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Hablemos de huevos. En realidad, ésta es una conversación habitual cuando se habla de las cosas del comer. Porque el huevo de gallina, uno de los pilares de la alimentación en muchos países, ha sido durante muchos años un sospechoso habitual, sobre todo por su ... alto contenido en colesterol. Sin embargo, poco a poco la evidencia científica ha venido echando abajo esa presunción: que un alimento tenga mucho colesterol no significa necesariamente que vaya a subir nuestros niveles en sangre de dicho elemento.
Y, por el contrario, hay alimentos que no tienen tanto, pero que por su «riqueza» en otro tipo de componentes (como algunos tipos de grasas) contribuyen con su abuso a que nos suba el colesterol (y más cosas, ninguna de ellas buena).
El caso es que el huevo ha ido reuniendo a su favor un creciente corpus de estudios científicos que alaban sus propiedades nutricionales, su aportación de muchos nutrientes y el escaso riesgo que supone un consumo moderado.
La palabra «moderación» es la clave, como en todo lo que se refiere a alimentación. Un consumo medio de un huevo diario, sugieren los estudios, sale a cuenta.
El último de esos trabajos científicos es español, y ha sido desarrollado por el instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell). ¿Su conclusión? El consumo de un huevo al día es compatible con una dieta saludable (como la mediterránea), y no parece tener relación directa con la supervivencia de la población.
40.000 personas
¿Cómo se hacen estos estudios? Evidentemente, tratándose de personas los investigadores no pueden dedicarse a atiborrar a un grupo de pacientes a huevos a ver si se mueren antes o después que el resto. Lo que se hace en estos casos son estudios sobre un grupo de población del que se tengan datos fiables.
En concreto, el estudio utiliza los datos obtenidos en un grupo bien conocido, la llamada «cohorte EPIC-España». Es un grupo de unas 40.000 personas, que fueron «reclutadas» entre 1992 y 1996 en Asturias, Granada, Guipúzcoa, Murcia y Navarra, y cuyos hábitos de alimentación y problemas de salud fueron seguidos hasta casi 20 años más tarde, entre 2011 y 2013. Era gente bastante sana (entre ellos había muchos donantes de sangre), con edades de entre 29 y 69 años.
Pues bien, en el estudio no se observó ninguna diferencia entre los consumidores y los no consumidores de huevo ni en cuanto a cáncer ni en cuanto a enfermedades cardiovasculares. Dicho en plata, los consumidores de huevo enfermaban (o no) igual que el resto.
«Este estudio (que ha sido publicado en el European Journal of Nutrition) permite recomendar a la población general el consumo moderado de huevo, hasta un huevo al día, dentro de una dieta variada y saludable, como podría ser la dieta mediterránea», resumía a Efe Raúl Zamora, investigador del Idibell.
Curiosamente, los autores del estudio sugieren algo más de profundización en un aspecto sorprendente: del trabajo se desprende un posible efecto «protector» del consumo de huevo sobre las enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson o el alzheimer.
Colina
Según explicaba también a Efe el presidente de la Federación Avícola Catalana (FAC), Joan Anton Rafecas, la yema del huevo es la mejor fuente dietética en colina, un nutriente clave que contribuye a la formación de las membranas celulares del feto e incrementa la producción de lipoproteínas.
«La proteína del huevo también ayuda a reparar los tejidos corporales a medida que envejecemos, por eso a lo largo de la vida aporta importantes beneficios a los huesos, músculos, cartílagos, piel y sangre», abunda Rafecas, convencido de que hay que desterrar el mito de que el huevo produce mucho colesterol.
Las comunidades de Castilla-La Mancha, Castilla-León y Aragón, seguidas de Cataluña son las que producen más huevos.
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