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Cuando Javier Vallilengua comienza a hablar, en su tono de voz se percibe el enfado que acumula el sector del taxi. El de La Rioja (él es el presidente de la Asociación de Taxistas de La Rioja) y el del conjunto de España. Madrid ... y Barcelona han dicho basta y han convocado un paro indefinido después de que se rompieran las negociaciones con sus respectivos gobierno autonómicos. En la capital, el paro amenaza la celebración de la Feria Internacional de Turismo en IFEMA.
La huelga, de momento, no llegará a La Rioja, si bien es una medida que los profesionales del taxi de La Rioja no descartan adoptar en el medio plazo. La pelota, dice Vallilengua, está en el tejado del Gobierno regional. «Respaldamos la huelga de otras ciudades, pero tenemos que hacer las cosas de otra manera. Nosotros estamos integrados en la Asociación Nacional del Taxi y sentados en la Mesa Nacional de Transporte, somos interlocutores con Fomento y por eso tenemos que actuar de otra forma», justifica Vallilengua que es contundente contra los violentos: «No compartimos esos actos. Destrozan nuestra imagen».
En la tarde de este martes se dará uno de los primeros pasos que han de conducir hacia una u otra solución. «Vamos a realizar una videoconferencia con el resto de comunidades para sacar adelante un borrador que luego presentaremos a las diferentes Consejerías de Transporte. Les daremos un tiempo prudencial y luego actuaremos», apuntaba el presidente de la Asociación de Taxistas de La Rioja. El problema, insiste, es que «La Rioja no quiere reglamentar ni hacer nada». Frente a esa postura, asegura que «los ayuntamientos están a favor de proteger el servicio público» y sostiene que si bien se ha reunido «más de media docena de veces con la alcaldesa de Logroño y más de 40 con el concejal de circulación», el sector «continúa esperando a reunirse con José Ignacio Ceniceros».
Lo que exige la Asociación de Taxistas de La Rioja es una equiparación de condiciones entre los taxistas y las VTC (vehículos de turismo con conductor). «En La Rioja hemos pasado de 6 licencias, que son las que correspondían por la ratio 1/30 (una VTC por cada 30 licencias de taxi) a tener 66, cifra que subirá hasta las 95», una realidad que, dice Vallilengua, generaría «un caos en Logroño».
«Nosotros tenemos que pasar dos ITV al año por ser sector público, tener un seguro de responsabilidad civil ilimitado que nos cuesta entre 1.500 y 4.000 euros al año, debemos pagar cientos de miles de euros por una licencia... Ellos nada. Solo pagan los 36 euros de la autorización de transporte», incide Vallilengua, que cree que es necesario que exista una precontratación de los servicios VTC de al menos 12 horas, que tengan que regresar a su base después de hacer un servicio y que no puedan captar clientes en la vía pública.
Una norma de este tipo, de la que responsabiliza al gobierno autonómico, permitiría finiquitar los cuatro grandes problemas de orden público que, sostiene, se están registrando: «El usuario, cuando desaparezca el taxi, verá como se quintuplicará el precio; las empresas como Uber y Cabify emplean empresas pantalla y envían sus ingresos a Delaware, Irlanda y Holanda y, encima, el año pasado Cabify recibió una devolución de Hacienda de más de un millón de euros; los taxistas no somos un monopolio, somos 70.000 autónomos con 30.000 empleados que compiten en el mercado; y, además, los trabajadores de estas plataformas están siendo explotados».
Si la propuesta fructifica, La Rioja evitará la huelga. En caso contrario, el sector del taxi se sumará a un paro que «podría ser dos semanas antes de las elecciones», completa, no sin intención, Vallilengua.
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