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INMA CARRASCO
Logroño
Martes, 19 de septiembre 2017, 17:56
Somos una pareja de Logroño. José Flores e Inma Carrasco: nos llamamos casi igual que los dos huracanes. Qué casualidad ¿no? Ésta es nuestra experiencia en Cuba.
El día 3 se septiembre nos fuimos a pasar nuestras esperadas vacaciones a Cuba; hasta el miércoles 6 ... permanecimos en La Habana y de allí nos trasladaron a Varadero para los últimos días.
Al llegar al hotel nos dicen que nos tienen que cambiar de habitación a una superior, porque las circunstancias se lo permitían. También nos dieron un papel informativo de nuestro mayorista para tener una reunión el jueves. Para entonces, ya no podíamos reservar plaza en los distintos restaurantes de especialidades del hotel, porque lo habían cancelado todo.
Al día siguiente nos presentamos a la reunión todos los que llegamos el día anterior y nos dicen: "Tranquilos que aquí no os va a pasar nada, solo un poco de lluvia y un poco de aire" . Mi respuesta fue "creo que no nos queréis decir realmente lo que va a pasar para no asustarnos". Una chica que estaba de acuerdo conmigo dijo que si podía irse al día siguiente que lo prefería, pero todos los vuelos estaban completos. Nos enseñaron un folio con un dibujo sobre la trayectoria del huracán, supuestamente del servicio meteorológico cubano.
El jueves nos hizo buen día; nosotros veíamos en las noticias que el huracán iba a pasar muy cerca de nosotros; el viernes fuimos a la playa y se veía ya algo nublado, y a las 11 de la mañana pusieron bandera roja con cuatro olas que había y empezaron a quitar las sombrillas de paja, así que decidimos irnos a la piscina y pasar la tarde allí. Habíamos conocido a unos chicos de Castellón, unas chicas de Vitoria y una pareja de Jaén, y por la noche nos fuimos todos a tomar algo al lobby.
Sobre las 12 de la noche cada uno fuimos a nuestras respectivas habitación. Allí nos esperaba una sorpresa: un kit de supervivencia, un par de velas y unas cerillas y una hoja en la cual ponía que el sábado 9/9 teníamos que permanecer todo el día en la habitación sin poder salir y con los horarios de las comidas.
Decidimos bajar a las habitación de los demás, ya que nosotros estábamos en el 4º piso y los demás en el 3º y en el 2º. Todos bajamos al lobby para poder conectarnos en el wifi, que solo podíamos usar previo pago con unas tarjetas que teníamos que adquirir en el hotel (2CUC). Pero nos dijeron que lo habían desactivado. Yo me quejé: me parecía vergonzoso todo lo que estaba pasando, nadie nos decía nada, no podíamos contactar con nuestras familias...
Entonces el director del hotel, que estaba escuchando la conversacion, se acercó; le dije que necesitábamos ponernos en contacto con nuestra familia para avisarles que íbamos a estar incomunicados. Su respuesta: que para mi sería importante el wifi, pero que para él lo era más que permaneciésemos cada uno en nuestras habitaciones y que no saliésemos por nuestra seguridad.
El sábado por la mañana sobre las 10 y media nos trajeron el desayuno en una bolsa de plástico; algo de dulce, un croisant, sandía caliente algo y café. Sobre las 12 subió el chico de la pareja de Jaén para decirnos que nos estaban venga a llamar pero que no respondíamos: nuestro teléfono estaba estropeado. Quedamos en que después de comer bajaríamos todos a la habitación de las chicas, en la 2ª planta, y allí estuvimos hasta las 7 de la tarde todos juntos.
Entonces vimos que la cosa se estaba complicando y nos volvimos a nuestras habitaciones. Cada vez se notaba mas el aire, estábamos a oscuras, con una vela encendida; la ventana tenia holgura y cada vez se notaba el aire mas fuerte, con un enchufe José decidió calzar la ventana. Sobre las 9 y media escuchamos como una explosión, cristales que se rompían, gente corriendo y chillando y al rato por los walkie talkie escuchamos que decían "¡184 (edificio 18, piso 4) evacuación, evacuación!".
