Destrozados en un carretera tras vagar abandonados, sacos llenos de cachorros en cunetas o repartidos por contenedores… Miradas de tristeza, huidizos por el terror, entre aullidos de incomprensión… Lealtad pagada con traición y, demasiadas veces, con maldad. Es el día a día que se encuentra ... la Asociación Protectora de Animales de La Rioja (APA Rioja) que, herida en lo económico, se ve obligada a no volver a prestar el servicio de acogida y asistencia veterinaria a los animales abandonados en la región, con la excepción de Logroño, del que era adjudicataria desde el año 2022, un periodo en el que ha rescatado a más de 1.200 perros.
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«La situación es inasumible debido a las cifras de abandono que se registran en la región, porque, además, el 90% de los animales que recogemos están sin identificar, con lo que nadie los va a reclamar y debemos asumir nosotros todos los gastos veterinarios», se lamenta Carmen Faulín, presidenta de la entidad, que insiste en que «La Rioja es la única comunidad española que no tiene una Ley de Bienestar Animal».
APA Rioja se encuentra en una situación límite en lo económico que arrastrará durante meses tras un desembolso de más de 700.000 euros por encima del precio de licitación del servicio y con unas cifras de recogida de perros anuales superiores a los 400 animales. «Nunca han estado los animales recogidos como en estos dos años como nosotros», defiende la responsable de la asociación.
La entidad, que recuerda que la cuota de asociados tiene un coste de 50 euros anuales (en dos cuotas de 25, en febrero y agosto), también tiene abiertas para vías para quien desee colaborar con un donativo de apoyo. Por transferencia bancaria: ES14 0049 6684 17 2516128818 (Santander) y ES44 2100 5571 92 2100189065 (La Caixa). Paypal: aparioja@aparioja.org. Bizum: en la agenda de ONGs vinculadas, el número identificador 00793.
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Pero APA Rioja ha llegado al límite. Ni hay cambios ni se esperan, como demuestran algunos de los episodios de las últimas semanas, recopilados solo en marzo y abril por la entidad, que atiende hoy a unos 300 animales de compañía en su refugio. Nada nuevo bajo el sol.
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Leo, Antonella, Cira, Thiago y Matea, así han sido bautizados, son cinco cachorros de mastín, tres machos y dos hembras, que fueron recogidos en contenedores de basura entre Albelda y Alberite y que han sido criados con biberón por los voluntarios de la entidad. «El dueño, ya lo habíamos denunciado con anterioridad, iba tirando a cada cachorrito en un contenedor. Les han hecho pruebas de adn con la madre y está todo en el juzgado. Si la Ley de Protección Animal no se hubiese derogado, a este individuo se le habría obligado a esterilizar a la madre, con lo que todo esto se podía haber evitado. No sabemos cuantos cachorros habrá tirado a la basura en los últimos meses y años», se lamenta Carmen Faulín.
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En Calahorra, la asociación recogió otro saco del horror abandonado en una cuneta. En su interior, una camada de siete cachorros, de los que solo lograron sobrevivir tres, entre ellos Azkar y Mia, tras permanecer más de una semana ingresados por parvovirus en la logroñesa clínica veterinaria Albeitar.
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El asfalto es también testigo habitual del drama del abandono, en la mayoría de las ocasiones con un desenlace fatal. En otras, las menos, tras una dura y costosa recuperación, los animales de compañía logran volver a regalar su lealtad a un ser humano.
Entre los 'afortunados' recientes, Cubata, un setter atropellado en Murillo. «Nos avisó la Guardia Civil de madrugada, se acercó el dueño, pero cuando vio que la dueña del coche reclamaba los desperfectos del vehículo desapareció porque como no había microchipado al animal carece de responsabilidad alguna. La dueña del coche se tiene que pagar la reparación y nosotros asumir dos intervenciones quirúrgicas costosísimas. Como no tiene chip, no hay responsabilidad, Si alguien se mata en el accidente no hay responsabilidad», denuncia Carmen Faulín. Cubata, sufrió dos operaciones y ahora trata de rehabilitarse en una casa de acogida con la esperanza de que pueda volver a andar.
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Amalur llevaba tiempo abandonada y vagaba por Alfaro hasta que fue atropellada en las inmediaciones del cementerio donde criaba a sus tres cachorros. Dos fueron recuperados por APA Rioja, pero el tercero falleció arrollado por otro vehículo. Ella tuvo más de suerte que su pequeño. Amalur, con traumatismo craneal severo, tuvo que ser sometida a una intervención quirúrgica para no quedar postrada de por vida, por la que la entidad pagó 2.000 euros, y ha logrado salir adelante.
Carmen Faulín
Presidenta de APA Rioja
Cuando voluntarios de la asociación recogieron a Alba el pasado 10 de marzo, la perrita llevaba al menos dos días en la cuneta con una pata destrozada y un fuerte golpe en la cabeza tras un atropello en la carretera de Calahorra a Cervera. APA Rioja recibía el aviso de un particular, que vio a una perrita que parecía atropellada. Trasladada a la Clínica Ruiz y Menta de la capital calagurritana, la cachorrita, de apenas siete kilos de peso, fue sometida a una operación. Además de una pata con diversas fracturas, tenía neumotórax y un fuerte impacto craneal. En fase de recuperación en una casa de acogida de la entidad, Alba espera un nuevo hogar. «Estamos luchando porque no pierda la pata. No sabemos si necesitará otra intervención, pero estas operaciones cuestan entre 1.600 y 2.000 euros y con las partidas de la licitación que el Gobierno de La Rioja contempla por cada animal, 100 euros, casi no llega ni para la consulta», resalta Carmen Faulín.
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«Hay que buscar soluciones, el 90% de los animales recogidos no tiene chip y te encuentras con condiciones de tenencia irresponsable por el desinterés de la Administración en resolver este problema. Hay que obligar por ley a que los animales estén identificados y, desde luego, no sirve de nada dar la gestión a una empresa privada que aborde el problema a través del sacrificio», insiste la presidenta de APA Rioja, quien reitera que «si esto se privatiza, como parece que va a ocurrir, ninguna empresa va a destinar dinero a la recuperación de los animales, porque es caro, ni va a afrontar ningún tratamiento mínimamente costoso y se optará por el sacrificio. Eso lo sabemos porque hemos sacado animales de la empresa que gestiona las recogidas de Logroño asumiendo su tratamiento para evitar que los sacrificasen».
El pasado 22 de abril, el Consejo de Gobierno autorizó a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente un gasto de 393.767,88 euros en la licitación del servicio de acogida y asistencia veterinaria de animales de compañía abandonados y extraviados en los municipios de la comunidad, a excepción de la capital, que se prestará en el centro que el Ejecutivo regional posee en la localidad de Cañas, una instalación, recuerda APA Rioja, cerrada desde hace meses, «pese a que los refugios están saturados, como sabe el Gobierno de La Rioja, lo que nos condena a trabajar en unas condiciones duras».
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