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El calagurritano Julio Sainz González acudió con su padre Roberto al circuito de Los Arcos el año pasado. Allí pilotó un kart de competición de un amigo. Le encantó y pidió tener uno, si lograba buenas notas.
Julio cumplió y obtuvo buenos resultados en el ... colegio San Agustín donde estudia. El propietario del vehículo que probó lo vendía, fue el que compraron y con el que ha disfrutado de su pasión por la velocidad en los últimos ocho meses durante los fines de semana en Los Arcos, Vendrell, Zuera y Vic.
Antes había tenido una primera experiencia en el Karting Indoor Logroño.
«Me gusta pilotar, es una sensación que no te la da ninguna otra cosa. Dentro del kart estás concentrado para ir rápido e intentar ganar», explica Julio.
Aprovechando que Roberto iba a Cataluña por trabajo en Navidad, padre e hijo fueron al Karting Vendrell. El chaval realizó buenos tiempos y allí les animaron a inscribirse en un campeonato de quedadas.
Julio participó en su primera carrera el último fin de semana de enero, sin pretensión alguna. El sábado 28 se realizaron los entrenamientos y el calagurritano registró buenas marcas. Al día siguiente sufrió un percance en la primera vuelta de reconocimiento cuando otro kart le golpeó y rompió la varilla de dirección. La alinearon, pero no pudo finalizar el calentamiento y pasó a la ronda de tiempos.
Una vez cumplidos los requisitos, entre otros que las ruedas deben ser las mismas en la clasificación y en la carrera, y que el peso coche y piloto no puede ser menor de 110 kilos en su categoría, salió a la pista y logró colocarse en segunda posición.
En la primera manga se mantuvo segundo y al final se puso en cabeza y cruzó la meta primero. Fue inesperado y en las once vueltas de la segunda carrera no dejó el primer puesto. Firmó unos tiempos muy buenos, a pesar de no tener unas condiciones de vehículo profesional y la inexperiencia en la competición. Padre e hijo han aprendido sobre la marcha detalles como la presión de las ruedas o cuándo se puede acelerar al salir a pista.
En esta primera prueba Julio tenía 10 años (cumplió 11 el 1 de febrero). «Para mí fue una sorpresa ganar», dice. Hubo setenta y dos pilotos, incluso extranjeros, en varias categorías. El calagurritano participa en la mini, con motores de 85 centímetros cúbicos con una velocidad punta que supera los cien kilómetros por hora.
Ahora compite con un vehículo con un chasis más moderno que el primero que tuvo, pero al que instalaron el motor de este anterior.
Su próxima cita será en MotorLand (Alcañiz) los días 4 y 5 de marzo y habrá otras en Lérida, Valencia y Barcelona. Sueña con volver a subirse a lo alto del podio, aunque es consciente de que su vehículo no dispone de las prestaciones de otros.
«Recomiendo que, lo mismo que se da la oportunidad de jugar al fútbol, se diese la de poder montar en kart», termina el joven piloto.
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