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La semana ha arrancado completamente despejada en La Rioja, en un ambiente típicamente veraniego. Sin embargo, una fina niebla ha empañado los cielos en toda la región, reduciendo en cierta medida la sensación de calor y la radiación solar. El motivo llega desde el otro lado del Atlántico, y es que ese manto turbio está formado por los restos del humo de los incendios que proliferan desde hace semanas en Canadá, especialmente en la Columbia Británica, al noroeste, que cruzando miles de kilómetros está surcando el valle del Ebro.
El azul del cielo está es estos días más apagado y la causa no es la calima o las partículas de polvo en suspensión, como en otras ocasiones más recurrentes. «Canadá cuenta con un gran número de puntos calientes de incendios, que han estado produciendo plumas de humo, penachos que han pasado también por el norte de EEUU y cruzado el Atlántico, remontando la dorsal anticiclónica y entrando en la península desde el Cantábrico», explica Paloma Castro, delegada Aemet en La Rioja.
Se trata de una situación atípica, aunque no es del todo inaudita, indica Castro, que expone como en este caso se han dado todas las condiciones para que ocurra: «Tiene que coincidir que haya muchos fuegos a la vez y que el humo coja unos vientos del oeste, que sí son habituales en el Atlántico».
Ayer a las 19:30 ya se distinguían muy bien las plumas del humo de los incendios en #Canada sobre el Atlántico, sobre el norte de #España y sobre el #Mediterráneo. El #ValledelEbro especialmente "velado" pic.twitter.com/xEyv5EjpSL
— AEMET_La Rioja (@AEMET_LaRioja) August 20, 2024
La circulación atmosférica y la magnitud de estos incendios ha traído hasta La Rioja sus coletazos, débiles pero sensibles, para poner un velo a unos días plenamente despejados de nubes y que permiten apreciar este fenómeno de forma más clara. «El efecto provocado es el de estos cielos grises o blancos sucios y una reducción de la radiación. El índice ultravioleta está en 7, cuando lo habitual en verano es 9 o 10, ya que el humo filtra la radiación, algo que en parte es positivo para nuestra exposicion al sol», subraya Paloma Castro.
Esta estela de humo podría seguir sintiéndose a lo largo de mañana, «aunque quizá lo más intenso ya haya pasado», apunta la delegada de la Aemet. Muchos de los incendios canadienses se mantienen activos por lo que su rastro puede seguir guiándose hacia la península, prolongando esta curiosa estampa en nuestros cielos.
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