Alberto Galiana | Consejero de Educación y Empleo
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Alberto Galiana | Consejero de Educación y Empleo
«Nuestra idea es caminar gradualmente hacia el concierto del Bachillerato»Al final de una de las larguísimas galerías de La Bene, Alberto Galiana (Logroño, 1971) ocupa un despacho que no le resulta extraño. Fue consejero de Educación con el Ejecutivo de Ceniceros entre 2016 y 2019 y ahora, con Capellán, ha vuelto a coger ... las riendas de un departamento que siempre parece navegar en medio de alguna tormenta. Acaba de comenzar el curso de la implantación total de la Lomloe, una ley denostada por quienes ahora, desde el Gobierno regional, se ven en la obligación de aplicarla.
– De nuevo consejero de Educación. ¿Apostará por la continuidad con su línea anterior?
– En Educación nunca puede haber continuidad, si se entiende por continuidad el conformarse con lo hecho. Los principios esenciales forman parte de mi forma de ver la política y de los valores del PP, pero la experiencia es un grado y ayuda a comprender algo mejor las cosas.
– Quizá la gran diferencia con respecto a su anterior etapa sea la aprobación de la Lomloe. ¿Cómo puede un Gobierno aplicar una ley en la que no cree?
– Porque estamos en un estado de derecho y eso implica que las leyes han de aplicarse nos gusten o no. Esa es la base de nuestra conviviencia. Dentro de lo que marca la normativa, las comunidades autónomas tienen un cierto margen de desarrollo. Trataremos de utilizar ese margen para acercarnos a los valores que hemos defendido en nuestro programa electoral, pero siempre dentro de los cauces establecidos en la ley.
– ¿Y cuáles son esos márgenes?
– En primer lugar, lo que tiene que ver con los aspectos curriculares. Habrá que revisarlos, pero tampoco se trata de entrar como un elefante en una cacharrería. Caeríamos en un error si pensáramos que todo lo hecho es malo. Trataremos de hacerlo con prudencia y con el mayor acuerdo posible.
– Con la Lomloe, los estudiantes se pueden sacar el título con alguna suspendida y se limitan mucho las repeticiones de curso. ¿En eso tiene la Consejería algún margen de maniobra?
– Muy poco. Eso es normativa básica del Estado. Es verdad que no compartimos el que se haya denostado el valor del esfuerzo. Trataremos de recuperarlo por otras vías. A través de la formación de los docentes, o de recompensas a los alumnos que más se esfuercen..., pero nuestro margen normativo es muy reducido.
– En su cuenta de Twitter fijó como lema una frase del poeta W. B. Yeats: «La educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego». ¿Esa pretensión no está más cerca del espíritu de la Lomloe que de la Ley Wert?
– En absoluto. Eso no tiene que ver con las leyes sino con el concepto de cómo entendemos la educación. La educación se debe basar en el asombro, en el descubrimiento de las cosas, en la capacidad de despertar en los alumnos el afán por aprender. Pero esa necesidad de avivar ese fuego tiene que ir acompañado por una exigencia. Para avivar el fuego continuamente hay que esforzarse. El esfuerzo es imprescindible.
– Ya ha anunciado el retorno a la zona única de escolarización. ¿Es un regalo a la concertada?
– En absoluto. Se trata de ser coherentes con nuestro programa y nuestros valores, y también con la Constitución. La libertad de educación es un aspecto inherente al derecho a la educación. La zonificación limitaba esa posibilidad de elección. Y esa posibilidad no es solo para los centros concertados, sino también para los públicos. Caeríamos en un error al pensar que todos los centros son iguales. Los centros concertados no son iguales entre sí y tampoco los públicos. No podemos quedarnos con que los padres escojan el colegio de su barrio. Pueden hacerlo y es muy respetable, pero existen otros muchos condicionantes que mueven a una familia a elegir colegio, como el proyecto educativo. Las familias deben elegir, pero también los centros tienen la obligación de ser atractivos para captar alumnado. Esto también es un incentivo para que mejoren.
– ¿Tiene previsto la Consejería que los colegios concertados puedan volver a dar un punto extra a los hijos de antiguos alumnos? ¿No contribuye eso a perpetuar un cierto clasismo?
– Todavía no hemos tomado una decisión al respecto. De todos modos, considero que el hecho de que exista un punto adicional por ese motivo, en los centros públicos o en los concertados, lejos de contribuir al clasismo, conlleva la posibilidad de que los padres, si han tenido una buena experiencia educativa, quieran continuarla con sus hijos.
– Para evitar guetos, ¿debería exigirse que todos los centros sostenidos con fondos públicos asumieran un determinado porcentaje de población escolar inmigrante o vulnerable?
