Bárbara Gil, durante un breve paso en Logroño antes de regresar a Puerto Príncipe. J. RODRÍGUEZ
GENTE INTERESANTE

«El lugar donde hemos nacido es lo único que nos diferencia de los haitianos»

UNA ENTREVISTA CON... ·

Bárbara Gil | Cooperante logroñesa de la ONG Entreculturas en Haití

Teri Sáenz

Logroño

Jueves, 9 de diciembre 2021, 01:00

Tras emprender su carrera laboral en Luxemburgo en el ámbito de la banca privada, Bárbara Gil (Logroño, 1989) viró su trayectoria vital, formativa y profesional hacia la cooperación al desarrollo. Una de sus primeras experiencias sobre el terreno la llevaron en 2015 a Haití. Allí ... vivió y trabajó durante dos años para, tras un intenso periplo por múltiples países de África u Oriente Medio, volver a Puerto Príncipe el pasado agosto como técnico expatriada de proyectos para la ONG Entreculturas en el conjunto del Caribe.

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– ¿Cuál es su labor en Haití?

– Echo una mano en todo lo que se precise, aunque mi función básica consiste en acompañar al socio local, que en este caso es la Fundación Fe y Alegría, en la solicitud y supervisión de subvenciones para implementar proyectos educativos. Iniciativas que abarcan desde cuestiones vinculadas a la calidad como la formación del personal docente o el aprendizaje de creole, hasta el acceso focalizado en construcción y rehabilitación de infraestructuras, redes de agua y saneamiento, electrificación con paneles solares, etc.

– ¿Cómo es a día de hoy la situación en el país?

– Muy complicada. La fragilidad del estado hace que el poder esté en manos de bandas armadas (gangs) que controlan puntos neurálgicos del país como el puerto, por donde entra el 70% del carburante. Durante semanas solo ha sido posible adquirirlo en el mercado negro, haciendo caótica la prestación de cualquier servicio básico.

– ¿Es un problema de base económica, política, social...?

– Se trata de una coyuntura compleja en todos los sentidos, porque cada una de las dimensiones a las que alude influye en las demás. Así crece el nerviosismo en la calle y el riesgo de que se produzca un gran estallido social.

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– Parece que Haití estuviera lastrada por el infortunio y los desastres naturales.

– Es una pescadilla que se muerde la cola. Si hubiera una mayor seguridad jurídica y física, las infraestructuras estarían bien construidas y elementos incontrolables como los terremotos que sufre el país por su emplazamiento no tendrían efectos tan devastadores.

– ¿Cómo vive la población local en ese contexto?

– Pese a todas las dificultades, entre la gente pervive la creatividad, la capacidad de trabajo, el amor propio y una resiliencia incombustible. Es una sensación alentadora.

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– ¿Qué cabe hacer desde la distancia para ayudar?

– Por un lado, no olvidar que somos unos privilegiados y lo único que nos diferencia de los haitianos es algo tan azaroso como el lugar donde hemos nacido. Por otro es clave seguir leyendo y conocer el contexto y, a nivel micro, colaborar con la compra de boletos para la cesta de Navidad de Entreculturas y cuya recaudación irá al país.

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