miembro de mi familia. Conozco a sus padres, a sus hermanos… Tenemos una relación muy cercana y me ha hecho muy feliz. Siempre he entendido que era el mejor jugador del mundo en su posición y me alegra que haya mucha gente que piense como yo. Ha sido justo ganador. Disfruto mucho con los triunfos de mis jugadores. Me hace sentirme muy orgulloso de ellos.
– Y, cuando es usted el que opta a premios como el de mejor entrenador del año, ¿también los jugadores le demuestran ese orgullo?
– Seguro que sí. Así me lo han transmitido muchos con mensajes. Llegó un momento en la concentración de esta Eurocopa en el que llegamos a denominarnos como una familia. Los jugadores interiorizaron mucho ese mensaje y cuando eso se produce todos nos alegramos de las cosas buenas que le pasan al resto. Celebramos cualquier éxito como nuestro. Esa es nuestra fuerza.
– Después de la Eurocopa, el aficionado quiere ahora ganar el Mundial. ¿Qué le diría?
– Hace unos años, cuando llegué aquí, hablé de recuperar ese espíritu del 2010, cuando ganamos el Mundial de Sudáfrica. Creo que, en alguna medida, lo hemos conseguido y lo comprobamos con el recibimiento que tuvimos tras la Eurocopa. Había cientos de miles de personas en la calle y a todos ellos les diría que ganar es muy difícil y ya es un éxito estar en disposición de pelear por los títulos. Lo más importante es estar identificados con la selección. Siempre estaremos con los pies en el suelo, aunque vamos a disfrutar este momento. En el futuro, Dios dirá.
– Y siempre con el apoyo de la Virgen de la Vega…
– Ya sabes de mis creencias. Me ayuda a estar tranquilo, seguro y a tomar decisiones desde la calma. Yo recomiendo a todo el mundo que haga esa introspección de estar con alguien que ayuda y da fortaleza. Ya sabes lo que somos los jarreros con la Virgen de la Vega y los riojanos con la Virgen de Valvanera. A los que tenemos fe y creemos, nos da mucha tranquilidad y mucha fortaleza.
– Es difícil, dicen, ser profeta en la tierra de la que uno procede. ¿Usted siente que ha logrado ser profeta en La Rioja?
– Siempre me he sentido muy querido en La Rioja, especialmente en mi pueblo. Siempre ha sido así, desde que salí de mi casa con 15 años. Y siempre me he sentido orgulloso de eso. Ahora, después de la Eurocopa, allá donde he ido a lo largo de la geografía riojana, la gente se ha volcado conmigo: Haro, Logroño, Calahorra, Alfaro, Arnedo… Eso me demuestra que la gente me aprecia y ese es el mayor de los reconocimientos. Hemos empezado esta entrevista diciendo que soy feliz viendo a la gente feliz y la podemos acabar igual. A mí me supuso una gran alegría ver a la gente entregada a la selección y soy muy feliz cuando voy a mi tierra y todo el mundo me demuestra su cariño. Yo estoy orgulloso de pertenecer a La Rioja e intento demostrarlo allá donde voy.
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