La inmunidad de grupo empieza a teñir La Rioja

Fue el 27 de diciembre. En una mañana fría y desapacible, la residencia Hogar Madre de Dios de Haro se convirtió en el centro de todas las miradas. Como la aldea de Astérix y Obélix en los cómics de René Goscinny y Albert Uderzo, el centro había sido capaz de invisibilizarse frente al virus en uno de los epicentros regionales de la pandemia. Sin casos positivos notificados hasta entonces (la racha se rompió en esta quinta ola con un brote que ha afectado a una decena de residentes) Salud y Servicios Sociales decidieron que era el escenario ideal para comenzar la vacunación contra el SARS-CoV-2 en La Rioja. Javier Martín (residente) y Julia Rioja (cocinera) fueron los primeros riojanos en recibir el suero de Pfizer.

Aquella mañana se inocularon 30 dosis. Hoy, 217 días después y con los datos del informe del Ministerio del jueves, La Rioja ya ha inyectado 363.396 dosis de las 389.205 recibidas (277.355 de Pfizer-BioNTech, 36.300 de Moderna, 61.400 de AstraZeneca y 14.150 de Janssen). La media es abrumadora: 1.674 vacunas al día; prácticamente 70 a la hora; más de una por minuto de manera ininterrumpida desde entonces. Todo en busca de un único objetivo: la inmunidad de grupo, es decir, alcanzar un volumen de vacunados tan elevado para que los ya inmunizados protejan a quien no lo esté (menores de 12 años, personas que, por motivos médicos, no se puedan inmunizar y algún que otro negacionista).

La meta es una cifra ya legendaria en el ideario colectivo de la pandemia: 'pinchar' al 70% de la población. ¿Para cuándo? «Este mes de agosto», concretó la consejera de Salud, Sara Alba, en una reciente entrevista concedida a este periódico. Eso fue antes de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asumiera el jueves en la rueda de prensa de balance del curso político y de la actividad del Ejecutivo que la variante Delta «probablemente» cambie las reglas de juego y exija un porcentaje de vacunados superior para esa inmunidad colectiva.

Más allá de la influencia de Delta, la frontera del 70% aún está lejos para el conjunto de la Comunidad Autónoma (también para el agregado nacional). Los 175.889 inmunizados hasta ahora apenas representan el 55% de la población riojana y aún es necesario inmunizar a otras 57.567 personas, de las que 35.851 ya han recibido la primera dosis de su pauta según el informe del Ministerio de Sanidad fechado este 29 de julio.

Pero que La Rioja aún deba completar un camino más o menos largo hasta cruzar esa meta no es óbice para que un puñado de municipios de la región puedan presumir ya de haber alcanzado ese objetivo de la inmunidad de grupo. Los informes diarios de vacunación del Ministerio de Sanidad (que discrimina por grupos de edad) sostienen que en los tres grupos etarios superiores (mayores de 80 años, entre 70 y 79 y entre 60 y 69) la doble pauta se ha administrado prácticamente al 100% de sus integrantes. Trasladando esa realidad a la población de los 174 municipios de La Rioja, cinco de ellos (los más envejecidos) ya han rebasado esa frontera del 70% de vacunados.

Son Cellorigo, Villarroya, Valdemadera, Ledesma de la Cogolla y Robres del Castillo. Entre todos ellos suman 69 vecinos (según el INE) de los que 52 ya han cumplido más de seis décadas y, por lo tanto, han completado la pauta de vacunación. Cellorigo, en la muga con Castilla y León, y Villarroya, encastrado en el corazón de La Rioja Baja entre Arnedo, Quel, Grávalos, Cornago y Muro de Aguas, son los municipios cuyos empadronados cuentan con mayor inmunidad, el 81,8 y el 80%, respectivamente. Tres 'jóvenes' –uno de entre 50 y 59 años y otros dos de entre 30 y 39 años– impiden la inmunidad absoluta en ambas localidades. El resto de grupos de edad no se consideran inmunizados ya que el porcentaje de pautas completas oscila entre el 88,8 de la población entre 50 y 59 años y el 0,8 de los de entre 12 y 19 años.

A un paso de ese objetivo del 70% de vacunados para alcanzar la inmunidad de rebaño se encuentran otras 26 localidades riojanas que, con una población ligeramente más joven, esperan a que la vacunación del grupo etario de entre 50 y 59 años alcance niveles similares a los de los tres grupos superiores para certificar su inmunización colectiva. En ese grupo de municipios, ya no solo figurarían los más pequeños, sin que empezaría a superarse la barrear del 70% de la población con la pauta completa en localidades de más de 100 empadronados (Laguna de Cameros, Santurdejo, Cárdenas, Villar de Torre, Lumbreras y Treviana), además de Ocón (317 censados). En el extremo contrario se sitúan, entre otros, Villamediana y Lardero, dos municipios con mucha población por debajo de los 50 años, en pleno proceso de vacunación.

Una vez que se completen las pautas de vacunación de la población de 50 a 59 años (1.369 están a la espera del segundo pinchazo), Salud tendrá que pisar el acelerador en el resto de grupos de edad, en los que el porcentaje de inmunizados es inferior a la media nacional. En el caso de la población de entre 40 y 49 años, el 65,1% (34.444) ya tiene la pauta completa (9.975 esperan la segunda dosis). Es el ritmo más bajo de este grupo etario en todo el país y diez puntos inferior a la media nacional (75,4%). Similar es la situación en la población de 30 a 39 años, cuya vacunación empezó el 7 de julio. Según el Ministerio, está inmunizado el 20,4% de la población y solo Cantabria y Valencia van más lentos (la media nacional es de 34,5%).

Hasta el 21 de septiembre, Salud tiene margen para alcanzar la inmunidad «en verano». Un proceso con dos factores capaces de arruinar la planificación: por un lado, el envío de vacunas por los laboratorios (que ha caído casi dos tercios); por otro, el efecto vacacional en las citaciones. Veremos.

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