La Rioja celebra hoy el 8M con la previsión de volcar en las calles la reivindicación por la igualdad. Un compromiso asumido por el nuevo Gobierno de coalición incorporando en su estructura una dirección general exclusiva que su titular, Diana Sáinz (Logroño, 1979) juzga imprescindible ... para que los eslóganes y los objetivos compartidos se hagan efectivos.
– ¿Es La Rioja una comunidad igualitaria?
– Como en España y la gran parte del mundo, en La Rioja hemos heredado una cultura en la que se han vinculado las tareas de hombres y mujeres a distintas actividades, lo cual ha conllevado unos roles de género que provocan desigualdades. Esa cultura se replica también en La Rioja en lo cotidiano, sin filtros, y se transmiten esos estereotipos limitantes con la mujer identificada con el cuidado de personas dependientes y el hombre con trabajos productivos.
«La Rioja tenía un déficit porque es vital contar con expertos e instituciones propias»
«Las voces que los cuestionan deben combatirse con datos y mucha pedagogía»
– Cuando Andreu anunció la estructura del nuevo Gobierno, hubo quien receló de que se creara esta dirección general.
– Desde los años 90 se han ido incorporando en España organismos de igualdad y direcciones generales exclusivas. Creo vital contar con instituciones específicas con un plantilla con formación especializada, porque permite imprimir al trabajo contra las desigualdades un enfoque de género. La Rioja padecía un déficit en ese aspecto.
– ¿Cómo se avanza en ese objetivo?¿En qué consiste el trabajo de su departamento?
– La esencia de nuestro trabajo es implementar en las políticas públicas con medidas que integren el principio de igualdad, y eso se logra mediante una estrategia de transversalidad en las distintas áreas y políticas del Gobierno. ¿Cómo? Por un lado, transformando la estructura técnica, para lo cual hemos creado un borrador de la comisión interdepartamental; por otro, a través de procedimientos específicos con personal técnico que incorpore criterios comunes a las herramientas articuladas. Por ejemplo, integrar la igualdad en las cláusulas de contratos, en la presupuestación, en la comunicación, en la revisión de datos...
– ¿No hay riesgo de embarrancar sólo en el plano teórico?
– Sí. De hecho, la UE también plantea frente a ello la necesidad no solo de reforzar la transversalidad de género, sino de hacer además políticas específicas de igualdad. Desde la dirección general trabajamos en ese terreno con acciones directas en el ámbito de la educación y la sensibilización, con la Escuela de Feminismo como ejemplo más elocuente de esa actuación transformadora.
– ¿Cuál de todas las manifestaciones de la desigualdad de género es la más acuciante? ¿Es el ámbito laboral una prioridad?
– Uno de ellos, ya que las dificultades económicas frenan la independencia. El nivel de paro femenino y la brecha salarial, que en La Rioja supone que la ganancia media anual de las mujeres es de 5.500 euros menos que los hombres, son un problema al que se suma que aunque las riojanas están más formadas alcanzan menos puestos directivos. Aunque se va subsanando esta cuestión, el ritmo es aún demasiado lento. Por eso es crucial mejorar la situación laboral de las mujeres de manera transversal en colaboración con las empresas y agentes sociales y el desarrollo de servicios de cuidados a los dependientes, formación, generación de nuevas expectativas...
– ¿Qué papel juega el hombre en esa política? Muchos comparten el afán por la igualdad, pero sienten que el hincapié excesivo en el feminismo les relega.
– Creo que ha habido cierta confusión al respecto, como si se tratara de una batalla entre sexos cuando no lo es. La igualdad real es una meta que mejora la sociedad en su conjunto y los hombres son compañeros en la lucha por lograrla. Es verdad que el feminismo ha puesto su foco en los movimientos de mujeres que han iniciado ese cuestionamiento de las diferentes brechas y han peleado por enmendarlo. Por otro lado, los hombres son perjudicados también por la existencia de la desigualdad. La violencia de género la sufren las mujeres pero la realizan las hombres, cuando no nacen siendo violentos sino que eso se educa. Resta un arduo trabajo aún en la revisión de la masculinización e integrar a los hombres en este proyecto de avances hacia la igualdad.
– Hay voces ultraconservadoras que niegan ese discurso e incluso tratan de desvirtuarlo.
– Cada logro en los derechos políticos, sociales o educativos de las mujeres se han alcanzado tras grandes esfuerzos. No es algo que llegue solo por simple evolución. En cada una de las olas del feminismo en las que se han ido incorporando esos avances siempre ha habido un cuestionamiento que ha replicado el mismo patrón. Primero ridiculizando esas ideas, y luego sugiriendo que se trata de un problema de ámbito moral perjudicial para la sociedad. La clave está en explicar que no es así, que son avances positivos y la igualdad es buena para todos. Una bandera no solo en la defensa del feminismo, sino de los valores democráticos que nos constituyen como sociedad. Todas esas voces negacionistas deben combatirse con datos concretos e información clara. En definitiva, con mucha pedagogía.
– ¿Qué supone que la presidenta de La Rioja o la nueva delegada del Gobierno sean mujeres?
– Es un avance en tanto que crea nuevos referentes femeninos de poder y rebate los que se aprenden desde el colegio, con los hombres preferentemente como triunfadores y las mujeres como cuidadoras. Sus casos son también importantes porque motivarán más cambios en esa dirección por parte de dos mujeres que, además, hacen políticas feministas.
– En el caso de María Marrodán, por ejemplo, lo único que se avanzó y recalcó es que la sucesora de José Ignacio Pérez sería una mujer. ¿No pueden opacar mensajes de ese tipo la capacidad real de quien asume una responsabilidad de este rango?
– Lo que significa ese mensaje es que una mujer tiene las mismas condiciones y conocimientos que un hombres para acceder al cargo, cuando generalmente son ellos los que acceden a niveles directivos. Pero no porque sean más inteligentes, sino porque tienen más disposición de tiempo y faltan herramientas de igualdad. También aquí lo fundamental es hacer más pedagogía.
– ¿Es necesario también blindar por ley esos propósitos?
– El desarrollo normativo es imprescindible. Ahora mismo estamos trabajando en esa línea en el borrador de la Ley de Igualdad a nivel autonómico ambiciosa, que nos permitirá desarrollar reglamentariamente prácticas que ya se han tenido en cuenta en otros territorios con medidas que se han demostrado efectivas.
– El pacto de gobernabilidad que aupó a Andreu también compromete elaborar una Ley contra la Violencia de Género en un momento en que las denuncias por agresión sexual están al alza.
– El dato no significa necesariamente un repunte, sino que este tipo de comportamientos salen a la luz porque se identifican mejor, hay menos miedo y culpa a la hora de denunciar y una sensación en las víctimas de que están amparadas. También ahí es preciso legislar, y se hará sumando a cuestiones legales medidas de prevención, sensibilización y formación especializada.
– El borrador de Ley nacional de libertad sexual ha generado fricciones entre el Gobierno nacional que, como en La Rioja, comparten PSOE y Podemos.
– Legislar al respecto es también una demanda social. El objetivo es común y las diferencias en las medidas que deban tomarse o la secuencia de cómo se articule se irán dirimiendo sin problemas.
– ¿Hay en esas diferencias de criterio y las voces encontradas también dentro de otras formaciones un intento partidista de patrimonializar el feminismo?
– El feminismo es bueno para todo el mundo y todos tenemos que aportar. Todos debemos ser aliados en un objetivo compartido.
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