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'Ireguada' es una palabra intrínsecamente unida a los habitantes del valle de este río habitualmente dócil y manso, pero de carácter imprevisible. Con ese ... término se refieren a una crecida rápida y en ocasiones destructiva de este afluente del Ebro. El pasado fin de semana se vivió uno de esos episodios de avenida, que alcanzó caudales no igualados desde hacía más de veinte años.
Las estaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro en la cabecera del río, en Villoslada, y en la entrada a la vega, en Islallana, marcaron nuevos hitos. En el punto de medición del corazón de la sierra de Cameros, el sábado día 8 llegaron a pasar 100,73 metros cúbicos por segundo, el mayor caudal desde el comienzo de los registros en 2008, muy por encima de los 88,9 constatados el 20 de diciembre de 2019. Un alza en la cabecera del Iregua fácilmente comprensible por las lluvias registradas en la zona durante las últimas semanas.
100,7 m3/s
Se registraron en la estación de la Confederación Hidrográfica del Ebro en Villoslada el pasado sábado.
156,6 hm3
De agua almacenan las cuatro grandes infraestructuras hídricas de la región tras una gran subida la última semana.
En diez días de marzo, el entorno de Villoslada de Cameros ha recibido 59,5 litros de lluvia por metro cuadrado, la misma cantidad que sumando los meses de enero y febrero. Y la previsión es que en los próximos días se repitan lluvias y nevadas.
Ese agua que ha ido engordando día a día el río Iregua, que continúa bajando con especial vigor, provocó que el 8 de marzo en la estación de Islallana se contabilizasen 117,9 metros cúbicos por segundo. El 7 de mayo de 2003, una fecha recordada en La Rioja por las inundaciones sufridas especialmente en las zonas del Yalde y el Najerilla, los medidores de la pedanía de Nalda llegaron a 173,4.
Estas avenidas, aliviadas por el embalse de Pajares, provocaron que se activase el protocolo de inundaciones del Gobierno de La Rioja aunque, afortunadamente, los daños a viviendas, caminos o infraestructuras han sido puntuales y no se han producido desgracias personales.
Con previsión de más agua en las próximas jornadas, el estado de los pantanos, especialmente los del Iregua resulta inmejorable, en cuanto a volumen almacenado, aunque la situación exige una delicada gestión. Como ejemplo, antes de las recientes precipitaciones, en Pajares entraban entre 293 y 380 metros cúbicos de agua al día. El viernes se recibieron 1.644, el sábado 1.832 y el domingo otros 2.900. Una aportación que ha llenado el pantano y que ha permitido ver de nuevo la imagen del agua saliendo por el aliviadero de la presa.
Y Pajares no es el único que ha sentido los efectos de la borrasca Jana. Ayer, la Confederación Hidrográfica del Ebro emitía su parte del estado de los embalses en el que se constataba un crecimiento de 18,81 hectómetros cúbicos durante la última semana, lo que significa un 10% del agua total que pueden recibir los pantanos riojanos.
Los 35,2 hectómetros cúbicos que puede albergar Pajares están colmados y la propia Confederación cifraba ayer su ocupación en el 101,68%. Mientras, el González Lacasa ha recibido 3,11 hectómetros cúbicos hasta colocarse al 94,4% de su capacidad. En el valle del Najerilla, Mansilla apenas ha crecido en la última semana (0,68 hectómetros cúbicos) y se mantiene en el 88,5%, en una situación muy estable durante las últimas semanas. Por último, el otro gran incremento semanal se ha producido en Enciso, con 7,4 hectómetros cúbicos recibidos, que lo dejan al 65,5%.
De los 182 hectómetros cúbicos que pueden albergar estas cuatro instalaciones, ayer se llegaba a 156,6, lo que significa que entre las cuatro ya superan el 86% de su capacidad total.
En lo que vamos de siglo, a fecha 10 de marzo, solo hay dos años en los que Mansilla, Pajares y González Lacasa albergaron más agua que actualmente. Fue en 2001, con 128,7 hectómetros cúbicos, y en 2003, con 128,3, cuando se superaron los 126,3 hectómetros cúbicos actuales. Y cabe recordar que, a 10 de marzo, la media de estos 25 últimos años se queda en 98,8 hectómetros cúbicos.
Si además se cuenta con la aportación de Enciso (algo que estadísticamente solo puede hacerse desde 2019, cuando comenzaron sus pruebas de carga), este 2025 es el año que va a cerrar el invierno con unas mayores reservas hídricas, con más de 156 hectómetros cúbicos embalsados, 21,7 hectómetros cúbicos más que en 2023.
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