
Están bajo el radar y no se descuida su vigilancia durante las 52 semanas del año, pero la incidencia de los virus respiratorios parece avanzar ... controlada hacia el final de la estación invernal. Pese a todo, la cifra de hospitalizados en la región es todavía de 16 pacientes, uno de ellos en la UCI, debido a unas patologías que suman 41 decesos desde octubre del pasado año.
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«Sí, sigue en descenso. Ahora ya estamos en una fase de bajada, aunque nunca desaparece la incidencia de los virus, siempre hay infecciones respiratorias agudas, y por ello es por lo que se hace la monitorización continua», explica la directora general de Salud Pública, Eva Martínez Ochoa, quien detalla las tasas actuales.
En la semana 10, a fecha 9 de marzo, la incidencia acumulada de infecciones respiratorias agudas se sitúa en 474,60 casos por 100.000 habitantes (442,87 y 592,07 en los dos informes anteriores), tras alcanzar el pico en la semana 3, con 1.272,34, por debajo de los 1.516,1 de enero de 2024.
En el epígrafe de la gripe, el virus discurre por la misma senda. «En la semana 10 el número de casos de gripe registrados en Atención Primaria ha disminuido», explica Eva Martínez Ochoa, quien incide en que «es importante monitorizar la evolución para valorar la tendencia». Con 19,93 casos por 100.000 habitantes en la actualidad (33,22 y 53,15 en las dos previas), la incidencia sigue su desescalada desde la cumbre de 222,58, alcanzada en la tercera semana de este año, la más baja en la última década. «Tras el parón por la pandemia, donde el virus apenas circuló –con picos de 1,86 en la campaña 2020-21, de 40,93 en la temporada 2021-22 y de 94,27 en la 2022-23– la incidencia recupera indicadores previos al covid aunque sin alcanzar las tasas habituales antes de 2020, con máximos de 240 en la 2016-2017, de 304,51 en la 17-18, de 350 en la 18-19, de 343,89 en la 19-20 y de 283,06 en la pasada, la 23-24», concreta la directora general, quien detalla que la incidencia del covid sigue también bajo mínimos: 3,32 tras dos semanas consecutivas en 0,0.
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Pero el impacto de estas patologías aún se deja notar en el sistema sanitario. La cifra de personas ingresadas este pasado fin de semana por infecciones respiratorias agudas era de 16 –7 por gripe, otros 7 por virus respiratorio sincitial y 2 por covid– uno de ellos en la UCI. Un guarismo alto, pero afortunadamente alejado de registros aún recientes: 52 el 21 de enero, 42 el 29 de enero, 50 el 5 de febrero o 49 el 17 de ese mes.
El total de fallecidos por infecciones respiratorias agudas asciende a 41 durante la campaña actual, desde la semana 40 de 2024, a inicios de octubre, hasta finales del pasado mes de febrero.
No son las cifras definitivas, pero oscilarán ya muy poco. La Rioja había administrado hasta finales de febrero 76. 811 dosis vacunales frente a la gripe. «Aunque siempre es mejorable, creo que hemos conseguido unas buenas coberturas. Hemos alcanzado tasas, por ejemplo, en personas mayores de 80 años del 82%, que es una cobertura elevada», resalta. Eva Martínez Ochoa, que incide en que la campaña sigue abierta en los centros de salud y aconsejable, además, para los colectivos más vulnerables.
En concreto, según los datos provisionales, las tasas son del 82,09% en los mayores de 85 años, del 82,61 en los de más de 80, del 79,57% en los de más de 75 (un porcentaje muy similar al conseguido en la campaña pasada) y del 75,47% en mayores de 70; porcentajes que caen al 70,74 y al 61,72% cuando la barrera se traza, respectivamente, en mayores de 65 y de 60 años. De hecho, en el grupo etario de entre 60 y 69 años la cobertura vacunal desciende al 44,92%.
«A medida que aumenta la edad se incrementa la cobertura porque las personas son más conscientes de su riesgo. Sí que la tarea pendiente sería aumentar las tasas en algunos grupos etarios concretos, especialmente en el de 60 a 64 años», admite la directora general de Salud Pública, quien detalla que, por ejemplo, entre los de 60 a 69 años, la cobertura cae al 44,92%, indicadores que los expertos achacan a la pérdida del miedo tras la covid y al agotamiento tras la pandemia, Ese cansancio, de hecho, parece estar detrás de unas estadísticas de vacunación frente al SARS-CoV-2 que descienden, según las franjas de edad, entre 13 y más de 20 puntos respecto a las de la gripe: con el 69,07% en los mayores de 85, del 67,94 en los mayores de 80, del 63,46% en los de más de 75 y del 58,55 en los mayores de 70, los porcentajes se quedan en el 53,59% si la línea se traza en los de 65 o más años y en el 46,10% si se desciende a los de 60 o más años. Además, si se comparan los mayores de 80 años y los de 60 a 69, la cobertura se desploma a menos de la mitad: 67,94% los primeros frente a 30,89 los segundos.
«Sigue habiendo vacunas disponibles en los centros de salud y sería recomendable para las personas de más riesgo, más vulnerables, porque aunque está disminuyendo en este momento la incidencia, la circulación de los virus continúa», advierte Eva Martínez Ochoa, quien además de insistir en que «por supuesto, la medida más importante es la vacunación», insta a «no olvidarnos de todas las demás medidas de prevención en caso de clínica respiratoria, que son sencillas de aplicar de forma individual –mascarilla, lavado de manos, ventilación, reducir las interacciones sociales...– y que tienen también un impacto importante en la transmisión y, en definitiva, que son claves a la hora de proteger a las personas más vulnerables».
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