– Soy partidario de promover un reparto, pero no de exigirlo. Si se marca una exigencia porcentual absoluta, implicaría algo mucho más profundo: considerar ciudadanos de segunda a las personas extranjeras o a las minorías. Si nos creemos el principio de libertad para los riojanos, es una exigencia moral que ese mismo principio rija para las personas que vienen de fuera. Otra cosa es que la legislación y la acción política promuevan un reparto razonable de esas diferencias porque suponen un reto para cada centro. Pero nunca la obligación.
– ¿Tiene previsto concertar el Bachillerato o recuperar el llamado 'cheque' para los alumnos que deciden cursarlo en la escuela privada?
– Tenemos que trabajar para que, de manera progresiva, la educación, tanto en el ámbito público como en el concertado, sea gratuita desde los 0 a los 18 años. Dentro de esa graduación existen diversas formas. El concierto de Bachillerato sería la gratuidad total. Otras vías intermedias son las subvenciones que existían en anteriores legislaturas y que, por cierto, siguen vigentes. La normativa que regulaba estas ayudas no fue derogada por el Gobierno anterior, simplemente no realizó las convocatorias. Utilizaremos de manera gradual esta normativa sin perjuicio de que, evaluando todos los aspectos, podamos alcanzar progresivamente el concierto en su fase final. Pero todavía no sabemos si las condiciones lo permitirán desde el punto de vista económico, legal... Iremos valorándolo. Pero esa es nuestra finalidad última: que todos los padres puedan elegir centro, también en Bachillerato.
– Por lo pronto, podemos anunciar ya que se reactivará la orden de ayudas a los padres que decidan llevar a sus hijos al Bachillerato en centros privados.
– De manera transitoria, sí. Lo que no sabemos es el ritmo ni el tiempo que demandará esa transitoriedad. Pero la orden sigue viva y es útil para recuperar lo que de forma errónea se eliminó.
– ¿Alcaste puede respirar tranquilo con ustedes? ¿Renovarán su concierto aunque siga separando niños y niñas?
– Cuando llegue el momento de la renovación del concierto con Alcaste se analizará en función de la ley vigente. La Lomloe introduce cuestiones legales en este sentido y habrá que analizarlas en profundidad. Pero nosotros creemos que, desde el punto de vista de la libertad educativa, Alcaste tiene todo el derecho a desarrollar su proyecto educativo.
– ¿La educación diferenciada por sexos no le parece discriminatoria?
– No es un modelo discriminatorio y así ha sido ratificado por la jurisprudencia nacional y por la Unesco. Otra cosa es que podamos entender que haya modelos mejores. La administración educativa puede promover la coeducación, pero una cosa es promover y otra prohibir.
– Por fin la FP se ha convertido en un destino deseable. Pero su éxito ha tropezado con problemas logísticos, empezando por la falta de profesores. ¿Hay que tomar medidas para reforzar el profesorado de FP?
– El hecho de que la Formación Profesional crezca es una buena noticia. Tenemos ya más de 8.000 alumnos en La Rioja y creciendo. Es una apuesta inequívoca de este Gobierno, por su calidad y alta empleabilidad. Pero es cierto que, por la alta especialización, hace difícil a veces encontrar profesionales con la cualificación debida que puedan impartir las materias. Hay sectores, como la informática, en los que la demanda privada es tan importante que es difícil encontrar gente que quiera dedicarse a la docencia.
– ¿Una solución puede ser rebajar la cualificación para ser profesor de FP? Me refiero, por ejemplo, a la exigencia de tener el Máster de Profesorado.
– En ocasiones ha sido una solución y como último recurso puede utilizarse, pero no es lo más deseable.
– La ratio alumno/profesor ha bajado después de la pandemia y se ha avanzado en el proceso de estabilización de los interinos. ¿Siente que tiene ahora el panorama más despejado que cuando llegó a la Consejería en 2016?
– No me atrevería a decir eso. El porcentaje de interinidad ha bajado y lo ha hecho en toda España porque fue fruto de un mandato europeo. Pero esos procesos de estabilización han generado muchos problemas y nos encontramos ahora con cientos de recursos administrativos. Eso no da precisamente una imagen de gestión de personal aseada.
– ¿Y la ratio alumno/profesor? ¿Aprovecharemos el descenso de la natalidad para ahorrar costes o para rebajar la ratio?
– Como compromiso, dentro de nuestro programa electoral, está que en el curso 24/25 seguiremos bajando la ratio en la ESO, de manera que también en Cuarto se llegue a los 28 alumnos. La reducción de ratios no es la varita mágica para garantizar la calidad educativa, pero la situación lo permite y puede ser positiva.
– La hermana del viceconsejero de Educación ha sido nombrada directora del Centro de Innovación Educativa. Sin prejuzgar su valía, ¿no es poco estético?
– Lo que sería poco estético es que una persona de gran valía, solo por el hecho de ser hermana de alguien, no pueda promocionar profesionalmente. Es un puesto estrictamente técnico y yo tengo la máxima consideración de cómo trabaja esta persona. Tiene todo mi apoyo. No va más allá de lo anecdótico.
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