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Si algo dejó claro desde el primer momento el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, es que el programa electoral sería su 'biblia'. Capellán anunció en el último Debate sobre el Estado de la Región nuevas ayudas dirigidas a jóvenes con el pago de las primeras matrículas universitarias y a la compra de coches nuevos, pero ya antes había puesto en marcha las ayudas del Plan Revive, para llevar población joven a los municipios de menos de 5.000 habitantes, el polémico cheque Bachillerato, para ayudar a las familias en una enseñanza no obligatoria en centros privados y, por supuesto, las ayudas a autónomos. Casi todas ellas con un denominador común: universalidad, sin criterios exclusivos ni limitantes por renta o patrimonio y casi todas ellas están en su programa de gobierno.
Algo similar ocurre con las deducciones fiscales. Si bien es cierto que las reducciones impositivas en el tramo autonómico del IRPF son progresivas, por cuanto no hay rebaja para rentas superiores a 60.000 euros y benefician a los 175.378 contribuyentes que menos ganan, el resto de desgravaciones o son universales o benefician a quien más tiene.
Es el caso de la desgravación universal de hasta 300 euros por práctica deportiva, de las bonificaciones en préstamos por compra de vivienda o, las más controvertidas, supresión del tope para acceder a la bonificación del 99% en Sucesiones y Donaciones (las herencias de primer grado a partir de 400.000 euros ya disfrutan de dicha bonificación), junto con la anunciada supresión del Impuesto de Patrimonio para 2025.
Medidas especialmente polémicas estas últimas porque la extensión de la bonificación de Sucesiones y Donaciones se estima que ahorrará 8,1 millones a solo 171 contribuyentes al año y la eliminación de Patrimonio lo hará en unos 15 millones a las 2.200 personas con más recursos de la región.
Las nuevas ayudas (fiscales, directas y sectoriales) puestas en marcha por Capellán en apenas 15 meses suman la friolera de 173 millones de euros. ¿De dónde sale tanta 'pasta'? Alfonso Domínguez, consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, no duda en la respuesta: «Del esfuerzo y del trabajo de los riojanos. A la inflación se le denomina el impuesto de los pobres, porque todo el mundo lo paga por igual y, después de la pandemia hemos tenido hiperinflación, con lo que, si pagas casi el doble por la misma gasolina es también casi el doble de impuestos». «Se ha pagado un exceso de impuestos –continúa– y nuestra idea es devolver a la sociedad este sobreesfuerzo, invirtiendo en educación, en el acceso universitario, pero también en sectores económicos en crisis como el vino, el agro y otros, así como en el colectivo de autónomos».
Fernando Antoñanzas es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de La Rioja (UR) y, a petición de Diario LA RIOJA, se presta a analizar las medidas puestas en marcha por el Gobierno de Capellán. De partida aclara: «A la hora de valorar las ayudas públicas, quizás la primera pregunta, más si son proporcionales o universales, es su eficacia: es decir, si he decidido poner en marcha una ayuda lo interesante sería saber si cumple el objetivo, y no creo que eso esté tan claro, ni en las del Gobierno regional ni en las del central». «Por ejemplo –continúa–, viajar ahora es casi gratis en transporte público. Era una medida coyuntural y casi universal, pero luego se ha prorrogado un año entero. ¿Hemos conseguido el objetivo? Yo he visto autobuses y trenes llenos de gente que sí necesita viajar, pero también de otra que va a Zaragoza porque es casi gratis ir a pasar la tarde, incluso dificultando encontrar billete para quien lo precisa de verdad».
Fernando Antoñanzas
Profesor de Economía Aplicada
Sobre la universalidad de la gran mayoría de ayudas de Capellán, Antoñanzas recuerda que «la educación es gratuita para todos en buena parte de la vida, no solo en las etapas obligatorias, ya que, por ejemplo, la universidad es deficitaria y cuesta entre 6 y 10 veces más que una matrícula. En Sanidad lo mismo, la atención y los medicamentos son gratuitos independientemente de la pensión del jubilado. La decisión de utilizar criterios de proporcionalidad o de universalidad es política, también de oportunismo, pero la universalidad está mucho más extendida de lo que parece en el gasto público y no la discutimos».
