Luena y Herranz: dos puntos de vista sobre Europa

«Esta no es una entrevista para hablar de programas, de propuestas ni de confrontaciones; está enfocada en el papel de los europarlamentarios y en la importancia que los ciudadanos dan a las elecciones del 9 de junio». Esa es la premisa con la que el redactor se dirigió a César Luena y Esther Herranz a la hora de ofrecerles esta entrevista conjunta. Un punto de partida que ambos aceptaron y con el que cumplieron, salvo momentos puntuales, para ofrecer su visión más personal sobre unos comicios al Parlamento Europeo que están a la vuelta de la esquina y para los que ya ha comenzado la campaña.

Herranz y Luena saben muy bien cómo funcionan las cosas en Bruselas y Estrasburgo. Ambos han sido europarlamentarios, aunque curiosamente no han coincidido en el tiempo en esa labor. La popular la desarrolló durante 17 años, de 2002 a 2019, y en esas últimas elecciones acabó quedándose fuera. Fue entonces cuando el socialista sí que logró entrar, estrenándose en estas lides. Ahora, él buscará repetir experiencia como número 9 de la lista del PSOE, mientras que ella quiere regresar al ruedo continental como número 13 de las listas del PP. Los dos tienen muchos números para estar en la Eurocámara y, aunque a ambos, más allá de diferentes opiniones políticas, les une algo: son riojanos.

A lo largo de la charla con los dos se comprueba que en su discurso hay puntos en común y, como es lógico, otros de divergencia. Entre estos últimos está la forma de afrontar las elecciones. Luena asegura estar tranquilo. «Casi siempre lo estoy y en las elecciones también», certifica. Herranz, por su parte, opina que «la tensión electoral siempre es la tensión electoral». Lo ve como un momento de responsabilidad. «No tengo el aval de los últimos cinco años porque no he estado en el Parlamento, pero sí el de mi partido, así como lo que hecho durante los casi veinte años que he trabajado en Europa», relata.

Europa y el Parlamento Europeo. Dos conceptos que algunos ven cercanos y otros no tanto y unas elecciones que, según el candidato socialista, los ciudadanos reciben «cada vez con más interés». Un punto de vista que tampoco comparte con la popular. Luena trata de explicar su tesis. «En todos los países europeos, también en España, está subiendo la intención de participar en las elecciones, así como la preocupación por los debates europeos», asegura. «Existe una mayor conciencia de que hay decisiones muy relevantes que se toman en Bruselas y de que estas elecciones son muy importantes», añade.

Herranz no piensa igual. «Por mucha pedagogía que se intenta hacer, al final el desapego, la distancia o simplemente que hay muchas cosas que nos ocupan y preocupan hacen que la gente vea Bruselas y Estrasburgo como algo lejano», reflexiona la riojana. Una percepción que le gustaría que cambiara. «Hemos de ser conscientes de que igual que decisiones que se toman en Madrid nos obligan a pagar más IRPF o más IVA, las que se toman en Bruselas nos han obligado a separar las basuras o nos limpian el agua residual de nuestros municipios», recuerda. «Y si nos faltara la seguridad o nos viéramos envueltos en un conflicto bélico, comprobaríamos la importancia de estar dentro de la Unión Europea», certifica.

Luena admite «no saber» si los ciudadanos conocen el día a día del Parlamento. «Pero sí son conscientes de la importancia de su voto», apostilla al tiempo que cree que sí comprenden «el rol y el papel» de las instituciones continentales. Herranz no lo tiene tan claro e incluso asegura que a los políticos nacionales les cuesta adaptarse «en un primer momento» al funcionamiento de esas instituciones que «proceden de un sistema sajón y no romano, como el nuestro». Ante esto, añade:«Si todo es un poco distinto para nosotros, imagínate para un ciudadano». En ese sentido, apuesta por la pedagogía para cambiar las cosas. «Siempre abogaré por formar a los ciudadanos en los temas de la Unión Europea desde pequeños; esa asignatura en nuestros colegios es importante», recalca.

