La inestabilidad internacional lleva a La Rioja a un récord de solicitantes de asilo

Ese récord se desprende los datos del estudio 'Más que cifras', publicado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Así, en España se contabilizaron 163.220 peticiones de asilo (también récord) y en La Rioja, 794. Un dato que supone un incremento del 75% conforme al ofrecido por ese informe el año anterior (452) y una subida mucho más considerable si se compara con el de 2021: 248 solicitantes.

Crecen las peticiones, por lo tanto, en España y lo hacen incluso a un ritmo más alto en La Rioja; y las razones que explican esta tendencia hay que buscarlas en el clima de inestabilidad que se vive en muchos rincones del globo terráqueo. «Hemos de tener en cuenta el éxodo de Ucrania, lo que ocurre en Siria o Afganistán o lo de Yemen», enumera Manzanos. «Tenemos muchos frentes importantes abiertos», remata. «La guerra de Ucrania ha influido mucho y, desde 2018, lo ocurrido en Afganistán también ha sido clave», certifica Esther González Domenech, de Rioja Acoge.

Aun así, América destaca como punto de procedencia. Venezuela y Colombia ocupan los primeros lugares tanto a nivel nacional como regional, junto a otros países como Perú, Honduras o Cuba. De algunos de ellos provenían muchos de los que fueron atendidos por Cruz Roja o por Rioja Acoge en 2023. La primera de ellas tuvo a 84 personas alojadas y solicitó plaza para otras 136. En la segunda, que cuenta con cuatro pisos de acogida, se atendieron a alrededor de 60 solicitantes de asilo.

En ese sentido, según los datos de CEAR, en la comunidad autónoma existen 87 plazas de acogida, una cifra muy inferior a la de los solicitantes. Lo que ocurre es que no todas las personas que han llevado a cabo los trámites burocráticos en La Rioja acaban después en la región. «Nosotros trabajamos en una primera fase de valoración y derivación para la que tenemos un alojamiento para 20 personas donde pueden permanecer hasta que se les asigna un centro de acogida», expone Manzanos. «Pero han de ser conocedores de que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones les puede derivar después a cualquier centro de cualquier entidad y de cualquier sitio de España; es el Ministerio el que asigna, dependiendo de las plazas disponibles», concluye. «La primera fase de acogida se realiza en el lugar en el que se ha hecho la solicitud y de ahí el Ministerio los deriva», señala González Domenech.

Más allá de en esos primeros pasos, ambas organizaciones trabajan en diferentes fases con los afectados. Cruz Roja, por ejemplo, lo hace desde la manifestación de voluntad de petición de asilo hasta el apoyo económico a personas que tienen una resolución favorable pero que no han encontrado trabajo, pasando por el resto de necesidades, adaptadas a casos concretos. «Tenemos más de 27 nacionalidades diferentes», apostilla Manzanos, quien hace hincapié en dos aspectos. «El problema está en el colapso en la resolución de las peticiones y a la hora de tramitarlas», apunta en primer lugar. «Y, además, hay un número muy alto de resoluciones negativas a nivel nacional», añade.

También en Rioja Acoge hay un servicio de atención y orientación en todo tipo de gestiones, además de trabajar con los acogidos en aspectos como el jurídico, el psicológico o el laboral. «Lo que hay que conseguir es que esas personas tenga una autonomía y dependencia para poder vivir por su cuenta y no depender del sistema de acogida y sus ayudas», reseña González Domenech, quien señala el de la vivienda como el problema más importante al que se enfrentan muchos de ellos. «Es necesario mejorar algunos aspectos burocráticos como la facilidad de empadronamiento, pero lo de la vivienda es lo que más nos preocupa», apuntan desde Rioja Acoge. «Además, tal y como está el entorno político mundial, creo que las llegadas van a seguir aumentando», concluye González Domenech.