Los alumnos de Ingeniería Industrial de la Universidad de La Rioja, que cursan la asignatura Tecnología de la Fabricación, han presentado este viernes los 16 ingenios que han desarrollado pensados para hacer más sencilla la vida cotidiana de aquellos que tienen que hacer frente a ... la discapacidad cada día. El patio exterior de la escuela ha sido el lugar donde se han podido ver los prototipos de esta segunda edición, en la que, como novedad, se ha contado con la colaboración de la Fundación Hospital Calahorra, Fundación Aspace y Sociedad Española de Especialistas en Baja Visión, que han propuesto casos de personas específicas que pueden beneficiarse de estos ingenio.
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El objetivo principal era que los alumnos desarrollaran un producto orientado al apoyo de la autonomía de estas personas para desarrollar actividades de la vida diaria y también en su entorno laboral, tales como: vestirse, comer, hacer la compra, hacer la colada, cocinar; o escribir, medir, cortar, recoger cosas, elevar un peso, entre otras. Así, un paciente del Hospital Fundación Calahorra, con movilidad reducida en una mano a consecuencia de un ictus, podrá beneficiarse de la prótesis elaborada por las alumnas Marta Güemes, Carlota García y Ana María Yícuri, y que le permitirá coger cosas. «Se trata de un exoesqueleto realizado con piezas impresas en 3D, que cuenta con un sistema de hilos que moviéndolos también le permitirá también realizar una rehabilitación pasiva», explicaban este viernes.
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Otro de los dispositivos presentados es un sistema que permitirá a otra persona, con la misma dolencia y también de la Fundación Hospital Calahorra, a abrocharse el abrigo. «Hemos creado una pinza y una pulsera, que se colocan respectivamente en el abrigo y en el brazo, y que gracias a un sistema de imanes se unen y permiten que la cremallera suba y baje sin necesidad de apretar los dedos. La pulsera es muy cómoda y está hecha con un material flexible», explicaban sus artífices Óscar García, Javier Mendaza y Pablo Barragán.
Los alumnos Mario Varea, Dani Anoz y Carlos Contés también han sorprendido con una tabla de cocina para ayudar a un paciente que ha sufrido un ictus a cortar sus alimentos de forma segura. « Va sujeta a la mesa con unas ventosas e incorpora un dispositivo donde se clava la comida y poder así cortarla sin que se caiga». Por su parte, Ane Zabalo y Elisa Cascudo, han desarrollado un dispositivo para permitir dar la vuelta a un calcetín con una mano, y otro para poder doblar desde camisas a pantalones. Entre las personas a las que van destinadas estos productos están también quienes han sufrido una parálisis cerebral o tiene baja visión. Para los primeros, se ha presentado un aparato para enhebrar, cortar con seguridad y hacer nudos, una adaptación para ayudar en la escritura de un niño, así como una plataforma para transportar y volcar papel triturado que se acciona con una manivela. «De esta forma se evitan levantar a pulso 20 kilos», detallaron Felipe Carrasco, Adrián Izquierdo y Pablo Martínez. Pero hubo mucho más, un punzón para el pegado de cartones o un clasificador de monedas para invidentes.
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