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La inflación es como una termita que devora la capacidad adquisitiva de los ciudadanos porque con el mismo dinero se compran menos bienes y servicios. Su impacto más evidente está en los salarios y las pensiones, si estos, como está sucediendo, no crecen al ... mismo ritmo que los precios, o es más 'silencioso' por el efecto devaluador que provoca en la riqueza financiera (capacidad de ahorro) de los ciudadanos. Solo con los datos de enero y febrero (7,4% de media) –el INE ha publicado el IPC adelantado de marzo (9,8%) para todo el país, pero hasta el día 13 no lo regionalizará–, la inflación se ha 'comido' ya 718,8 millones del ahorro bancario de los riojanos, 78,8 euros de la pensión media y 116,3 euros del salario promedio mensual.
En efecto, las consecuencias del encarecimiento de la vida se aprecian con todo su rigor a la hora de realizar los gastos más básicos: llenar la despensa y el frigorífico, repostar combustible o abonar los recibos de la luz y de la calefacción. Y esto es así porque, aunque mejoren las retribuciones de los trabajadores o de las clases pasivas, la velocidad de subida es bastante inferior a la del IPC. Según el Ministerio de Trabajo, el incremento salarial medio pactado en La Rioja en los dos primeros meses del año fue del 2,2%, tres veces y media inferior a la velocidad a la que se han encarecido los precios (7,4%) en la región. Y en el caso de las pensiones, la subida a las contributivas ha sido del 2,5%, también tres veces más baja que el IPC. Una situación inflacionista que de cronificarse, advierte Funcas, restará 890 euros de capacidad de compra a los 130.800 hogares riojanos este año.
890 euros mermará el poder de compra de cada hogar, según Funcas, si la situación se cronifica
Sin embargo, las consecuencias de esta escalada son más amplias, aunque a priori sus efectos puedan pasar desapercibidos. Es el caso concreto del ahorro depositado por las familias y las empresas en los bancos. Durante muchos años, las entidades financieras compensaban a los clientes (en función del importe y del tiempo) por el dinero inmovilizado en depósitos a la vista o a plazo –la forma de ahorro más conservadora y segura al estar garantizados por los Fondos de Garantía de Depósitos hasta un importe máximo de 100.000 euros por cada titular y entidad–, que neutralizaban las subidas del IPC.
Pero el contexto económico más reciente –la pandemia truncó la consolidación tras la grave recesión financiera de la pasada década– llevó al Banco Central Europeo, como a otros homólogos internacionales, a darle la vuelta a la tortilla apostando por una política monetaria de tipos cero (el año pasado fue el 0,02% de media). Esa situación beneficia a las personas con hipotecas u otros créditos bancarios contratados (6.996 millones de euros en la región al cierre de 2021), al tener que pagar menos por el dinero prestado, pero no así a los ahorradores (9.713 millones de euros en depósitos en la misma fecha), que obtienen un escaso rendimiento por ese dinero inmovilizado.
En esas circunstancias entró en acción la escalada alcista de la inflación, sobre todo a partir del segundo semestre de 2021. Como la primera mitad de ese año el IPC todavía estaba embridado, el aumento anual promedio se quedó en el 3,1%, pero ya impactó en el ahorro: por el efecto de esa inflación, los 9.713 millones depositados por los riojanos en los bancos terminaron el ejercicio con una capacidad de compra equivalente a 9.412 millones euros tras devaluarse en 301 millones. Ahora bien, la escalada alcista de 2022 ha acelerado esa desvalorización, que ya alcanza los 718,8 millones. Por su parte, los particulares y negocios endeudados por créditos 'solo' pagaron 1,3 millones de euros por ellos el año pasado.
Una vía al alcance de las familias y las empresas riojanas para encontrar rentabilidades que sus bancos no les pueden ofrecer son los fondos de inversión que, como contrapartida, exponen al ahorrador a un cierto riesgo. Esto es, pueden incurrir en pérdidas, que se suman a las generadas por la inflación. Sin embargo, este instrumento no es muy utilizado en La Rioja.
Según los últimos datos (correspondientes a 2020) de Inverco, asociación de instituciones de inversión colectiva, la ratio fondos-depósitos se sitúa en el 35% en la comunidad. Es verdad que supera en más de doce puntos la media nacional, pero aún así supone todavía uno de cada tres euros de la riqueza financiera de familias y empresas. El porcentaje es similar al de comunidades vecinas como Aragón, Navarra y el País Vasco.
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