«Es improbable un contagio masivo de viruela del mono en grandes eventos»

– ¿Hay motivos para estar preocupados?

– Este virus, aunque se puede contagiar la población en general, está asociado a ciertas conductas sociales. La mayoría de los casos se han producido por contacto estrecho, sobre todo entre hombres. ¿Si nos debemos preocupar? Pues yo creo que, de no aumentar mucho el número de casos, una persona que no tenga esos contactos íntimos con otras pues no está en principio en riesgo. No debería preocuparnos en exceso. Eso sí, si esto no para habría que valorar la situación, todo depende del número de afectados.

– ¿Hay alguna previsión sobre la evolución o es pronto?

– En principio va a seguir produciéndose un aumento de casos, pero se espera que se estabilice y que vaya bajando. Pero no hay que olvidar que está la vacuna, que aunque todavía se está dando con cuentagotas, cada vez habrá más disponibilidad y se podrá vacunar a los colectivos más expuestos. Particularmente pienso que no se convertirá en pandemia, aunque esto no quiere decir que no vaya a haber miles de casos.

– ¿Pero dará más quebraderos de cabeza de los esperados?

– Bueno, en realidad nos estamos enfrentando a un virus que ya conocemos desde hace años y que se puede prevenir con aislamiento y teniendo cuidado de no entrar en contacto con las secreciones de personas contagiadas o no estar en contacto respiratorio a menos de un metro. Tenemos además la vacuna, que es muy efectiva y, por otro lado, no hay que olvidar que hay un porcentaje muy elevado de la población que en su día se vacunó de la viruela común y sabemos que los que la recibieron tienen menos riesgo de infectarse y de desarrollar complicaciones.

– ¿Se ha reforzado el Servicio Riojano de Salud?

– Todos los médicos tienen acceso al protocolo donde vienen detallados los signos y síntomas de estos pacientes para saber cómo actuar ante la sospecha de un caso, saben qué muestras tomar y conocen el tratamiento, cuándo derivar al hospital... El protocolo nos dice que el paciente, si no tiene síntomas de gravedad, no debe ingresar y debe permanecer en su domicilio, sin contacto estrecho con convivientes. Sabemos que en tres o cuatro semanas las lesiones desaparecen. Es lo habitual en una persona que no tiene una enfermedad de base.

– ¿Las pruebas PCR se realizan en La Rioja?

– Sí, en el Laboratorio de Microbiología del San Pedro y luego se envían a confirmar al Centro Nacional de Microbiología.

– ¿Desde las consultas se están atendiendo dudas sobre la viruela del mono, gente que acude pensando que la tiene?

– Sí, hay personas que acuden a las consultas con lesiones que les hacen pensar que pueden estar infectadas. A veces es el propio médico el que ha tenido dudas y al ver las características dermatológicas del paciente ha pensado que podía ser viruela y lo ha derivado a hacerse pruebas. Los servicios hospitalarios están en alerta ante cualquier sospecha. Se toman muestras por si acaso, pero no todos los casos de sospecha acaban siendo positivos.

– La Rioja es la que menos incidencia tiene, ¿pero se puede decir que es un entorno seguro?

– Es un entorno seguro, pero si no tienes ciertas prácticas.

– Al ritmo que vamos, ¿es exagerado decir que podríamos terminar el año con un centenar de casos en La Rioja?

– Podría llegarse a esa cifra, pero vamos a confiar en que no por efecto de las vacunas. Espero que en La Rioja se pueda vacunar en un tiempo razonable a las personas que presentan un riesgo especial y, de esta forma, detener el avance. Esto no significa que no vayamos a asistir a un goteo de pacientes. ¿Llegarán a 100, a 50? Pues no lo sé, al ritmo que vamos... Nos quedan veinte semanas, podríamos llegar a esas cifras. Pero confiemos en el sentido común y el civismo de las personas infectadas, y en que cumplan con el aislamiento correcto en su casa para evitar la transmisión.

– Ya han llegado vacunas a La Rioja. Eso es una buena noticia.

– Sí, lo que pasa es que todavía son dosis muy limitadas. Hay que tener en cuenta que solo hay una empresa que las fabrica y lo hace para todo el mundo. Lo importante es que es eficaz y segura, y que irán llegando. Habrá que elegir muy bien a quién se las dispensamos, pero este es ya un tema de Salud Pública. Son vacunas preventivas, no para cuando te has contagiado, se trata de evitar el contagio en personas que tengan un riesgo especial. Puede que los colectivos con preferencia sean niños (ya hay algún caso) y embarazadas, pero esto no nos corresponde decidir en Epidemiología.

– ¿Le dan miedo los eventos multitudinarios del verano?

– No, sería difícil que hubiera un contagio masivo. En los eventos y celebraciones la gente está cerca, pero no en contacto estrecho. Esto no es como la gripe o el COVID. Podría darse algún caso, pero no es la forma de transmisión, haría falta tener contacto con las secreciones de la persona infectada, un contacto respiratorio a menos de un metro prolongado o ponerte en contacto con objetos recientemente contaminados por un paciente afectado.

– ¿Se puede decir que es una enfermedad de transmisión sexual?

– La respuesta es no, pero sí. En el sentido de que los contactos sexuales no son la única forma de infectarse, no estamos ante una enfermedad de infección sexual clásica. Lo que pasa es que ciertos comportamientos sociales se asocian a un riesgo más elevado de contraer esta enfermedad. Algo más del 90% de los infectados en España y el mundo son hombres que han tenido contacto estrecho con otros hombres. Pero tampoco es en todos los casos, de hecho los porcentajes van variando. El tema no es por ser homosexual, sino por tener un contacto estrecho, por proximidad.

– ¿Surgirán nuevos patógenos?

– Seguro. A lo largo de la historia ha sido así y ahora, con la forma de vida actual, la globalización, los viajes, el propio calentamiento global, las conductas sociales actuales, todo esto influye. También las guerras o la evolución de los microorganismos. Todo esto son factores que van a favorecer la emergencia de nuevos virus, sobre todo virus.