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El Vignemale, uno de los picos más altos de los Pirineos, muestra hoy día una pintoresca evidencia del retroceso de los glaciares. Cerca de la cumbre hay unos enigmáticos boquetes en la roca abiertos con dinamita en 1882, cuando el excéntrico conde Henry Russell, que alquilaba la montaña entera por un franco, hizo construir siete cuevas para contemplar el atardecer sobre el glaciar de Ossoue y dar fiestas con sus amigos a más de tres mil metros de altura. Los refugios se abrieron a ras de hielo para poder entrar caminando, pero hoy habría que escalar varios metros de pared de roca simplemente porque el nivel del hielo ha ido descendiendo y con los años aquellas 'puertas' son ahora 'ventanas' al vacío.
«De los Andes a los Alpes –cuentan los divulgadores Nuño Domínguez y Luis Almodóvar–, del Himalaya a la Antártida, la inmensa mayoría de los glaciares de la Tierra se derriten a una velocidad sin precedentes desde que hay registros, un fenómeno relacionado con el cambio climático. El proceso es especialmente intenso en los Pirineos, donde el problema ya no es tanto el retroceso de los hielos, sino su extinción. Treinta y tres de los 52 glaciares que había en 1850 han desaparecido, la mayoría de ellos después de 1980».
En La Rioja no hay glaciares, pero sí paisajes de origen glaciar como las Lagunas de Urbión o los Hoyos de Iregua en los que también son cada vez más evidentes las consecuencias del calentamiento: «A mediados del mes de febrero el nivel de innivación en Urbión es propio del mes de mayo o incluso de junio», afirma Agustín Sandoval (@meteoduruelo), un profesional medioambiental de Duruelo de la Sierra (Soria) y aficionado a la meteorología que visita con frecuencia este paraje limítrofe entre las provincias castellana y riojana.
Uno de los lugares más recónditos y bellos de La Rioja es el Urbión, una de las cumbres del Sistema Ibérico que sobrepasan los dos mil metros (2.228). Hace límite con la provincia de Soria y también está muy próximo a la de Burgos. La vertiente riojana forma una olla orientada al norte, un circo de origen glaciar en cuyo centro se encuentra la Laguna del Urbión. Junto con otras nueve charcas de menor tamaño, forma un humedal de características únicas incluido en la lista Ramsar, figura de protección y conservación de los humedales más valiosos del planeta. Allí nace el Urbión, que desagua en el Najerilla por la derecha (vertiente mediterránea).
En la vertiente sur se encuentra el nacimiento del Duero (vertiente atlántica). El espacio representa un conjunto de humedales de alta montaña, una reliquia glaciar, una rareza alpina, totalmente aislada desde el punto de vista biogeográfico. En los Pirineos o la Cordillera Cantábrica sería normal, pero aquí, en La Rioja, en plena región mediterránea, este conjunto de humedales de alta montaña adquiere un valor singular.
Sus últimas fotografías de este mismo lunes (y vídeos muy vistos en redes sociales) muestran la laguna principal en un avanzado estado de deshielo, así como las laderas del Pico Urbión y Peñas Claras con muy poca nieve pese a ser cara norte y umbría: «Laguna glaciar de Urbión, a más de 1.900 metros, en Viniegra de Abajo –tal como lo describe Sandoval–. Aspecto de primavera avanzada, de pleno mayo, en febrero. Y seguía el deshielo a través de la morrena terminal que alimenta al río Urbión».
El mismo panorama se aprecia en el cordal de la Sierra de la Demanda, con muy poca nieve en las inmediaciones del San Lorenzo: «Parece finales de mayo o incluso junio». Y algo similar ocurre en Sierra Cebollera y los mencionados Hoyos de Iregua.
Laguna glaciar de Urbión, a más de 1900 m, en Viniegra de Abajo, y en el límite con Soria.
Agustín Sandoval (@meteoduruelo) February 17, 2020
Aspecto de primavera avanzada, de pleno mayo, en febrero.
Y seguía el deshielo a través de la morrena terminal que alimenta al río Urbión.@tiempobrasero @aquilatierratve @monicalopez_tve pic.twitter.com/WJ6txVAPI1
Obviamente no son casos comparables a la merma de los glaciares pirenaicos o alpinos, puesto que en el caso del Sistema Ibérico, más al sur y con mil metros menos de altura, se trata de nieves estacionales. Pero también es alarmante que se estén retirando en febrero hacia el final de un invierno tan poco blanco que la temporada de esquí en Valdezcaray ha durado menos de una semana.
«Hace años que los inviernos no son como los de antes –comenta Sandoval–, pero yo no recuerdo un febrero con tan poca nieve». De hecho, las principales nevadas fueron en noviembre, y lo que más llama la atención es «lo extremo de unas situaciones y de otras». «Pasamos de tener nevadas espectaculares como en 2018 a estar a estas alturas como si fuera primavera avanzada».
Según la Aemet, «los records históricos de temperaturas y el desorden hídrico confirman la tendencia del cambio climático» también en La Rioja. El conde Rusell tendría problemas para encontrar aquí refugio digno de un amante de la naturaleza.
Detalles del aspecto actual de la Laguna
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