Uno de los testimonios de más impacto en la sesión del juicio de este miércoles fue el de la recepcionista del Hotel Los Bracos que vivió los momentos previos a que se destapara el atroz suceso. Antes de las ocho de la mañana del lunes ... 27 de enero de 2020, un día después de que presuntamente asesinaran a Carolina en la habitación del hotel, la empleada narró que vio salir a Adriana Ugueto del establecimiento. Su aspecto –iba despeinada– no le causó buena impresión, así que la siguió unos metros hasta la calle Siervas de Jesús. Al cabo de una hora, la acusada, a quien no vio manchas de sangre, regresó al hotel y subió a la habitación.
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El relato de esta testigo no coincide con la versión ofrecida por la madre de Carolina. En la primera sesión del juicio, durante su declaración, explicó que se despertó en la bañera llena de sangre, vio que la niña estaba muerta y, desesperada, intentó tirarse por la ventana.
Poco después de que la procesada estuviera de vuelta en el hotel, un vecino que residía enfrente le llamó por teléfono y le dijo: «Tienes a una persona en la ventana que se quiere tirar». La recepcionista contactó con las camareras y les dijo que llamaran a la habitación 404. No abrió nadie. La puerta estaba cerrada por dentro. Esta misma empleada se asomó al patio del hotel desde el que se podían ver las ventanas que dan al interior, pero ya no había nadie.
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Coincidió que en ese momento unos clientes que se alojaban en la misma planta que Adriana Ugueto salían del hotel. Les preguntó si habían oído algún ruido y estos lo negaron aunque sí mencionaron que un vecino del edificio de enfrente llevaba toda la mañana gritando. Sobre las 9 de la mañana volvían a llamar por teléfono a recepción alertando de la presencia de una mujer en el alféizar de la ventana que trataba de arrojarse al vacío. De inmediato la recepcionista contactó con la Policía, que no tardó en llegar. A partir de ese momento, el director del establecimiento fue quien guió a los agentes.
Primero hacia el patio interior, según explicó él mismo en el juicio. Allí los agentes trataron de convencer a la procesada de que se metiera a la habitación. Al subir a la cuarta planta él se quedó fuera para no interferir y no vio nada del interior. Solo accedió la Policía.
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Otro empleado del hotel contó que el domingo vio llegar a la madre y a la abuela de la pequeña. A Carolina la llevaba la acusada en brazos. Debían haber llegado el sábado pero finalmente lo hicieron el domingo poco antes de las ocho de la mañana.
El juicio continuará este jueves con la declaración de varios agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.
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