El jurado declara culpable a Óscar Pastor de asesinar «con ventaja y por sorpresa» a Javier Ovejas

A partir de ahora, una vez leído el veredicto, el magistrado tendrá que dictar sentencia condenatorio para Óscar Pastor, para quien la Fiscalía solicita y así se reafirmó ayer una vez disuelto el jurado, una pena de 22 años de prisión por el delito de asesinato y un año más por el de tenencia ilícita de armas. También solicita 10 años de libertad vigilada y pide que indemnice a la pareja de la víctima y a su familia en 300.000 euros.

Por su parte, las acusaciones particulares, que representan a la pareja y a la familia de la víctima, se ratificaron este jueves en pedir 25 años por el delito de asesinato y tres años más por el de tenencia ilícita de armas, además de 100.000 euros en concepto de responsabilidad civil para la pareja de la víctima y otros 100.000 para la familia.

Por su parte, la defensa de Pastor entiende que la pena debe ser la mínima de las posibles, es decir, la de 22 años por el asesinato y 1 más por tenencia ilícita de armas. El abogado se opuso a la petición de indemnización de la pareja de Ovejas con la que sólo llevaba cinco meses y «no consta el dolor que haya podido tener y, por tanto, es imposible valorar la existencia del padecimiento». De la indemnización reclamada por la familia, entiende que deber ser «moderada» porque la víctima «había sido expulsada de su casa, no tenía contacto con su familia y no consta ni un informe psicológico para valorar lo que supuso su pérdida».

Antes de la intervención de las partes, la portavoz del jurado leyó por espacio de una hora la contundente acta de veredicto en la que concluyen que Óscar Pastor causó la muerte «por sorpresa» a Javier Ovejas. «Se aprovechó de la ventaja que le otorgaba el arma de fuego sin que tuviera posibilidad de defenderse». Además, «había preparado los hechos que iba a ejecutar, porque desde el 14 de julio de 2021 había seguido el rastro de las monedas para encontrar al autor de los hechos».

De la declaración de la pareja y del propio procesado, el jurado concluyó también que el acusado convocó a la víctima en su domicilio, en el número 32 de la calle Santa Ana en Entrena, para que le devolviese el dinero que le había prestado. Poco después llegó a casa de Óscar, aparcó el coche junto al portón del procesado sin que impidiera la salida de ningún vehículo, dejó el perro de su pareja, al que después iba a sacar a pasear en un descampado próximo, dejó la ventana ligeramente abierta y entró en el domicilio del acusado donde éste «le causó la muerte por varios disparos».

Por unanimidad, los nueve miembros del jurado también consideran probado que el procesado estaba dolido por la situación, como así lo aseguraron varios testigos que sostuvieron que «estaba muy afectado», porque le habían entrado en casa a robar.

La portavoz del tribunal ciudadano se refirió a las declaraciones de los peritos de la Guardia Civil que efectuaron la inspección ocular en el domicilio del procesado y que hallaron manchas de sangre y restos de ADN en la furgoneta del acusado y en el patio trasero.

Sobre las continuas llamadas que hizo para pedir que le recogieran en su domicilio en Entrena para trasladarle a Logroño con el fin de arreglar un vehículo que tenía averiado en torno al centro comercial Berceo, el jurado entiende que fueron parte de una coartada para evitar que le incriminaran.

Consideran probado también que Pastor se deshizo del cuerpo y lo escondió en algún sitio que todavía no ha podido ser localizado. «Hoy la ubicación de Ovejas sigue siendo desconocida», dijo la portavoz respaldándose en la declaración de un agente de la Guardia Civil que explicó que se planificó la búsqueda con gente de la zona, se emplearon diferentes medios, como georradar, un labor ardua que duró casi un año con resultados negativos. Sólo se hallaron dos piezas del móvil de Ovejas en una acequia. Un agente confirmó que había sido destrozado con intención.

El acusado, en prisión provisional por estos hechos desde agosto de 2021, defendió en todo momento su inocencia y se mostró convencido de que Javier Ovejas está vivo. «Allí donde estén las monedas está Javier», llegó a decir. Incluso se declaró víctima de un complot, de un montaje diseñado por quien llegó a ser su amigo y la pareja de este. Un extremo que descarta la investigación y, por ende las acusaciones, la pública y las particulares que representan a la novia y a la familia de Ovejas.