No me llames influencer llámame...
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Algunos de los riojanos con más seguidores en redes sociales coinciden en que se consideran más creadores de contenido que famososRedes Sociales ·
Algunos de los riojanos con más seguidores en redes sociales coinciden en que se consideran más creadores de contenido que famososCreador del contenido, divulgador, comunicador... cualquier cosa menos influencer. Los riojanos con más seguidores en redes sociales coinciden en el ese término no les define y que, además, no todo es cuestión de número de seguidores o 'me gusta'. Para todos ellos es mucho más ... importante crear comunidad, comunicar y que quien les sigue valore lo que hacen.
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Cada uno de ellos tiene una forma muy diferente de ver las redes sociales. No sólo por el tipo de público al que se dirigen, sino también porque hay para quien es una forma de ganarse la vida, mientras que para otros es un entretenimiento o un medio en el que compartir sus conocimientos y mejorar la vida de los demás. Lo que está claro es que las cosas no son lo que parecen. Y no estamos hablando de los filtros.
Instagram | 140.000 seguidores | @vivircongusto
«Todo parece muy fácil desde fuera. No se trata de hacer una foto, subirla y ya está», asegura Olga García, @vivircongusto. Esta najerana comenzó por casualidad cuando Instagram no era en absoluto lo que es ahora. «Yo trabajaba en una empresa de márketing en 2012 y empecé a meterme en Instagram sin saber muy bien qué era. Me encantó la forma de compartir, el buen rollo que había y la generosidad de la gente», explica. Así, que decidió formarse en ese campo: «Todo sin pretensiones. Abrí mi primer blog sin decírselo a nadie y con mucha vergüenza, porque compartía mis cosas, y luego llegó la página de Instagram, que creció y creció... hasta ahora». Un ahora en el que cuenta con más de 140.000 seguidores, algo que le ha llevado a dejar casi por completo su trabajo en la empresa familiar para dedicarse a las redes sociales, con las que se gana la vida gracias a colaboraciones con marcas como Tous o Actimel. Ahora mismo, Instagram se come su tiempo, pero sigue manteniendo su blog y está también en Youtube, algo que le pide el mercado y en lo que le cuesta más entrar.
La gran incógnita es saber qué lleva a una cuenta como la de Olga a tener ese éxito: «A veces es solo estar en el momento y en el sitio adecuado. Pero el carisma y la manera de comunicar, son imprescindibles». Y, además, hay que ser fuerte. En general los seguidores, en su caso seguidoras en su mayoría, son amables. Pero siempre hay gente dispuesta a soltar su odio. «Al principio duele, aunque la piel de cocodrilo se termina haciendo», reconoce.
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Pero hay una pregunta que todos los hacemos: ¿Cómo consiguen dinero las influencers? «No somos comerciales ni vendedores. Lo que las empresas intentan es personalizar sus productos, humanizarlos. Que dejen de estar en el escaparate para estar dentro de la vida de alguien que te da confianza. Y eso tiene una conversión». Se puede hacer de dos formas. Una es más forzada, en la que la marca le dice al influencer cuándo tiene que salir, cómo y qué hashtag debe usar. Y otra, más 'real' en la que la empresa le manda un producto, lo prueba y después si le gusta hablan para hacer algún tipo de intercambio comercial. Luego el comunicador decide qué le encaja y qué no en función no solo del aspecto monetario, sino de si va bien para su imagen o si encaja con su perfil. Y, sí. Si se hace bien se puede ganar mucho dinero, ya que el importe puede ir desde 50 euros hasta... lo que se quiera. Lo que paga la marca no depende tanto del número de seguidores o likes, sino del alcance. Es decir, del número de personas a las que llega el contenido.
Instagram y Youtube | 10.000 seguidores | @elisariveres
Por ello, ahora mismo el foco está en los microinfluencers, los que tienen 10.000 seguidores o menos, pero muy fieles y con un nicho de mercado muy claro. Es el caso por ejemplo de la alfareña Elisa Riveres. Entre otras cosas es licenciada en Ciencias de Actividad Física y del Deporte con especialidad en atletismo y diferentes másters de Gestión, Psicología Deportiva o yoga. Su vida no está dedicada a las redes sociales, ni mucho menos. Pero es consciente de que ayudan: «La verdad es que soy bastante anárquica. No me fijo en estadísticas ni me preocupo del alcance, pero sé que quien me sigue está interesado en lo que cuento. Son perfiles más profesionales o muy activos en el deporte». En todo caso, los contratos que le llegan son a través de las redes sociales. Como ejemplos, su papel como evaluadora física y formadora de los bomberos de La Rioja, o ser profesora online de pilates para Sprinter. Además, el confinamiento le animó a abrir un canal de Youtube que en poco tiempo llegó a tener cientos de seguidores que la acompañaban en cada entrenamiento y a impulsar su plataforma de clases online. Es consciente de que tiene que dedicarle algo más de tiempo a las redes sociales: «Sé que puedo compaginar esa parte más de imagen y marca con la parte profesional de llevar toda la vida dedicada al deporte».
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Respecto a la profesionalidad, hoy cualquiera puede abrirse una cuenta de Instagram y ponerse dar consejos. Y está bien que haya variedad. Pero el problema viene cuando esos consejos están relacionados con la salud, la alimentación o el ejercicio físico. «No es solo que hagas el ejercicio y lo hagas bien, hay una responsabilidad y una ética», insiste Elisa, «a mi lo que me interesa es trabajar y cobrar por mi trabajo, no que me manden la ropa. Lo que quiero es promover la salud integral».
