Desconcierto, incredulidad, hartazgo, impaciencia, enfado... Y mucha inseguridad. Ese era el estado de ánimo de la decena de personas que entre las 12.00 y las 13.20 horas de ayer abandonaban la sede logroñesa de la Seguridad Social, sita en la plaza de San ... Bartolomé. Algunos con una simple hoja en su mano, otros con un pliego de documentos y el resto, con la desesperación de tener más suerte en sus próximos intentos de obtener la cita previa obligatoria para una atención presencial, en un edificio en el que sobre muchas de sus mesas figura un cartel en el que reza: «Cerrado por jubilación».
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Franklim fue uno de los más afortunados y unos minutos después del mediodía salía del edificio con el documento que había ido a buscar. «Me ha costado semana y media que me concedieran la cita previa para atenderme hoy aquí, pero luego, como he llegado a mi hora, ha sido muy rápido porque era un trámite sencillo», confesaba el joven.
José Ignacio, sin embargo, no salía de su asombro» al explicar que su visita era una consulta por desesperación: «Llevo desde Navidad intentando por internet y vía telefónica que me den una cita y, de momento, me ha sido imposible. Por teléfono después de que te pide todos los datos, terminas y te dice que no hay disponibilidad. Esta mañana como he oído al ministro en la radio que todo está funcionando correctamente, va de maravilla y que son un ejemplo de eficacia me he decidido a acercarme. Se lo he comentado al funcionario y me ha dicho: 'Que venga el ministro y nos vea en la situación en la que estamos'.
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Al final, el hombre, en vísperas de su jubilación, se tuvo que marchar con las manos vacías. «Me han dicho que ellos no pueden hacer más y que siga intentando obtener la cita previa por internet o teléfono», se quejaba.
El mismo diagnóstico se llevó María: «Estoy intentando pedir la cita previa desde mediados de enero, pero por internet me ha sido imposible y por teléfono, pues tampoco, porque te sale una locución y no puedes avanzar. No hay manera, he escrito un email, pero tampoco me han contestado, así que nada, a seguir».
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Julia sí tuvo más fortuna y ofrecía una de las claves: «Hay que enchufarse a las siete de la mañana y aunque solo salen dos o tres citas yo conseguí hace dos semanas una para poder venir hoy a la una de la tarde».
Otra María, ésta de 65 años, acudió a otro camino, que confesó no sin apuro: «Yo he tenido la suerte de que conocía a una persona de dentro y así, en vez de tres meses, pues ha sido cosa de mes y medio lograr la cita», admitía la del 'enchufe', convencida, no obstante, de que «esto no puede ser, no se puede permitir que alguien se jubile y tarde dos o tres meses en poder cobrar su pensión».
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Rosa, sin contactos, abandonaba la sede indignada: «Me ha costado dos meses para que me den la cita y luego me han dado todos los documentos para que me los gestione yo, así que viva la Administración de este país».
Y Víctor se despedía entre el malestar y la inquietud. «Conseguir la cita previa me ha costado unos 25 días, porque llamas por teléfono y es una vergüenza, ni lo cogen. Te queda solo la vía de internet y he tenido que hacer todos los trámites de forma telemática, gracias a Dios porque sé manejarme y tengo la clave permanente, porque si no... Pero es evidente que eso para una persona mayor es imposible, absolutamente inviable. Yo solo sé que ahora mismo llevo dos meses sin cobrar y no sé cuando voy a hacerlo porque aún no se ha resuelto el pago directo de la IT, mi caso sigue en trámite y como me he tenido que hacer yo todo por internet no sé si me falta algún documento o alguna gestión más o está ya todo. Además me dicen que ahora hay un plazo de 145 días para contestarme y yo mientras, sin cobrar, pues a chuparme el dedo o ¿qué hago?».
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