La lluvia recorta los pasos en Jueves Santo

A mitad de recorrido la de La Piedad emprendió el regreso a la iglesia de Valvanera, donde los porteadores lograron introducir el paso, ya cubierto de plásticos, sobre las 21.20 horas, poco más de una hora después de haberlo sacado. Ya dentro del templo y a resguardo se cantó una saeta. «Nos hubiera gustado haber tenido un final como en otras ocasiones pero no ha sido posible», se expuso al final, agradeciendo la labor de la banda y de los maceros. La procesión logró finalizar, aunque antes de tiempo, con el rezo de la última estación.

De la misma manera, la Cofradía de las Siete Palabras y el Silencio, una vez alcanzada la calle González Gallarza, tuvo que regresar precipitadamente a Escolapios por la lluvia, a pesar de que tanto el paso como los estandartes estaban igualmente protegidos del agua con plásticos.

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Con media hora de retraso, a las 23.00 horas, salió el paso de la procesión del Sagrado Momento del Descendimiento de Cristo de la iglesia de Santa María de Palacio, con la dificultad habitual de portarlo por lo bajo pata poder superar la puerta. La primera alzada del paso se dedicó al cofrade recientemente fallecido Martín Pérez, porteador del paso al que se le ha respetado su lugar dejando el sitio vacío en su recuerdo y, en su espacio, colocando unas flores. Después, en el hospital de La Rioja, se cantaron dos saetas y se procedió al habitual reconocimiento a los sanitarios.

Finalmente, a medianoche, la Cofradía de María Magdalena partió de la concatedral de la Redonda con la procesión del Silencio. Para entonces el tiempo ya se había estabilizado y las dos procesiones nocturnas coincidieron sin problemas, sin lluvia, y aún con mucha espectación en las calles. Además, era el 75 aniversario de la primera salida procesional del paso de María Magdalena, recientemente restaurada. El 15 de abril de 1949 salió por primera vez en la procesión del Santo Entierro y ya en Viernes Santo lo volvió hacer.