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TERI SÁENZ
Jueves, 25 de febrero 2021, 11:31
Cuando hace seis meses arrancaron las clases en La Rioja, pocos confiaban en que los centros se mantendrían abiertos durante mucho tiempo. El curso anterior la pandemia había dado un vuelco radical al sistema, dejando a los alumnos en casa e implementando en tiempo récord la enseñanza 'on line' en una carrera plagada de vicisitudes e imprevistos. Superada con solvencia aquella fase, las aulas de la comunidad reabrieron sus puertas en septiembre con el objetivo de alcanzar el mayor grado posible de presencialidad, pese a que la amenaza del COVID no acababa de disiparse.
La ansiada normalidad tenía así en la comunidad educativa uno de los principales bancos de prueba. Superado el examen más exigente que mide la respuesta a un reto mayúsculo, ya se conoce la nota final. «Sobresaliente cum laude», dictaminó ayer la presidenta regional, Concha Andreu, en la visita girada junto al titular de Educación, Pedro Uruñuela, al IES La Laboral para visibilizar el reconocimiento y la gratuidad de la Administración regional a todos los que han hecho posible llegar a este punto.
2.653 casos se han notificado en las aulas riojanas en todo el curso, con enero como el mes con mayor incidencia (783)
467 casos activos en el pico máximo (29 de enero) con el cierre parcial del CEIP La Guindalera, en Logroño.
Desde los equipos directivos que han adaptado las instalaciones y la organización, hasta el profesorado que ha hecho un esfuerzo ímprobo en circunstancias extraordinarias para cumplir los protocolos, pasando por los empleados de la Consejería, la unidad-COVID móvil encargada de perimetrar los contagios, las familias y por supuesto los alumnos, dando una lección de responsabilidad y cumplimiento de las normas.
El camino hacia ese éxito colectivo no ha sido llano ni ha estado exento de dificultades. Uruñuela remitió a finales de noviembre y al mes de enero como los momentos más comprometidos. El primero con 400 casos en una sola jornada, y el comienzo de año con un nivel similar prolongado durante diez días. En concreto, en enero se notificaron 783 contagios en las aulas riojanas (2.653 en todo el curso), con picos que llegaron a los 467 cuadros activos del día 29, obligando a cerrar temporalmente y de forma parcial el CEIP La Guindalera de Logroño. Igual que ha deparado instantes críticos, esa carrera de obstáculos deja también muescas esperanzadoras, como la fechada el 18 de febrero, el primer día que no se diagnosticó ningún caso positivo entre los estudiantes riojanos.
La revisión del pasado y el repaso al presente dejan paso al futuro inmediato, que apunta a la vacunación de los docentes. El consejero del ramo confirmó al respecto que el plan está ultimado en colaboración con Salud y sólo queda pendiente que la Consejería de Sara Alba dé la orden para activar el proceso. ¿Cómo se articulará? Uruñuela se mostró remiso a desvelar los detalles, recordando que su implementación también está a expensas de factores externos como el aprovisionamiento y la disponibilidad de las dosis requeridas.
Más allá de esa variable, el Ejecutivo regional confía en que la vacunación de los docentes se materialice en breve. Su turno llegará tras concluir la inmunización del grupo que ahora está siendo atendido y componen los funcionarios 'uniformados' que integran desde bomberos a agentes de las diferentes policías. No está definido aún en qué orden se aplicará la vacuna contra el COVID a los profesionales de la Educación. Lo que sí consta es una petición expresa por parte de la Consejería: dar prioridad al cuerpo de maestros de Infantil y, a partir de ahí, ir 'subiendo' de nivel hasta cubrir al profesorado en el resto de las etapas. Uruñuela apoyó la demanda en razones de lógica y características propias del alumnado en cada fase. «Los más pequeños no llevan mascarilla y, por otro parte, el contacto diario entre sí es más vivo que el que puede darse entre los jóvenes de Primaria o Secundaria», arguyó.
El consejero tampoco concretó cómo ni dónde se llevará a cabo la vacunación de los docentes. Si, por ejemplo, los equipos sanitarios acudirán a cada colegio o instituto, o serán los docentes quienes deban desplazarse a los lugares que virtualmente se habiliten para centralizar el proceso. «La decisión dependerá de Salud y los centros comarcales», se limitó a decir insistiendo en la coordinación que ha imperado entre su cartera y la de Sara Alba desde el inicio de la pandemia.
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Clara Alba y José A. González
Alberto Gil | Logroño
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
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