Faltan 250 camareros en La Rioja, ¿por qué es tan difícil encontrarlos?

Tal y como afirma el presidente de la Asociación de Hostelería Riojana, perteneciente a la FER, Francisco Martínez Bergés, La Rioja necesita de unos 250 profesionales del ramo para hacer frente a la campaña de verano. Un periodo que en La Rioja arranca esta misma semana con el puente del Día de La Rioja y, en Logroño, de San Bernabé. El primer verano sin restricciones, tras dos años de pandemia, que promete cifras récord de recaudación. «Los hosteleros riojanos necesitamos personal, especialmente, camareros de barra y de sala», afirma Martínez Bergés que niega que las condiciones económicas sean una de las razones de la escasez de personal. «En La Rioja estamos cumpliendo con el convenio año a año», asegura, «estamos pagando 1.186 euros limpios de polvo y paja a una persona sin cualificación, sin formación y que, muchas veces, es su primer trabajo como camarero. Lo que reclamamos es personal cualificado para poder contar con plantillas más estables». Aunque eso signifique subir los salarios. «Prefiero pagar 1.400 euros a un camarero cualificado porque sé que me va a sacar el trabajo de dos que no lo están».

Para el presidente de los hosteleros una de las razones de la escasez de personal radica en el cambio de expectativas vitales producido por la pandemia. «La gente se ha dado cuenta de que prefiere vivir la vida, aunque sea con menos, que trabajar cuando la gente se divierte» y lanza una advertencia a los empleados que no vean respetadas sus condiciones laborales establecidas en el convenio: «Debemos denunciar todas las malas prácticas si existieran, pero no puede ser que paguemos todos los empresarios por lo que haga mal un hostelero». Muchos de ellos están tan al límite, especialmente en zonas de costa que «en alguna reunión han planteado la contratación en origen. Es decir, viajar a países como Ecuador o Colombia en busca de camareros que vengan a trabajar a España».

Esta coyuntura extrema es compartida por María, una hostelera logroñesa. Lleva años regentando un bar con terraza en la zona de la Plaza Primero de Mayo y este le está costando encontrar camareros. «La cosa está fatal», asegura, «es muy difícil encontrar gente profesional». Una de sus mejores camareras está de baja por maternidad y se nota su ausencia en el servicio. En el bar trabajan tres más, dos de ellos se han incorporado recientemente y no tienen experiencia. Además, el establecimiento de María participa de un curso de formación que oferta Cruz Roja y que recibe a chicos y chicas como camareros en prácticas. «A veces me dan más trabajo del que me quitan», se lamenta esta hostelera a la que tanta dificultad para encontrar personal le ha hecho plantearse abandonar, colgar el delantal y bajar la persiana para siempre. «Me he visto obligada a cerrar un día a la semana por falta de personal, algo que nunca había hecho. Son tantos problemas que he pensado en dejar el negocio y trabajar en otro sitio», afirma.

Durante el pasado mes de mayo, el desempleo en el sector Servicios de La Rioja descendió. Se contrataron a 354 personas. Fue el segundo sector que más contrató. Un conocido portal de trabajo temporal afirmó recientemente que la hostelería se estaba recuperando tras años duros por la pandemia, pero que la contratación se estaba resistiendo. Según esta fuente, en abril se publicaron más de 17.000 ofertas en hostelería en toda España, siendo la profesión de camarero la que aglutinaba mayor número de vacantes que no se llegaba a cubrir. ¿Por qué?

Una buena explicación para ello, la encontramos en la Escuela de Hostelería de La Rioja y en el CEIP de Formación Profesional 'Camino de Santiago', ubicados en Santo Domingo de la Calzada, donde se imparten los ciclos medio y superior de Restauración. Su director, Abencio Millán, es también profesor e imparte la asignatura de Sala. Este año solo seis alumnos han cursado el ciclo superior y siete el ciclo medio. La mayoría opta por especializarse en coctelería, barismo y sumillería. Especialidades que exigen una profesionalización muy concreta y eso se nota en las condiciones laborales. «Tenemos la idea de que para camarero vale cualquiera y no es así. Es una profesión muy bonita y muy vocacional», afirma Millán, «es cierto que está muy demandada pero los que se dedican a ella deben tener en cuenta que, cuando todos se divierten, tú estás trabajando».

El director de la Escuela de Hostelería lamenta el «intrusismo» y reclama a los empresarios que primen la contratación de profesionales cualificados por encima de las consideraciones económicas. «Algunos negocios como 'La Venta de Moncalvillo' solo está dando siete servicios a la semana porque se está cuidando a sus profesionales», afirma Abencio Millán que asegura que, frente a la hostelería 'de batalla', hay otro sector que busca la calidad y la formación en sus empleados. «Como el caso de una de nuestras alumnas que va a hacer prácticas en 'El cenador de Amós' con tres estrellas Michelin y esperamos que continúe allí trabajando», indica, el director de la Escuela, orgulloso.