Este mundo de los 'microinfluencers' es la tendencia en estos momentos. Lo sabe Raquel Álvarez, de la empresa 'AR on set', que se dedica a gestionar los perfiles y las cuentas de los comunicadores. A veces es una empresa la que contacta con ella para que le busque una influencer con determinadas características. Además, controlan los códigos de conducta que se deben cumplir. «Hoy hay unas reglas a la hora de publicitar en redes sociales, y es imprescindible controlarlas», explica. «Estamos hablando de medios de difusión más que de publicidad, y cada vez es un mercado más fuerte», añade.
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Instagram | 16.000 seguidores | @huertox
En el fondo, cuando las cosas se hacen con el objetivo de aportar y no tanto de ser protagonista, salen bien. Y la mayoría de las veces es sin querer. Es lo que le pasó a Mylena Ferreira, una brasileña afincada en Logroño a quien siguen más de 16.000 personas en su cuenta de Instagram, @huertox, en la que da consejos para cuidar el huerto. «Cuando dejé de vivir en Madrid gané tiempo por no tener que desplazarme y lo empleé en empezar a cuidar plantas. Descubrí que me relajaba y comencé a contar mis éxitos y fracasos en Instagram. Era un diario para mi de la evolución de la planta más que otra cosa». Pero funcionó. Ahora, desde su huerto urbano de Logroño es ella la que da consejos a los demás. «Estoy en otras redes, pero IG es la más espontánea y la que supone menos trabajo. Aunque lo cierto es que el público en cada sitio es diferente, no tiene nada que ver lo que te piden en Youtube, Facebook o incluso en el podcast». Esa diversificación supone mucho trabajo, y Mylena ya tiene el suyo, en marketing, así que no vive de las redes sociales. «Me contactan marcas para que promocione productos. Pero no voy a promocionar algo que no uso, porque yo tengo una forma muy natural de cuidar el huerto», explica.
Instagram | 98.000 seguidores | @Bellos23
Lo que está caro es que la naturalidad parece ser la cualidad que gana en este campo a la hora de conseguir alzance. Así lo reconoce a logroñesa Belén Losada (@Bellos23), que tiene su trabajo como Filóloga inglesa y para quien esto es un entretenimiento. Empezó cuando Instagram no era el boom que es ahora y poco a poco las fotos de looks que subía a su cuenta fueron teniendo cada vez más éxito. Ahora cuenta con casi 100.000 seguidores. No fue, ni mucho menos, algo buscado. De hecho, el dinero que gana lo dona a una asociación, así que ni se ve como influencer ni para ella esto es un negocio. ¿El secreto? Asegura que la naturalidad y la cercanía. «No preparo lo que hago, subo fotos de mi día a día, de lo que llevo para ir a trabajar o con la niña al parque, creo que por eso interesa, porque es real», explica. Y es que las redes sociales cada vez son más forzadas y menos reales. «He visto a chicas con muchos seguidores que en sus fotos llevan siempre tacones pero luego en su día a día nunca», añade. En su cuenta lo que abundan son imágenes y stories del look que lleva a las 9 de la mañana y de ropa cómoda para pasear, algo que no le lleva demasiado tiempo. «Intento subir algo todos los días, aunque los fines de semana desconecto, y luego dedico un rato a contestar a los mensajes. Hay que ser constante porque hay mucha gente a la que le interesa lo que haces», explica.
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Facebook | Youtube | 3 milones de seguidores | Cocina Familiar
Youtube | Instagram | 3 millones de seguidores | Ana Recetasfaciles
Esa naturalidad de la que habla Belén la defienden también dos cocineros riojanos con un gran éxito en redes sociales. Ana Terés (Ana Recetasfaciles) cuenta con más de 3 millones de seguidores en Youtube y Javier Romero con casi la misma cifra en Facebook. «Yo tenía el blog y me preguntaban constantemente cómo hacía los bizcochos, así que decidí grabarlo para que se viera. Era 2014 y tampoco tenía ningún objetivo», cuenta Ana. Entonces todo era muy rudimentario pero ahora ya ha montado su estudio y vive de ello. A Javier Romero la vida le empujó a este mundo. La empresa que tenía fracasó y se vio con 52 años sin opciones, pero un amigo le propuso hacer un programa de cocina que comenzó e forma muy sencilla y ahora miles de personas ven 'Cocina familiar' en su canal de Youtube y cada día en TVR. Eso sí, no todo es bonito:«Me dijeron que en cuanto tuviera 10.000 visitas iba poder vivir de ello. Y eso no es cierto. Cuando llegué al millón empecé a ver algo de dinero. Para mi era un modo de vida y no fue fácil. Hay poca gente que pueda decir que vive de esto. Se ve muy sencillo desde fuera, pero no lo es. Las redes sociales son una dictadura», explica. Pero el trabajo ha tenido su recompensa y para él su mayor orgullo es que está «enseñando a cocinar a mucha gente para su día a día».
Y esa es la filosofía que los influencers (perdón) riojanos mantienen: trasmitir y aportar algo a la vida de sus seguidores.
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