Invasión agrícola de la circunvalación de Logroño

A diferencia con la primera jornada, los tractores no solo invadieron a modo de carrusel los carriles exteriores de las rotondas del polígono industrial Puente Madre y de la LR-250 que gestiona el tráfico en la LR-250 (Alberite), también se adentraron de madrugada en la de Marianistas entorpeciendo el tráfico, por tanto, también en el acceso a La Portalada. Además, quizá aprovechando la ausencia de controles a primera hora, los tractoristas llegaron a detenerse dentro de las rotondas, provocando notables retenciones.

Pasadas las 09.00 horas, los tractores empezaron a abandonar Villamediana, aunque regresaron por la tarde, poniendo rumbo a Logroño. Algunos vecinos de Villamediana afirman que les costó una hora llegar a Logroño, si bien es cierto que semanas atrás, por las obras en curso, se han producido atascos de más de media hora, sin tractores.

María Balda, agricultora de Villamediana que circulaba por la rotonda entre Villamediana y Alberite, criticó que «va a haber que estudiar Administración para trabajar en el campo, que se dejen de papeles y nos dejen trabajar». «Los precios son una vergüenza, no nos pagan el kilo de uva ni a un euro y luego te vas a La Laurel y te cobran 2 y 3 euros por una copa de vino. ¿Cómo puede ser eso? Y ya no sólo eso, es que nos están llamando las bodegas para decirnos que este año ya no nos compran la uva», expuso Balda.

Salvo excepciones, de nuevo volvió a haber bastante comprensión por parte de los atascados. «La gente se está dando cuenta de que, si paramos, se va todo a la ruina. Qué se va a comer si no... Pero es que deberían parar todos, no solo mirar», advirtió Balda, quien quiso subrayar: «Lo estamos haciendo todo los agricultores, sin sindicalistas, que lo único que hacen es tragar».

Los agricultores también regresaron a El Sequero, si bien la concentración de tractores allí fue más simbólica, centrándose la protesta en Recajo, a la entrada y salida de la AP-68 y la LO-20. La N-232, entre Agoncillo y Arrúbal, estuvo bastante despejada durante buena parte de la mañana, no así el tramo entre Recajo y Agoncillo. En el interior de El Sequero circulaban cuatro tractores por la avenida del Ebro de forma vistosa y poco molesta, puesto que los coches con los que se topaban rápidamente lograban una escapatoria por las calles perpendiculares.

Rubén, joven agricultor de Ausejo, conducía su voluminoso tractor y se quejaba de los precios y las importaciones sin trazabilidad. «Me parece muy bien que haya trazabilidad, pero en todos los países, no solo en España», declaró Rubén. Ricardo Ruiz, otro joven agricultor de Murillo, lamentó que «estamos abandonados, se ríen de nosotros con los precios del gasoil, cualquier chorrada está por las nubes y no se nos valora, cuando es un trabajo fundamental el que hacemos».

Sobre las 12.00 horas, los tractores de la zona de Agoncillo se adentraron en la circunvalación de Logroño ocupando los dos carriles y provocando una considerable retención. En un primer momento acudió la Policía Local para intentar desviar a los vehículos agrícolas por la salida de Varea, pero no surtió efecto porque los agricultores pararon y bajaron al asfalto deteniendo el tráfico. Tras la marcha de los agentes, los tractores reiniciaron la marcha y, a continuación, llegó la Guardia Civil, que entonces se dedicó a desviar a los vehículos no agrícolas. Ya sumergidos en La Portalada, los tractores formaron en hilera liberando el carril izquierdo y permitiendo una circulación fluida.