Medidas fiscales
Aunque en muchos casos son todavía estimaciones –por lo que las cifras, tanto de beneficiarios como de importes, pueden variar, ya que las desgravaciones se aprobaron para este año pero no se hacen efectivas hasta el próximo–, los riojanos pagarán 40,2 millones menos por rebajas fiscales. El profesor de la UR aprueba la rebaja de tramos del IRPF (21 millones de 'ahorro'): «No hay descuento para rentas de 60.000 euros y se refuerza en las más bajas hasta 40.000 euros, así que ahí sí hay progresividad». En cuanto a la supresión de Sucesiones y Donaciones para herencias de más de 400.000 euros y la futura eliminación de Patrimonio, Antoñanzas tiene claro que estas dos medidas –con ahorros estimados de 8,3 millones en Sucesiones y de unos 15 millones en Patrimonio– benefician a unos pocos, a los más ricos, aunque también matiza: «Ahí vuelve a entrar en juego la política y La Rioja está rodeada por territorios forales, así que supongo que hay un interés estratégico y se preferirá ser también competitivo para estos contribuyentes ante el efecto frontera». «¿Significa eso que es justa la medida? Quizás no, pero adivino un motivo estratégico, y la política es eso».
Ayudas directas
En cuanto a las ayudas directas, las que sobresalen son las de los autónomos. Pendientes en 2025 de que se habiliten también para mutualistas y societarios, ya suman más de 20 millones y el Gobierno de Capellán optó por universalizar las de personas físicas con tabla rasa: 2.700 y 2.100 euros en función de la edad. «Volvemos a lo mismo, lo que en su día anunció Capellán era que quería ayudar a pagar el incremento de cuotas. Si se hace por ayuda directa o por compensación es decisión política. ¿Necesita un autónomo que gana mucho 2.000 euros de ayuda? Supongo que no, pero a mí me parece más gravoso subir las cuotas, como hizo el ministro Escrivá para equipar o acercar las cotizaciones a las empresariales cuando este colectivo tiene muchas más dificultades y arriesga su patrimonio personal».
Antoñanzas sí cuestiona la ayuda a la primera matrícula en la UR: «Se habla de universalidad, pero no la hay. Quiero decir, es solo para estudiantes riojanos y no para los de fuera, pero a mí me gustaría que fuera gratis para todos los alumnos, con número clausus por supuesto y quizás ahí sí dando prioridad de acceso al estudiante riojano». «Es lo que ha hecho Eslovenia, donde la matrícula es gratis los cuatro cursos y ha atraído muchos universitarios. Quizás alguien podría pensar alguna vez que la educación también puede generar crecimiento económico».
Fernando Antoñanzas
Profesor de Economía Aplicada
Respecto al plan Renove (ayudas de 2.000 euros a la compra de coche nuevo), el profesor de la UR explica: «No conozco la letra pequeña, si se limita a cierta cilindrada, si se priman menos emisiones, pero es que ni siquiera se ha dicho si es para los primeros mil que lleguen. Creo que las ayudas, todas, deberían estar bien definidas y, en muchos casos, no lo están». «¿Si son universales o no por renta? Lo cierto es que planes Renove han hecho todos los gobiernos, de todos los colores. Ahí ya entra el oportunismo político». Algo similar para el 'cheque Bachillerato': «La pregunta clave en este caso es si hay capacidad en la enseñanza pública para cubrir toda la demanda de alumnos, más que la renta de las familias».
Ayudas sectoriales
Incluidas las ayudas a la compra de suelo industrial en Alfaro y Calahorra (20 millones) y los 28 millones extraordinarios para desbloquear expedientes atrasados en la ADER, Capellán ha desembolsado más de 100 millones en nuevas ayudas, de los que casi 50 han ido al sector del vino: «Hay sectores agrarios, como fruticultores por ejemplo u otras actividades económicas que estarán descontentos. Vuelve a entrar en juego la política estratégica. Lo justo sería que la bodega con beneficios cobrase, por ejemplo, 50 céntimos si quiere destilar y quien está en pérdidas, 1,15, en lugar de 86 céntimos todos». «El problema en muchos casos es que hacer un seguimiento así no es viable para los medios de las administraciones e incluso las ayudas se dilatarían mucho tiempo y por eso se opta por que sean universales, ya que las transferencias son mucho más cómodas y rápidas». En cualquier caso, Antoñanzas sí cuestiona este tipo de ayudas al vino: «Son medidas coyunturales, cuando lo que se necesita son medidas estructurales. No se ha dicho si seguirán en 2025, si se han acabado ya..., es decir, no sé si está bien definido el objetivo».
Como conclusión el profesor vuelve al principio: «Creo que todas estas ayudas deberían estar muy bien definidas y pensadas para lo que sirven, más que si son universales o no lo son». «Me gusta más este debate –añade– porque la verdadera proporcionalidad está en los ingresos. Ahí está claro que quien más tiene debe aportar más, y, en ese sentido, nuestro IRPF es bastante progresivo, más que el de muchos países del entorno».
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