En una semana, más de un millar de interinos cambiarán sus roles por los de sus alumnos, se sentarán en un pupitre, sacarán boli y papel y se enfrentarán al síndrome del folio en blanco. Del examen dependerá el futuro y la estabilidad laboral de buena parte de los aspirantes que desde años, y en algunos casos décadas, encadenan contrato tras contrato sin saber si el próximo curso tendrán media plaza o plaza entera en Cornago o Badarán.Esto algunos, porque otros no tendrán ni opción, su especialidad ni sale ni saldrá.
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Detrás de cada uno de ellos hay una historia y muchos desvelos de los que saben bien en el Sindicato Nacional de Trabajadores Temporales y Fijos de la Administración Pública de La Rioja (PIR). Inmersos en un limbo laboral, en febrero pasado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) instó a España a resolver la excesiva temporalidad de los empleados de la Administración convirtiendo en fijos a los trabajadores públicos interinos de larga duración. Todo ello porque había constatado la que calificó de «precariedad» y «abuso» que supone el encadenamiento de contratos temporales. Hace apenas una semana el Supremo enfrío sus esperanzas al rechazar convertirles en fijos de forma automática, aunque veinticuatro horas después matizó que esta no era su posición final y que habría que esperar a lo que diga Europa a quien han planteado una cuestión prejudicial.
Entre tanto, LaRioja sigue adelante con los procesos de estabilización de una parte importante de los trabajadores de una Administración en la que en torno al 43% son temporales, la mayoría porque hace tiempo que no se ha convocado la plaza que ocupan desde hace años y otros porque se quedaron a las puertas de tenerla en propiedad.
Agustín Parra
Agustín Parra lleva trabajando como profesor de FP desde el curso 2004-2005. Empezó en la especialidad de Madera y desde hace doce años en lo suyo, dice, Instalaciones Electrotécnicas. Trabaja en el IES Cosme García y compatibiliza la docencia con las horas de dedicación al Sindicato Nacional de Trabajadores Temporales y Fijos de la Administración Pública de La Rioja (PIR).
En su caso no ha podido sacarse la plaza porque desde 2008 no se ha convocado. Entonces tenía «treinta y tantos años y ahora 51, con lo que supone eso».
El sábado se examinará y peleará junto a otros 14 aspirantes por la única plaza convocada, pero «me presento de aquella manera porque con todo lo que tengo encima he estudiado lo justo y con 50 años me entra lo que me entra». Pero también lo hace para no dar argumentos «de que no te has presentado a las posibles pruebas para sacar plaza si llegado el caso cumplen la ley y a finales de 2024 nos echan a todos a la calle para que no encadenemos tres años de contratos».
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Marta Jiménez
Lo ocurrido a Marta Jiménez es un 'sin sentido'. En junio de 2023 y tras años de estudio se presentó al proceso de estabilización que convocó el Ministerio en todo el país. Se examinó y aprobó, pero en un primer momento no logró la plaza que había pedido en primer lugar, en La Rioja. Aquí llevaba años ejerciendo como profesora de música y aquí quería continuar. Su destino era Navarra, pero la renuncia de una aspirante a la plaza de La Rioja le dejó vía libre.
Una semana antes del inicio del curso, el Gobierno riojano le notificó que habían atendido el recurso de alzada de una joven y ella se quedaba fuera. Trató de recuperar la de Navarra pero ya era tarde, La Rioja debía resolver el entuerto, le dijeron.
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Un año después sigue igual y, según ha investigado, «soy la única persona de España a la que su Comunidad no atiende». Logró entrar en la lista de interinos y ha podido trabajar en Calahorra, «pero en julio se adjudican las plazas y tal cual estoy en la lista no sé si voy a tener trabajo, si un tercio o nada». Está, dice, en tierra de nadie.
Paz Manso de Zúñiga
Paz Manso de Zúniga ha encadenado plaza tras plaza, en su caso de profesora de Filosofía. Desde hace seis años trabaja en el IES Sagasta y antes ha pasado por el Batalla de Clavijo, el IES Comercio, en Fuenmayor... Reconoce que su situación es «un poco privilegiada» porque es de las primeras en las listas y puede elegir a qué centro va.
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No se presenta el sábado al examen porque no han convocado plazas de Filosofía. «Lo que ocurre con esta especialidad es absurdo», dice, porque cuando en su día se convocó, sólo salió una, y por ejemplo, según cuenta, de los seis profesores en el departamento de Filosofía del Sagasta solo dos son fijos. «Los otros cuatro van deambulando y así te puedes implicar en proyectos a largo plazo».
«Todo el mundo dice: ¿Por qué no te sacas las oposiciones? Pues igual porque no se convocan», cuestiona para tildar de «traca» el sistema. «Hablan de igualdad, mérito y capacidad y la base de una oposición es que te toque el tema que has estudiado», critica.
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