Federico Soldevilla | 72 días en la UCI y 29 en planta ·
El 'cronista oficioso' de Logroño recuperó la vida el 14 de enero de 2021 al recibir un alta que tardó en llegar más de tres mesesCuando recuperó la vida el 14 de enero de 2021, llegó con un móvil debajo del brazo y al encenderlo se le colapsó de mensajes hasta el punto de tener que borrarlos todos y empezar, también ahí, de nuevo. Federico Soldevilla había sobrevivido otras veces – ... a una caída en la montaña y a un accidente de tráfico–, pera la del coronavirus, por conocida, mantuvo en vilo a toda una ciudad.
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El 'cronista oficioso' de Logroño abandonaba el San Pedro después de 72 días en la UCI y 29 en planta, y lo hacía con 30 kilos menos y un mensaje claro: «Que todo el mundo tenga cuidado. El covid no es ninguna broma». Desde entonces, y tras recibir un alta hospitalaria que tardó en llegar más de tres meses, vive en recuperación constante. «Todavía hago los ejercicios que me enseñaron pues tengo que seguir dando actividad al cuerpo», explica.
El querido divulgador de la historia y el patrimonio locales, presidente de 'Amigos de La Rioja', cree darle a lo vivido la justa importancia. Ni más ni menos. «Le doy la importancia que creo que tuvo para mí: y es que volví a nacer», confiesa quien, tras dejar el hospital, su hermano, sanitario de profesión, le comunicó el fallecimiento de su madre contagiada durante su ingreso. «Uno se da cuenta con las epidemias que los seres humanos no somos los amos del universo ni mucho menos», sentencia quien recuerda que también su mujer e hijo se infectaron.
«Siempre digo que lo duro no fue lo mío, pues yo estuve buena parte del tiempo inconsciente y solo tengo algunos flashes, imágenes borrosas y palabras sueltas; y que quienes realmente lo pasaron mal fue mi familia», rememora unos hechos que fueron adquiriendo gravedad desde la madrugada del 5 octubre de 2020, cuando entró por Urgencias para no salir hasta el siguiente año.
Una guerra que libró ganando batalla a batalla hasta abandonar Intensivos, por lo que 'Fede' aún se emociona con el día en que le 'taponaron' la cánula de la traqueotomía que le impedía hablar. «Cuando recuperé la voz, y por fin las palabras que pronunciaba y solo yo escuchaba dentro de mí, muy bajito y con un eco metálico, resonaron en el exterior».
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«Celebro el 14 de enero cuando me dieron el alta, pero también el 14 de diciembre cuando me subieron a planta», cuenta. Secuelas en el nervio cubital, «superado lo superado», son lo de menos. Soldevilla presta más atención a un compromiso pendiente: hacer una ruta guiada por Logroño con los sanitarios que le salvaron.
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