De visita en La Rioja, Antonio Amate, secretario general de la Federación de Enseñanza de USO, arremete contra la Lomloe, tanto por su puesta en marcha como por la propia ley «que –asegura– ha traspasado límites que son inconstitucionales».
– Está siendo un desastre sin paliativos. En La Rioja, los decretos de Primaria, Secundaria y Bachillerato se publicaron en julio, los profesores plegaron la vela a final de junio y cada vez más las comunidades tienden a que las clases empiezan antes, con lo cual el periodo de adaptación que tienen los profesores es mínimo. Por tanto, tanto los materiales como los libros de texto, como la evaluación del alumnado, a la que se le ha dado la vuelta como a un calcetín, ahora mismo está siendo caótica y para los centros es un sálvese el que pueda y que cada uno se organice de cualquier manera.
– Al margen de la implantación, ¿cómo califica la ley?
– Es un hito en la historia de España, otro desgraciado más en la historia educativa del país. Nos encontramos con una ley que nace sin ningún consenso, se excluye a sus detractores de manera clara y se han traspasado límites que creemos que son inconstitucionales. Hay dos recursos de inconstitucionalidad presentados en el tribunal que creemos que prosperarán porque se ha roto el consenso constitucional que establecía un derecho a la educación en los centros sostenidos con fondos públicos, tanto públicos como concertados. La ley ha creado un derecho a la educación pública y ha relegado a la concertada a una red subsidiaria, auxiliar de la pública y encima sometida continuamente a escrutinio y sospecha. Es una ley que se hace contra la concertada y, sobre todo, contra la libertad de enseñanza. Lo que hay en juego es un concepto que es válido, que la gente lo quiere y lo practica, que es poder elegir la escuela que prefiera para sus hijos y que sea con carácter gratuito. No tengo por qué gastarme un dinero cuando tengo una oferta gratuita en la red sostenida con fondos públicos en la que yo puedo decidir. Eso es lo que se han cargado.
«Lo que hay en juego es un concepto que es válido, que la gente lo quiere y lo practica, que es poder elegir la escuela y que sea con carácter gratuito»
– En La Rioja, la Consejería ha hecho una consulta al Ministerio por si se puede impartir la asignatura de Religión Islámica en los centros concertados.
– La Religión Islámica siempre está sometida a un proceso de demanda social y si no hay no tiene ningún sentido. En el caso de los centros concertados, que tienen un ideario católico, es una norma que tiene muy poco sentido, excepto donde pueda haber una bolsa de alumnado importante y las familias lo demanden. Entonces la propia ley establece que se tiene que atender también a las minorías en los centros concertados, eso no debería suponer ningún problema. Ahora, que se introduzca como un problema para generar debate y lío es lo que no nos gusta ni aceptamos.
–¿Por qué cree que es imposible un pacto educativo?
– Porque la educación es poder en la mente de mucha gente, entienden que de alguna manera la educación de los jóvenes favorecerá en el futuro una determinada concepción del mundo, de la política, de la vida. Es un problema de libertad.
– Hay una constante que se repite en todo el país que es la falta de profesores, ¿a qué cree que obedece este problema?
– Tiene dos lecturas según dónde. Suele ser habitual cuando se implanta un plan de estudios nuevo. Automáticamente, según la carga horaria, habrá más necesidad en algunas asignaturas que en otras. La cuestión de fondo es que se cumpla siempre la ley que establece en sus principios que es primordial la calidad y que no se sienta discriminado ningún alumno. Pero en España esa discriminación existe porque no existen ni las mismas plantillas ni las mismas dotaciones de profesores en toda la red sostenida con fondos públicos. Eso es un mal endémico que no acaba de solucionarse. No es normal que un profesor en un instituto dé 18 horas de clases en Secundaria y en los concertados sigan atendiendo a los niños dando 25 horas. No se puede dar la misma calidad dando esos periodos lectivos, además de que se cobra un salario bastante inferior. El problema de las plantillas es básicamente que no se quiere construir un sistema concertado a la altura de los tiempos.
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