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Parte de los alumnos de Alcaste-Las Fuentes posan con algunas de las bolsas de basura recogidas en la ribera del Iregua en Nalda. SONIA TERCERO
Limpieza del Iregua

Jóvenes pero sobradamente concienciados

Los alumnos de Alcaste-Las Fuentes limpian la ribera del Iregua en Nalda extrayendo de todo, envases, latas y hasta neumáticos, radios y un retrete

Diego Marín A.

Logroño

Jueves, 6 de junio 2024, 21:21

Los estudiantes del centro educativo Alcaste-Las Fuentes de Nalda regresaron este jueves a la ribera del Iregua para recoger la basura tirada en la naturaleza. Alrededor de 300 alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato llenaron decenas de bolsas con, sobre todo, envases, plásticos, latas y botellas, pero también neumáticos, dos radios, trozos de uralita e, incluso, un retrete. Todo en apenas dos horas de labor.

«Limpiar el río es muy importante para nuestro planeta. Hemos encontrado bastantes cosas», explicaba Valentina Morales, alumna de la ESO. «Hemos encontrado una alfombra, un plato, plásticos, un cartón gigante, una cuerda naranja... Así cuidamos la naturaleza porque alguna gente es muy sucia», expuso Manuel Rueda, alumno de Primaria. «El mundo está hecho una porquería, hay que cuidarlo más. Yo pensaba que iba a estar menos sucio», añadió Millán Reguera. «En mi grupo nos hemos encontrado muchas latas, una botella, yogures... ¡Un montón de cosas!», destacó Aritz Arana.

No era la primera vez que Alcaste-Las Fuentes acudía a limpiar la ribera del Iregua, ya lo hicieron en 2022, dentro del proyecto Centros Educativos hacia la Sostenibilidad, con el objetivo de mejorar el entorno y devolver a la naturaleza parte de lo que nos aporta, e impresiona comprobar cómo en solo dos años es posible encontrar tanta basura en la naturaleza. «Desde Primaria hasta primero de Bachillerato está todo el mundo arrimando el hombro, recogiendo todos los residuos que haya por la zona, sobre todo los que puedan ser más peligrosos para la fauna», declaró Hugo González, profesor de Biología de Alcaste-Las Fuentes.

Trascender a las familias

«Los alumnos lo que expresan tras la actividad es sorpresa y asco porque vienen a un entorno muy bonito, pero buscas un poco y encuentras de todo. Es muy sorprendente que seamos tan cochinos y vayamos dejando por ahí lo que nos molesta en el bolsillo», consideró Hugo González. Así que la actividad no solo sirve para lo evidente, que es limpiar, también concienciar y dar ejemplo. Y es que en muy poco tiempo, y en apenas un par de kilómetros, por las dos orillas, recogieron de todo y lo depositaron en los contenedores a pie del camino del Trujal, junto a la LR-255.

«Hemos dividido la zona por clases. La otra vez que vinimos sacamos una bicicleta y un carro de la compra del río, cosas que no deberían estar ahí», señaló el profesor de Biología, aunque lo que más se encuentra siempre son envases de plástico. «Es muy difícil deshacerse del plástico, que al final se va al río y acaba en el mar», lamentaba González. Pero con esta actividad se pretende que eso cambie, que los jóvenes sean conscientes. «Queremos que esto trascienda a las familias. Con niños de Primaria no podemos sacar grandes cosas, pero si se dan cuenta del mal y del bien que podemos hacer, nos damos por satisfechos», afirma el profesor de Biología.

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