La Justicia española convoca por «torturas» al líder del Polisario, ingresado en el San Pedro

Sin embargo, la misma fuente judicial expresó sus dudas en cuanto a la posibilidad de que el líder independentista saharaui acuda a la cita, ya que continúa ingresado en un hospital, oficialmente y según sus allegados aquejado de coronavirus.

El caso ha derivado en un quebradero de cabeza para la diplomacia española, temerosa del impacto de la acogida de Brahim Gali en la relación bilateral con Marruecos, que se opone firmemente a la independencia del Sáhara Occidental y propone una autonomía bajo su soberanía.

El gobierno español hizo saber que el jefe saharaui fue acogido por «razones estrictamente humanitarias», y la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, afirmó que este gesto no debía perturbar «las excelentes relaciones que España tiene con Marruecos».

Una argumentación que no pareció convencer en Rabat, donde dos días después de esas declaraciones, su par marroquí Nasser Bourita convocó al embajador español para expresarle su «exasperación» y «pedirle explicaciones» sobre la acogida de Brahim Gali.

España necesita a Marruecos como aliado para contener la inmigración ilegal desde sus costas, y desde hace meses tiene pendiente organizar una cumbre bilateral, oficialmente postergada a causa de la pandemia.

El Sáhara Occidental, una ex colonia española catalogada como «territorio no autónomo» por la ONU a falta de un acuerdo, opone desde hace 45 años Marruecos al Frente Polisario, respaldado por Argelia.

Tras casi 30 años de alto el fuego, las hostilidades entre el Polisario y Marruecos se reanudaron a mediados de noviembre tras el despliegue de tropas marroquíes en el extremo sur del Sáhara Occidental, para desalojar a los independentistas que bloqueaban la única carretera que conecta con el oeste de África.