
José Ignacio Pérez Sáenz | Presidente del Consejo Consultivo de La Rioja
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José Ignacio Pérez Sáenz | Presidente del Consejo Consultivo de La Rioja
«En el ámbito político no podemos ser radicales, el odio solo prende fuego»A José Ignacio Pérez Sáenz (Calahorra, 1955) hay que escucharle entre líneas. De verbo fácil, lo ha sido prácticamente todo en política de la mano ... del PSOE. Concejal, jefe del Ejecutivo regional, senador, delegado del Gobierno y ahora presidente del Consejo Consultivo de La Rioja, un puesto desde el que, por responsabilidad, dice, evita pronunciarse sobre la ley de amnistía. «De lo que sea de mi competencia hablaré y de lo que no es de mi competencia ya ha hablado mucha gente», zanja.
– El Consejo Consultivo pasa casi de puntillas, pocos ciudadanos conocen la existencia de esta institución.
– Tiene que ser y es un órgano discreto, pero eso no quiere decir que no sea necesario. Si digo que está un poco alejado de los ciudadanos es porque no van directamente al Consejo Consultivo. Es un órgano que está al servicio de las administraciones públicas, y en este caso, del Parlamento, del Ejecutivo, del presidente, de los consejeros, de las entidades autonómicas y de la Administración local. A los ciudadanos les puede parecer que está lejos, pero precisamente una de sus misiones es garantizar que las administraciones con las que tienen relación no se comporten arbitrariamente con ellos. Muchas veces los ciudadanos creemos que las administraciones son unas piezas del puzle imbatible y lo que ofrecemos es la garantía de que el comportamiento de las administraciones está de acuerdo con el derecho y su actuación es legítima. El papel fundamental es garantizar la legitimidad del ejercicio del poder público. Una norma puede estar mal hecha, puede crear inseguridad jurídica, puede alejarse del ámbito estrictamente del derecho y aquí tenemos una labor preventiva porque hacemos una advertencia de lo que puede tensionar un ámbito constitucional, estatutario o legal. Los dictámenes son de leyes, de reglamentos y de decretos. Estos suponen el 50% del total. En segundo lugar hacemos dictámenes sobre responsabilidades patrimoniales, es decir, lo que reclama el ciudadano a la administración pública por daños y perjuicios, siempre que las reclamaciones superen los 50.000 euros. Dentro de las responsabilidades patrimoniales están las sanitarias y ahí van buena parte de los dictámenes. También hay revisiones de oficio con lo que también garantizamos que no va a haber ningún tipo de abuso de dominio por parte de las administraciones respecto a los contratos que ejercen con los empresarios.
– La semana pasada Logroño acogió las XXII jornadas de la función consultiva. Magdalena Valerio, exministra y presidenta del Consejo de Estado aseguró que el 98% de las observaciones emitidas en sus dictámenes han sido secundadas por los órganos consultantes. ¿También aquí es así?
– En líneas generales aquí es por encima, pero Magdalena se refería a consideraciones esenciales, que son las que les estás diciendo que una determinada cuestión no está de acuerdo con la Constitución y, por tanto, si no se acepta se tendrá que poner que oído el Consejo no se le ha hecho caso. En el caso de las esenciales nunca se va a poder poner que el dictamen ha sido aceptado.
– ¿Cómo sienta cuando no se aceptan?
– Nuestro papel, aparte de ser discreto, es que nos creemos nuestra función y no tiene ningún poder. El único poder es la autoritas. Por las características que tienen nuestros dictámenes, el hecho de que sean no vinculantes es un valor porque, al saber que no es vinculante, tu responsabilidad la dejas en el órgano que ha hecho la consulta. Entonces, el principio de imparcialidad, de objetividad y de autonomía que tiene el Consejo es mucho más fácil de cumplir. Se le dice lo que se quiere al Gobierno y en líneas generales lo hace.
– Hay algunos dictámenes especialmente duros con la administración, me refiero, por ejemplo, al emitido respeto de la primera bebé intercambiada.
– Intentamos ser muy respetuosos con los organismos porque somos conscientes de que ellos tienen asesorías jurídicas a las que tienen que respetar. Además, somos conscientes de que estas asesorías están tensionadas para defender también a la Administración en cuestión de responsabilidades, pero nosotros, aunque los ciudadanos no estén presentes, lo que tenemos que garantizar son esos derechos, tenemos que proteger las posibles desviaciones que pueda tener cualquier Administración. Nosotros nos hemos expresado también con dureza con el Ayuntamiento de Logroño en algunas cuestiones por no hacer las formalizaciones adecuadamente y coger el camino corto. Nosotros, la independencia la ejercemos, no voy a decir con gusto, pero lo que quiero decir es que nos da lo mismo quién gobierne.
