El juicio del caso Entrena comienza este lunes con la declaración del único acusado

Ese día, el procesado, O. P. R, que estaba convencido de que sus amigos, Javier Ovejas y la pareja de este le habían sustraído de su casa parte de su colección de monedas y billetes, convocó a la víctima para que fuera a su domicilio en Entrena y «así poder vengarse por ello».

Una vez que Ovejas llegó a su casa, entre las 21.30 y las 22.00 horas aproximadamente, el acusado, «con sorpresa y ventaja, pues había preparado los hechos que iba a cometer», le disparó varias veces con un arma de fuego. Luego se deshizo del cuerpo de Javier y de los útiles e indicios del crimen en un lugar indeterminado hoy desconocido.

El procesado estaba en posesión de múltiples armas de fuego y armas blancas, así como ciento noventa cartuchos de diferentes calibres. A pesar de que carecía de permisos y licencias para su tenencia, un arma de fuego larga, de cerrojo, de calibre 32 y una carabina de aire comprimido estaban en correcto estado de funcionamiento.

La Fiscalía le imputa un delito de asesinato por el que pide 22 años de cárcel y otro de tenencia ilícita de armas por el que reclama 1 años de prisión. Reclama, además, el pago de una indemnización de 300.000 euros a la pareja de la víctima.

La última vez que se vio con vida a Ovejas, de 31 años y nacido en Cornago, fue la noche del 29 de julio. La versión que ofreció entonces su pareja, Pilar, fue que Javier había acudido al domicilio del acusado, ubicado a unos 200 metros de su casa. El objetivo, al parecer, era zanjar una deuda, pero nunca más regresó. Ese mismo día, la joven emprendió la búsqueda de su novio y sólo encontró su coche con un perro en el interior, aparcado frente a la vivienda de quien este lunes se sentará en el banquillo de los acusados por su asesinato. Diez meses después de su desaparición, la Guardia Civil reactivó la búsqueda de Javier Ovejas con nuevas actuaciones para su localización en el interior del inmueble donde presuntamente desapareció Javier y en los terrenos aledaños.

Entonces, a las labores de búsqueda se sumaron guías caninos de perros detectores de restos humanos del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, servicios especializados en maquinaria de análisis del terreno, así como los agentes de la Unidad de Policía Judicial que investiga los hechos y agentes de Seguridad Ciudadana.