Foráneos y autóctonos se han puesto en la piel y en las manos de los monjes del medievo esta Semana Santa. A través de la caligrafía, la Fundación San Millán ha querido acercar a las familias el arte de la escritura de las letras capitulares ... con unos talleres gratuitos enmarcados de su programa de educación patrimonial 'Emilianensis'.
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En el monasterio de Suso hubo un importante 'scriptorium' medieval donde los monjes copiaban libros dando rienda suelta a su imaginación con la decoración de las letras capitulares utilizando útiles de su entorno más cercano. El cálamo, el grafito, la pluma o la piel de cordero eran solo algunos de los materiales utilizados en la Edad Media para este cometido. Unos materiales que han sido recuperados esta Semana Santa por la Fundación San Millán para sus talleres de caligrafía para adultos y niños mayores de 6 años que se desarrollan hasta hoy en el Centro de Investigación de la Lengua Española (Cilengua).
Los asistentes, algunos con ciertas complicaciones para sostener la regla y el lápiz dada su corta edad, comenzaron a trazar líneas en el papel hasta dar forma a las letras. Una de ellas fue Agatha que, junto a su hermana pequeña, intentaba dibujar sobre la cartulina en blanco. «Me lo estoy pasando genial, he aprendido a escribir como los monjes», relata la pequeña ilusionada. Acompañada de su madre y su abuelo, esta familia riojana decidió aprovechar que las aulas estaban cerradas para «acercarse a San Millán a disfrutar de actividades tan interesantes como estas. Además, al ser algo gratuito todo el mundo puede disfrutar de estos talleres», señala la mujer.
Pero no solo se acercaron familias de La Rioja y de fuera sino que además este taller suscitó el interés de profesionales de la caligrafía como Libertad. «Estudio caligrafía en la Universidad Popular pero este tipo de técnicas no las trabajamos por ello decidimos venir», comenta. Para ella este tipo de iniciativas son «perfectas para acercar el arte de la escritura a personas de todas las edades. Es maravilloso ver cómo niños tan pequeños se manchan de tinta y se esfuerzan por escribir como se hacía en la Edad Media». Asimismo, Héctor añade que con estos talleres «podemos volver a reencontrarnos con la escritura de papel y folio ya que estamos inmersos en el mundo digital. Además es algo que te relaja, te hace desconectar y reducir las revoluciones en las que estamos viviendo en la actualidad».
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