Imagen de archivo de la manifestación del Primero de Mayo de 1985, a su paso por El Espolón. L.R.

Cuando una lavadora era el regalo perfecto para mamá

37 años ·

Entre La Rioja actual y la de mayo de 1985 media un abismo, con la única coincidencia de una espiral inflacionista que entonces y hoy ha llevado al IPC a serpentear por los dos dígitos

Martes, 5 de abril 2022, 02:00

Una Rioja todavía en blanco y negro, en la que las noticias de atentados terroristas dominaban las portadas de este diario restando espacio a la vida de una región en preescolar de autonomismo: el Estatuto se había aprobado solo tres años antes.

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Esa era La ... Rioja de mayo de 1985. ¿Por qué nos fijamos en él casi 37 años más tarde? Porque el IPC adelantado de marzo de este 2022, el 9,8% nacional (los datos regionalizados se conocerán dentro de nueve días), no se registraba desde entones.

El rastreo de la valiosa hemeroteca de esta casa nos permite recordar cómo era aquella región, con los agricultores levantados por otra crisis de precios, la de los espárragos; la incautación de miles de litros de aceite peligroso para el consumo humano; una huelga histórica de la enseñanza privada; una administración regional todavía modesta (1.420 funcionarios); la polémica comercial a cuenta de la propuesta del ministro Miguel Boyer sobre la libertad de horarios, y un Primero de Mayo marcado por el sentimiento pacifista –en unos meses España votaba en referéndum su permanencia en la OTAN–, que también clamó contra «el trabajo clandestino» en el textil-piel y la situación de las empleadas de hogar: «También son trabajadoras».

Bancos y cajas competían ofertando ropa deportiva, menaje e intereses del 8% y 10%

Hablando de mujeres: innumerables anuncios publicados en las páginas de Diario LA RIOJA entonces serían hoy impensables. Con motivo de la celebración del Día de la Madre, por ejemplo, una conocida cadena de electrodomésticos desarrolló una amplia campaña para dar a conocer modernísimas aspiradoras, lavadoras y secadoras con un eslogan definitivo e imbatible para la sociedad riojana de mayo de 1985: 'Este regalo es el que le hace ilusión a mamá'. Otros anuncios tampoco pasarían hoy el tamiz del lenguaje inclusivo. Así, una empresa se publicitaba, sin mayores miramientos, como la mejor en «aparatos para sordos».

En cuanto a los anuncios por palabras resulta nostálgico releer las ofertas de ganado y de maquinaria agrícola, y las de habitaciones en casas de huéspedes. Respecto a los automóviles, quién se podía negar a matricular un Fiesta si su compra se veía recompensada con una semana de vacaciones en Baleares. Y, en deportes, el Logroñés perdía el ascenso a primera.

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En el apartado financiero, y mientras Caja Rioja confirmaba 731,6 millones de pesetas en beneficios, las entidades se daban de tortas para arrebatar clientes a la competencia con regalos que iban desde ropa deportiva hasta menaje de hogar. Y la mayoría echaba el resto ofreciendo remuneraciones «a partir de 500.000 pesetas y sin retenciones fiscales» del 8% o del 10%.

Por municipios –fiestas patronales al margen–, la capital inauguraba su tercer instituto, el Escultor Daniel, y el tercer puente sobre el Ebro; Lardero ofertaba bonos para su piscina olímpica a 3.000 pesetas y los vecinos de Pradejón protagonizaron una intensa revuelta contra las nuevas cuotas de la contribución urbana.

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