La inflación riojana da un frenazo en la región pero los alimentos siguen disparados

Contar con un IPC negativo parece aún algo inverosímil en el contexto actual, pero por el momento, la economía parece dar algo más de respiro a los riojanos con una moderación en el encarecimiento de su día a día. Del 6,5% que subieron los precios en febrero con respecto al año anterior, al 3,6% que marca marzo. Las noticias son positivas, si bien la alimentación, uno de los parámetros que más condicionan la realidad económica de los riojanos, sigue subiendo.

La cesta de la compra subió en la región un 16,5% en marzo en comparación al mismo mes de 2022, siete décimas más que en febrero. Es la alimentación el parámetro que más se encarece de toda la economía y el que arrastra la inflación, pese a la reducción del IVA aplicada por el Gobierno a comienzos de año.

Destacan algunos productos que mantienen cifras disparadas, como el azúcar, con un aumento del 43,7%, los huevos (32,6%), la leche (31,7%), los aceites (28,1%) o las legumbres y hortalizas (25%). Todas las carnes sitúan su encarecimiento por encima del 10%, al igual que ocurre con el pescado. Las frutas y frutos secos son el único alimento por debajo de esa barrera de las dos cifras.

Otros sectores también mantienen esa tendencia alcista. Es el caso del calzado, que sube al 8,5%, las bebidas no alcohólicas (17,5%), los paquetes turístictos (20,1%), la compra de vehículos (9,2%) o el mantenimiento del hogar (10,4%).

Sin embargo, igualmente relevante a la hora de medir la inflación es el enorme descenso en el precio de la electricidad, el gas y otros combustibles, abaratados un 31,9%. La energía marcó el inicio de la escalada de precios y ahora contiene su ascenso. También vuelve a ser relevante la redución del 7,2% en el transporte, impulsada por la bonificación del Gobierno a los desplazamientos en tren y autobus.

La inflación riojana se mantiene por encima de la media nacional, que es del 3,3% en marzo, experimentando igualmente un cambio de tendencia en similares parámetros. El precio de los alimentos subió un 16,5% en el conjunto del país y la energía se desplomó con un -35,6%. Pese a los buenos datos generales, sigue siendo preocupante que la inflación subyacente, la que deja fuera elementos más volátiles como la energia y los alimentos frescos, apenas varía, pasando en La Rioja al 8,4%, sólo una décima menos que en febrero. Se coloca, por lo tanto, muy por encima de la inflación general.