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La nómina del patrimonio riojano en peligro de desaparición no deja de crecer. Desde que, en 2007, la asociación Hispania Nostra comenzara a elaborar su ya famosa 'Lista Roja' del patrimonio en Peligro, quince edificios religiosos y profanos han entrado en esa triste ... enumeración, y sólo uno consiguió a salir. Los demás siguen igual, o casi: viendo pasar el tiempo, mientas continúa un proceso de degradación lento pero implacable.
En fin, lejos de menguar, la lista aumenta. Desde el verano pasado cuatro nuevos bienes han obtenido el dudoso honor de estar en situación de emergencia: la iglesia de San Juan de Letrán de Pedroso, el Castillo de Davalillo, el Viaducto de Ortigosa... y, ahora, la Fábrica de Harinas 'La Gloria', en San Millán de la Cogolla.
Esta última incorporación, además tiene un doble mérito: advertir del riesgo y, para muchos, avisar de la propia existencia de este edificio y de su contenido, un desconocido casi total para el gran público (aunque en la zona sea, evidentemente, una parte de la memoria colectiva), e incluso para muchos expertos.
1 «Palacio» de Inestrillas Aguilar del Río Alhama
2 Ermita de Santa María de Yerga Autol
3 Iglesia de la Asunción Santa María en Cameros
4 San Prudencio de Monte Laturce Clavijo
5 Ermita de Orzales San Vicente de la Sonsierra
6 Santa María la Blanca Torremuña
7 Iglesia de la Asunción de Luezas Soto en Cameros
8 San Miguel de Montalvo Soto en Cameros
9 Castillo de Castañares Viguera
10 Casa Palacio de los Manso de Zúñiga Cidamón
11 San Juan de Letrán Pedroso
12 Castillo de Davalillo San Asensio
13 Viaducto de Ortigosa Ortigosa de Cameros
14 Harinas La Gloria San Millán de la Cogolla
Y eso que se trata de un edificio con rancio abolengo: su origen está en el propio Yuso, ya que perteneció, como molino, al monasterio benedictino emilianense. Pero en 1902 el bisabuelo del actual propietario convirtió el molino en fábrica de harinas. El emprendedor se llamaba Santos Vázquez y la fábrica vino a llamarse como su mujer: «La Gloria».
La empresa duró, así, largo tiempo. Funcionó hasta hace cosa de una década, pero, según señala Hispania Nostra en su informe, «conserva su estructura y maquinaria originales». Máquinas de 1902 o de 1925 que aún podrían funcionar, dado el mimo con que han sido cuidadas y restauradas por la familia. Y guarda alguna joya a medio camino entre lo técnico y lo histórico. Porque aunque la fábrica funcionaba con la energía que le proporcionaba el propio Cárdenas, en las estaciones de menos agua se usaba un motor Crössley que cuenta con un volante de inercia de dos toneladas y media. Para su refrigeración se empleaba el agua del propio río, y cuando ese agua salía, servía para que la gente del pueblo pudiera lavar la ropa con agua caliente. Por eso, cuenta Hispania Nostra, «San Millán no tiene lavadero».
El conjunto es además, muy grande: los edificios superan los 5.000 metros cuadrados, pero la propiedad fue incorporando fincas a lo largo del Cárdenas, hasta sumar 25.000 metros cuadrados.
Pero todo eso está, explica el informe, en grave peligro «a pesar de los esfuerzos de su propietario», señala Hispania Nostra. Tanto la estructura como gran parte de la maquinaria y tuberías están construidas de madera, atacada por plagas, roedores y sobre todo por el alto grado de humedad. Además, «la estructura acumula numerosos desperfectos sobre todo en la parte de fábrica, tanto en sus muros como en su cubierta». Y en los almacenes, mientras, el tejado se está desprendiendo por «la acción del viento y el agua».
Todo esto supone «un claro riesgo de pérdida dado el avanzado estado de desgaste que presenta la construcción».
En este caso, además, se trata de un tipo de patrimonio que no es el más habitual y que vive además algo escondido. Sólo así se explica, por ejemplo, que el conjunto no cuente con ningún tipo de protección legal: ahora mismo podría ser derribado sin ningún problema. «La Administración Pública no tiene interés en el conjunto», señala la asociación, a pesar de que, según su parecer «el edificio es un icono de la segunda revolución industrial». O lo será si no continua su deterioro.
Lo mismo se puede decir, evidentemente, del resto de los bienes que continúa en la lista, que son ya, lo dicho, 14. Desde que comenzó a funcionar, sólo un monumento riojano ha conseguido abandonarla: la ermita de San Martín de Leza, que recibió una restauración integral en 2017.
El resto... no. El resto sigue igual o peor que cuando Hispania Nostra se fijó en ellas. Muchas son templos ubicados en zonas rurales abandonados, pero también hay un buen número de edificios civiles, como la Casa Palacio de los Manso de Zúñiga de Cidamón, el «palacio» de Inestrillas o el viaducto de Ortigosa de Cameros, una de las últimas incorporaciones. Y muchos están en un estado cada vez más desesperado, con derrumbes parciales o mayoritarios y sin demasiada esperanza de rehabilitación. Solo alguno, como el polémico castillo de Davalillo de San Asensio, ha vivido algunos movimientos que permiten esperar algún avance en los próximos años.
La asociación Hispania Nostra, fundada en 1976 como correspondencia a 'Europa Nostra' y bajo la presidencia de honor de la Reina Sofía desde 1978, intenta promover y defender el patrimonio histórico español y denunciar los bienes que están en peligro.
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