«Sería una lástima que quitasen esta área. Es un paraíso»

Son las once y media de la mañana de una jornada soleada. Aún quedan unos días para que se termine la época estival, pero la afluencia que registra el área oficial de servicios para autocaravanas de Las Norias parece sacada de otra estación. En apenas veinte minutos, tan solo aparecen tres o cuatro vehículos que aguardan a que les llegue su turno para cargar agua o para descargar los residuos acumulados. «He venido a vaciar», reconoce José María Aviñó.

Con su furgoneta, equipada para ser su casa desde hace dos semanas, ha podido comprobar las ventajas que ofrece el espacio situado entre el Mundial 82 y la avenida de la Sonsierra, en el que pernoctó ayer y que tendrá que dejar de usar, porque el Ayuntamiento de Logroño adecuará otro gratuito en la calle Río Lomo de Los Lirios. «El parking está muy bien, porque hay bastante sombra. Estaría bien que el siguiente también la tenga, pero lo importante es tener un sitio para quedarse y estar bien», valora este valenciano antes de señalar que el auge de esta modalidad turística y de transporte ha provocado que «haya sitios que estén masificados. Ha habido un 'boom' después de la pandemia, se ha puesto de moda y hay veces que agobiante».

Al poco de emprender su marcha hacia el valle de Tobalina, aparece la autocaravana de Isabel Serrano y Pascual Ródenas, con la que ya habían pernoctado «un par de noches» en la ciudad. «Llegamos hace 15 días, estuvimos rodando por el País Vasco y volvemos hoy -por este lunes- para hacer noche. Igual mañana -martes- bajamos hacia Aragón», detalla Serrano antes de destacar las comodidades que ofrece esta área oficial. «Está muy bien, porque es muy grande, tiene los servicios que necesitamos y hay muchísimo espacio para aparcar; en otras zonas tienes que echar mano de un plan 'b' para encontrar sitio. Además, está tan cerca de la ciudad que es un gustazo».

El problema, apunta Ródenas, es que hay «mucha gente» que «se queda a vivir en estas áreas». «Hay un cartel que indica que puedes estar 48 o 72 horas, pero hay quienes llevan meses y no hay nadie que lo controle», lamenta antes de proponer que estas zonas sean de pago o que se habilite «una barrera que lea la matrícula y te haga salir». «Hay cierta masificación y si encima hay gente que lleva mucho tiempo, es peor», añade.

Alicia Messina y Antonio Pastorella, que llegaron anteayer al aparcamiento, coinciden al calificar de «extraordinaria» el área de servicio. «Me parece estupenda. Para nosotros es muy importante tener zonas para cargar agua, descargar...», expone ella. El aparcamiento, a su vez, es «maravilloso por toda la arboleda que tiene; no hemos visto otro igual», resalta Pastorella antes de señalar que no tienen ningún problema con que se modifique la ubicación del parking. «En la autocaravana tenemos luz, agua... y podemos cocinar. Si hace calor, sufrimos un poquito y si hace frío, nos tapamos. Lo único que necesitamos es tener un punto de carga y descarga», afirma.

En el parking para autocaravanas, apenas se vislumbra una treintena de ellas estacionadas. Hay muy poco trajín y tan solo se escucha movimiento en dos de las filas que están situadas más alejadas de las piscinas de Las Norias. «Venimos todos los años. Fuimos al norte de Asturias y paramos aquí porque nos pilla súper bien, ya que venimos de Barcelona», afirma Carlos Segarra antes de destacar que «la zona es fantástica y para las autocaravanas, nos va idílica». Sobre todo, por la sombra que ofrecen sus árboles, que «para la autocaravana es importante»; por el «silencio, porque se duerme muy bien por la distancia que hay con las carreteras» y por la «proximidad al centro». Por eso, asegura, «sería una lástima que quiten esta área, porque es un paraíso».

Como ellos, Ana María García, que tenía idea de marcharse este martes después de pernoctar dos noches, corrobora la tranquilidad del entorno. «Hemos estado súper bien y muy tranquilos. Todo está muy limpio», afirma. Tiene experiencia con esta modalidad turística y de transporte. Ha conocido otras áreas para aparcar, pero ninguna es como esta. «Hemos ido a Laredo o Santander, pero esta zona está mejor. Es mucho más amplia, más grande y estamos más separados», resalta antes de apuntar que en el primer municipio cántabro «nos hemos quedado a veces sin sitio, pero aquí no. Es enorme y se agradece que haya arbolado y que estén las piscinas al lado», concluye antes de reanudar su conversación.

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