De repente nos llaman a la puerta, así que nosotros deprisa y corriendo nos vestimos y cogimos una mochila con la documentación. Al abrir la puerta nos encontramos a unas 4 personas intentando abrir la puerta de enfrente, pero como se había roto el cristal de la habitación no podían ni abrirla ni sacar a las personas que estaban dentro. Nos preguntaron si se nos había roto el nuestro y como les dijimos que no, entonces que no pasaba nada, que si se rompía les llamásemos. Nos quedamos en la habitación.
José pronto se quedo dormido, pero a mi me costó bastante; a eso de las 11 y media me desperté y pase bastante miedo porque ese ruido, ese aire era horrible. No sabía qué hacer, si despertarlo o no, así que cerré fuerte los ojos y dejé que el tiempo pasase.
Lo mas fuerte del huracán duro unas 5 horas. A la mañana siguiente salimos a la terraza y seguía un fuerte viento pero ya mas débil, nos vestimos y fuimos al lobby. Al abrir la puerta el suelo estaba inundado y nos encontramos una puerta tirada en el suelo, era el motivo del ruido de la noche anterior.
Una vez en el lobby me vio el director y nos pregunto qué tal. "Con una palabra lo describo todo: terrible". Me dijo que iban a habilitar esa zona para el desayuno y que a lo mejor al mediodía estaría el restaurante en condiciones para ir a comer, también me dijo que no se esperaban que fuese tanto, dado que el ojo del huracán estaba a 40 km de nosotros.
Ahí nos encontramos todos. Otra chica y yo, como veíamos a la gente trabajar decidimos ponernos a limpiar para agilizar todo. Por la tarde, como no podíamos hacer gran cosa, nos fuimos todos a dar un paseo por la playa y a coger unas cuantas conchas. Durante todo ese día tuvimos mucho aire pero intentábamos hacer vida normal.
El lunes ya estábamos deseando volver, queríamos saber algo pero nadie nos decía nada; estuvimos en total cuatro días sin luz y sin agua, aunque el lobby y el restaurante sí tenían luz unas pocas horas al día porque contaban con un grupo electrógeno. Aprovechábamos para cargar los móviles, por si en algún momento funcionaba el wifi. Hacíamos turnos para cargarlo.
Nos pusimos al lado de una chica para coger “la vez” y de repente me di cuenta de que la chica ¡estaba jugando al 'Candy Crush'! ¿En serio? Le dije que no me parecía bien, pero simplemente negó con la cabeza. Fui a recepción y le conté lo ocurrido al personal para que fuesen a decirle algo. Pero a cambio de no ir, pusieron mi móvil a cargar allí.
La mañana del martes pude contactar con mi familia: un chico me dejó el teléfono para llamar a mi madre y que ésta llamase a la hermana de José. Todo el hotel estaba esperando que alguien por fin nos diesen una buena noticia y así fue: ¡el miércoles volábamos! Se me saltaban las lágrimas de alegría. También volvió a funcionar internet y pudimos hablar con nuestras familias, amigos... Todo el mundo estaba preocupado por nosotros, algo que agradecemos un montón.
Para mi ocurrió además algo muy especial. Mi madre me mandaba una foto de mi sobrina con un comentario: "Tíos venid ya que tengo ganas de conoceros". Había nacido la madrugada del jueves al viernes.
Nos dijeron que vendrían a recogernos a las 13:30, pero que estuviésemos ese día al tanto porque lo mas probable que viniesen antes. Pero a la mañana siguiente fuimos a desayunar y cuando subimos al lobby vimos que habían cambiado la hora de salida, vendrían a por nosotros a las 19:00. Eso ya nos deprimió: no podía ser, necesitábamos salir ya, ya, yo ya no quería mas playa, necesitaba irme de ahí. Luego otro cartel nos anunciaba una nueva hora, las 17:30.
A las 5 estábamos ya todo el mundo esperando al bus, a las 18:00 nos recogieron y el director vino a despedirse de nosotros. Pensábamos que la aventura había acabado pero faltaba el camino al aeropuerto de La Habana. Los arboles seguían tirados por la carretera, el conductor no hacía mas que dar volantazos y yo creía que íbamos a volcar y de repente se puso a llover. Fue un viaje realmente malo, un taxi que venia de frente y que pasaba al carril en dirección contraria... pero al final llegamos.
El vuelo se hizo corto, quedaban 3 horas para llegar y el momento en aterrizar me eche a llorar, no me lo podía creer que ya llegásemos, ¡4 días mas tarde, al fin!
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