Además del desempeño de los organismos, es muy probable que mucha gente tenga dudas de cómo se desarrolla la labor de los eurodiputados. Y, a grandes rasgos, tanto Herranz como Luena coinciden en algo a la hora de explicarlo. No paran quietos. «Tienes que utilizar medios de transporte de manera muy habitual, sobre todo el avión», certifica Luena, quien expone que su vida se divide entre cuatro ciudades diferentes: Madrid, Logroño, Bruselas y Estrasburgo. «A partir de ahí, tenemos un papel muy importante tanto de control a la Comisión Europea como en el ámbito legislativo, en la elaboración de directivas y reglamentos, en mi caso relacionados con las leyes de biodiversidad y naturaleza», explica. «Además, hay un trabajo dentro de los grupos políticos y uno transversal, que es la defensa de los intereses de España», añade el número 9 de las listas del PSOE.

Su rival política, mientras, parte desde el mismo punto a la hora de elaborar su exposición. «Un europarlamentario es una persona que vive cambiándose de sitio», sentencia. Y esos viajes incluyen visitar otros puntos de la geografía española o continental para exponer o tratar un tema en concreto. «Además de otras tareas, como rutina tienes una semana de comisión, una de grupo y otra de pleno, además de tener que ir doce veces al año a Estrasburgo», cuenta para después asegurar que los tiempos se alargan si eres de provincias. «Si vives en Madrid igual puedes salir el lunes, pero si eres de Logroño es muy probable que la ida se tenga que adelantar al domingo y la vuelta también se tenga que prolongar un día más», explica la popular. Herranz, para rematar, califica como «muy difícil» conciliar la vida profesional del eurodiputado con la personal. «¿Compensa?», se pregunta a ella misma. «He visto a muchas personas renunciar a continuar porque no les compensaba. Mucho te tiene que gustar», se responde.

Ambos resaltan que dentro de sus grupos parlamentarios defienden los intereses de España en Europa, pero eso no quiere decir que no se pueda hacer política pensando en La Rioja a más de 1.000 kilómetros de distancia. «Que me lo digan a mí, ¿qué pasó con aquellas etiquetas de añada y variedad del año 2007?», confirma Esther Herranz, mientras César Luena cree que «resulta bastante sencillo» poder defender los intereses riojanos. «Cuando estás trabajando para los europeos, lo haces también con un trasfondo para sus regiones y La Rioja no es una excepción», considera para después explicar que incluso en alguna ocasión no ha estado de acuerdo con su propio grupo. «Voy siempre con mis principios ideológicos. Los intereses que hay que defender son los de España y cuando ha habido disputas no he tenido problemas en marcar una diferencia», expone para poner después un ejemplo. «Con motivo de un informe sobre el cáncer, no una legislación, sugerían poner alguna indicación en las etiquetas de vino y yo levanté la mano y dije que no», recuerda.

¿Se sienten valorados los candidatos al Europarlamento? Aquí las opiniones también son diferentes. Luena cree que sí. «No estamos para que nos valoren, pero yo siempre he sentido como político más valoración que minusvaloración», opina. «No es algo que me preocupe, pero sí entiendo que existe una percepción positiva del trabajo político», añade.

Herranz, mientras, piensa que el de político no es un oficio «ni entendido ni compartido» por los ciudadanos. «Desde hace muchos años es una dedicación maltratada, en la que parece que todos somos iguales, con las mismas ambiciones y pocas ganas de trabajar», argumenta. «Eso no es cierto y hace mucho daño; tardaremos mucho tiempo en restaurar la imagen de la política honesta, entregada y de servicio público, que es de lo que se trata», recalca.

Y ya mirando a ese segundo domingo de junio, tanto la popular como el socialista tienen clara una cosa: que estas elecciones resultan esenciales para el futuro, aunque cada uno esgrime unas razones diferentes y ahí sí que se visualizan más sus opiniones políticas. «Estamos ante un reto democrático importantísimo», arranca Herranz. «En este momento la libertad de prensa o la separación de poderes, que parecían garantizados en nuestra democracia, están en tela de juicio y el voto es la respuesta», indica.

Luena, por su parte, califica como «vital» la cita del 9 de junio, aunque por otros motivos. «Hay un riesgo de involución por el papel de la extrema derecha, que podría alinearse con la derecha», expone el socialista. «Por eso animo a la gente a votar para poder taponar esa posibilidad, que sería como un tiro en el pie, volver atrás», finaliza.

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