La caldera sigue funcionando a pleno rendimiento. No hay quien pare estos días en La Rioja y la perspectiva no es nada halagüeña. Los termómetros en las estaciones del Gobierno de La Rioja volvieron a quedarse ayer muy cerca de la frontera psicológica que ... marcan los 40º. Fue Haro donde, a las 19.00 horas de ayer, se registró la máxima de la jornada en la comunidad, con 39 grados.
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Al sudoroso podio de las localidades más tórridas se sumaron Alfaro y Logroño, cuyos mercurios se quedaron en 38,5 y 38,4º, respectivamente. Se da la circunstancia de que ese punto extremo de calor llegó también pasadas las 19.00 horas, cuando el cielo se destapó y el sol volvió a recordarnos (por si alguien lo había olvidado) que no estaba dispuesto a dar tregua.
Y no se trata solo de que las máximas asusten, sino que las mínimas no permiten un respiro. Disfrutar de un soplo de aire remotamente fresquito fue ayer misión imposible en municipios como Arnedo (21,6º), Alfaro (21,3º) o Cervera (21,5º). Si alguno pudo echarse una rebequita para recordar esa agradable sensación tal vez fueran los vecinos más madrugadores de Torrecilla, ya que a las 7.00 horas sus termómetros marcaban 14,4º. Y poco más.
Con el bochorno todavía en el cuerpo, hoy toca volver a hacer un acto de fe para salir de casa. La Aemet reactiva de nuevo la alerta naranja por temperaturas máximas de 39º entre las 14.00 y las 22.00 horas de hoy. Y mañana, la Agencia Estatal de Meteorología prevé que llegue lo peor. Sus predicciones hablan de 43 grados de máxima en la capital, Calahorra y Alfaro; de 42 grados para Haro y de 41 para Arnedo, por ejemplo.
Toca de nuevo evitar la exposición directa al sol, no realizar trabajos duros o deportes, hidratarse, refrescarse... Lo ya de sobra conocido después de estas jornadas infernales.
Los sindicatos educativos continúan exigiendo a la Consejería de Educación que tome medidas para afrontar las olas de calor que están convirtiendo en heroico para alumnos y profesores acudir a clase.
ANPE, por ejemplo, ha pedido «de cara al próximo curso, la vuelta a la jornada reducida, como actualmente se establece en la mayor parte de centros escolares de España». De la misma forma, el sindicato pide «acondicionar y climatizar las instalaciones educativas para garantizar unas condiciones óptimas de trabajo para el desarrollo adecuado de la labor educativa».
Mientras, CCOO denuncia que «la deficiente climatización impide el desarrollo de las clases» y demuestra «la precariedad de las infraestructuras educativas para afrontar las altas temperaturas». Y ayer exhibió pruebas: una docena de termómetros en aulas de Logroño, Calahorra, Alfaro, Haro... con temperaturas por encima de los 30 grados (e incluso de 35,7º) a primera hora de la mañana.
Por su parte, la CSIF lleva días insistiendo en estas críticas y denunciando «la pasividad» del Ejecutivo regional.
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