Leves crecidas en los ríos sin llegar al nivel amarillo

Las avenidas que se produjeron hace un par de semanas y que multiplicaron los caudales de los principales ríos riojanos, especialmente del Iregua, por la incidencia de la borrasca Jana, mantienen elevadas las alertas en un lluvioso mes de marzo que ha tenido estos días un nuevo repunte. Por ello, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) lanzó el jueves un aviso de crecidas en la región, que se sintió especialmente durante la mañana de este viernes pero que se quedó en incrementos de caudal testimoniales, sin alcanzar el nivel amarillo en ninguno de los ríos riojanos.

Las escasas precipitaciones en las últimas horas contribuyeron a menguar la incidencia de estas crecidas previstas por la CHE. El Iregua volvió a ser el afluente que más elevó su caudal habitual, que se triplicó para llegar a su máximo en la madrugada a su paso por la estación de Villoslada de Cameros, con 33 metros cúbicos por segundo y un metro de nivel. Lejos, pese al incremento, de los 100 m/s que alcanzó el pasado 8 de marzo y que provocó estampas espectaculares en las que el río bajaba con toda su fuerza. Igualmente, en otros puntos de aforo como Islallana o Villamediana tampoco se alcanzó el nivel amarillo, que ya implica cierto riesgo.

En otros afluentes riojanos, el aviso de la CHE tuvo incluso una menor incidencia. El incremento del caudal fue sensible en el Tirón y el Oja, duplicándose en la mañana de este viernes. Por ejemplo, en Ochánduri el nivel del Tirón se elevó 20 centrímetros en unas pocas horas. Algo menos se notó en el Leza o el Cidacos, mientras que a su paso por Cervera el Alhama elevaba su mínimo caudal a los 4 m/s. El Najerilla fue el más tardío en elevar sus caudales, que seguían creciendo durante la tarde por encima de los 20 metros por segundo.

Las tormentas anunciadas para los próximos días podrían incidir especialmente en las cabeceras de las cuencas riojanas, en un contexto, además, en el que los pantanos se encuentran casi al máximo de su capacidad. Mansilla estaba al 87%, el González Lacasa al 96,9% y el embalse de Pajares, que frenó la última crecida del Iregua, al completo.