La importancia de dejar testamento

A menudo no pensamos en la muerte y mucho menos en sus consecuencias, pero no por eso deja de existir. La muerte forma parte de la vida y la nuestra puede afectar de forma esencial a quienes dependen de nosotros. Cada vez la sociedad cuenta con más mascotas en los domicilios, no solo perros y gatos, animales domésticos que dependen de los humanos. ¿Y si por cualquier circunstancia desaparecemos? ¿Quién se ocuparía de nuestras mascotas?

Normalmente la familia, pero hay casos en los que padres o hermanos no pueden o no quiere hacerse cargo de los animales, incluso que no sea conveniente dependiendo de qué especies sean, y también puede suceder que la persona no cuente con allegados. Algo así les sucedió a Ekaitz, mestiza de grifón de 5 años, y a Aiken, podenca de 9, dos perras cuyo dueño murió de forma inesperada en Logroño. Aiken había sido adoptada en la asociación protectora Colaboración Animal en 2018 y después el adoptante acogió a Ekaitz, nacida en una camada no deseada.

«Han sido inseparables y han vivido muy felices junto a su humano, hasta que hace escasamente un mes falleció sin haber dejado testamento», cuenta Rosa López, miembro de Colaboración Animal. «Un familiar trató de ocuparse de ambas, como le pidió su primo en último momento, pero sus circunstancias personales no eran las óptimas para encargarse de las dos perras y nos pidió ayuda», cuenta Rosa López. «En estos casos, nos imaginamos que si nos pasa algo seguro que algún familiar o amigo se hará cargo de nuestras mascotas, pensamos en personas como nosotras, que quieren a los animales y que creemos que se ocuparán de los nuestros, pero esto es un gran error», expone Rosa López.

Desde Colaboración Animal aconsejan consensuar con una persona cercana que, en el hipotético caso de que nos ocurriera una desgracia, ella estaría dispuesta a asumir a nuestros animales con toda la responsabilidad que eso conlleva. «En el caso de que acepte, hay que dotar a esa persona de recursos económicos para asegurarnos de que nuestro miembro de la familia podrá disponer de todo lo necesario en sus cuidados», advierte López. En base al Código Civil de España los animales no pueden ser beneficiarios directos de una herencia pero sí de forma indirecta, es decir, nombrar heredero a alguien con la condición de que dedique parte de los bienes que recibe para cuidar de una mascota.

«En Colaboración Animal firmamos un contrato de adopción en que viene reflejado nuestro compromiso con nuestros animales hasta el final de sus vidas, por lo que teníamos claro que Aiken volvía con nosotras, pero Ekaitz no provenía de ninguna protectora, por lo que su destino era incierto, así que decidimos acogerla a ella también», cuenta López. Actualmente se encuentran en una guardería canina, con la carga económica que supone, si bien el primer mes lo ha abonado el familiar del fallecido dueño de las perras.

Ahora, Ekaitz y Aiken están en adopción. «Creemos que ya lo están pasando bastante mal por la pérdida de su ser querido como para tener que vivir en una guardería», explica López, por lo que anima a que alguien haga 'un hueco' en su vida, adoptar a estas dos perras huérfanas y cumplir el último deseo de su dueño.

• Temas
• Logroño
• Animales
• Mascotas
• Perros