– ¿No duele más cuando quien gobierna es de tu partido?
– No. Vivimos en un mundo donde, como dice la historiadora Carmen Iglesias en un magnífico libro sobre la leyenda negra de España, no siempre lo peor es cierto. Siempre exhibimos los elementos negativos de nuestra sociedad y los vaivenes y las noticias malas son las principales y eso nos puede llevar a ser pesimistas. Pero para mí, como decía Steven Pinker, no hay mejor momento que el actual, para todo. Desde ese punto de vista, y volviendo al tema de las jornadas de consejos consultivos, el mayor éxito no fue el de la organización, sino que vinieran todos. El principio jerárquico queda disminuido al lado de conceptos como lealtad. Hay ciertos elementos de deslealtad que aprecio, pero fundamentalmente los que aprecio son de lealtad y que los consejos consultivos vengan y lo hagan con ganas de colaborar horizontalmente entre nosotros y que venga el Consejo de Estado como uno más, me parece destacable. Me quedo muy satisfecho de que se haya producido ese fenómeno que últimamente escasea, porque casi siempre hay un principio de singularidad, más que de buscar el acuerdo, la concordia y la cooperación.
– ¿A qué principio de singularidad se refiere?
– Nosotros tenemos un Estado autonómico en el que las actuaciones y las declaraciones de cualquier presidente pueden vulnerar la solidaridad entre el resto del territorio. Los principios del Estado autonómico son principios de respeto y solidaridad, y ahora no se habla apenas.
– ¿Se ha perdido el espíritu de colaboración?
– La gente está equivocada. En el año 1979, que fui concejal, el PP y el PSOE hacíamos lo posible por llevarnos bien porque no nos llevábamos bien. Las ideas que manteníamos eran radicalmente diferentes, pero ahora ¿no cree usted que el PP y el PSOE quieren lo mismo? Lo que ocurre es que la gente busca la singularidad, buscan exagerar los conflictos y las posiciones. En el ámbito político no podemos ser radicales, el odio solo prende fuego.
– No puedo dejar de preguntarle por la ley de amnistía
– Soy presidente de un Consejo que habla fundamentalmente a través de los dictámenes y lo que sea de mi competencia hablaré y de lo que no es de mi competencia ya ha hablado mucha gente como para que hable yo. Estoy en un órgano que se dedica a garantizar el ejercicio de la legitimidad del poder y me lo creo. En consecuencia, cualquier actuación deberá ajustarse al Estado de derecho.
– ¿La ley de amnistía se ajusta?
– Es que la ley de amnistía no la conoce nadie.
– ¿Le gustaría que cayera en sus manos si fuera presidente del Consejo de Estado?
– Tengo entendido que será una proposición de ley y si así fuera no es preceptiva la consulta al Consejo de Estado. Respecto a si me gustaría, le diré que al Consejo Consultivo de La Rioja le encanta ser útil y colaborar en sus funciones garantistas. En consecuencia, todas las consultas son bienvenidas, también las facultativas. En cualquier caso, la ley que salga será conforme a derecho, no me cabe duda, si no, no saldrá.
– Los vocales del Consejo General del Poder Judicial han expresado su «intensa preocupación y desolación» por lo que la amnistía supone de «degradación cuando no de abolición del Estado de derecho de España».
– Que los jueces intervengan con ese carácter tan político, siendo conscientes de que pertenecen a un órgano institucional y que sean todos nombrados por el PP, me parece que lo que se hace es estropear las instituciones, me da lo mismo que sean del PP que sean del PSOE. Si tengo clara una cosa es que tengo que dignificar el Consejo Consultivo y la manera de hacerlo es cumplir la labor que se me encomienda, que está ajena a todo este tipo de cuestiones. Podré tener mi opinión, como la tienen las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y cuando les dicen que tienen que hacer una cosa la hacen. Yo estoy en ese grado, como persona que se preocupa del ámbito político tengo una opinión, pero mientras sea presidente del Consejo Consultivo...
– ¿Ha hablado con el exsecretario general del PSOE, Francisco Ocón? Él se ha pronunciado abiertamente en contra de la ley de amnistía.
– No, no sobre sus declaraciones.
– En 1995 usted creó el Consejo Consultivo, ¿piensa finalizar aquí su carrera?
– Siempre he querido ser embajador (ríe), pero no creo. Hay gente que dice que la vida es circular, en este sentido estoy encantado de trabajar con gente que es magnífica en el ámbito del derecho. Buscamos siempre la unanimidad de los acuerdos y el refrendo de que nuestros trabajos están valorados y la gente los ha valorado muy bien.
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